Sería una injusticia para la persona y un desdén para las mujeres el hecho de que Yeidckol Polevnsky dejara la cúpula de Morena, luego de protagonizar una serie de batallas que condujeron a la victoria de la guerra final.
A pesar de que la guerra sucia sigue mostrando sus estertores, la victoria de Morena se erige como un partido hegemónico y no un partido corporativo como el PRI o de militancia limitada como el PAN.
El resto de los partidos deberán reconstruirse, ante el peligro de desaparecer. El PRD, por ejemplo, puede sobrevivir si deja a un lado el liderazgo de Los Chuchos que lo llevó a realizar tareas de consigna derechista a cambio de beneficios y canonjías de la cúpula.
La responsabilidad de la caída de la mayoría de los partidos fue la selección de sus candidatos. Nadie, en la Ciudad de México, podría apostar por personajes como Alejandra Barrales o Miguel Ángel Mancera, con más pasado que futuro.
El PRD debe recordarse y recordar a los mexicanos que es un partido de izquierda. México necesita de equilibrios dentro y fuera del gobierno, en todos los niveles de este.
El resto de los partidos políticos, dignos de llamarse así, no tienen todas consigo. Más bien parecieran no estar conscientes de la dimensión de su derrota y del deterioro interno por el que atraviesan.
El PAN, por ejemplo, tiene más arrepentimiento que proyecto, al hacer un recuento de los daños ocasionados por Ricardo Anaya y Damián Zepeda, en nombre de una juventud que ya está muy lejos de ambos.
Tienen la brújula tan perdida que al “menos peor” que tienen como posible candidato único a dirigir el destino del blanquiazul es el “Gobernador bala” Moreno Valle, enemigo de las protestas y expresiones de inconformidad, quien aprobó la utilización de balas de goma, mismas que asesinaron a un menor de 13 años
José Luis Alberto Tehuatlie Tamayo fue herido en un enfrentamiento con la policía de Puebla el 9 de julio de 2014 y por lo cual fue declarado con muerte cerebral, falleció 10 días después, el 19 de julio, en pleno auge de su gobierno.
Deterioró la arquitectura de Cholula, mostrando no sólo autoritarismo sino ignorancia sobre la armonía arquitectónica, entre otras muchas barbaridades que lo deberían tener en la cárcel, pero ahora quiere dirigir un partido que está muy deteriorado, y con una imagen negativa ante los mexicanos.
En un acto suicida la dirigencia del PAN aún controlada por el excandidato presidencial Ricardo Anaya, busca que el próximo presidente sea “de unidad” para evitar una contienda interna que derivaría en “una guerra civil” entre facciones, asegura el hombre de la honorabilidad cuestionada.
Es por ello que pone a su vocero, Damián Zepeda, a hablar acerca de que alguien como el ex priista, Rafael Moreno Valle, puede convertirse en factor de unidad, mostrando así la falta de cuadros y la pobreza de ideas.
“Ya es tiempo en el PAN de unidad, y en este contexto estamos buscando un gran acuerdo, donde se integren los gobernadores, los alcaldes de los municipios importantes, donde se integren diferentes actores políticos y, por supuesto, la dirigencia actual para evitar una guerra civil en el partido que nos debilitaría mucho”, declaró Moreno Valle.
Otro panista ingenuo, Marko Cortés, mantuvo su activismo interno entre militantes para convencerlos de que puede dirigir a su partido, cuando a duras penas controla la fracción de su partido en la Cámara de Diputados.
Damián Zepeda, aunque no pueda creerse, expresó ideas propias en esta pugna por la presidencia nacional de su partido, asegura que si no hay candidato de unidad a la presidencia del PAN acudirán a la democracia, es decir, a la votación abierta.
Zepeda, también aseguró que sólo estará a favor de una candidatura para la dirigencia acordada por unidad, sin intereses personales de por medio.
De acuerdo a los estatutos del PAN, la dirigencia tiene sólo la facultad de designar los coordinadores parlamentarios del Senado y la Cámara de Diputados, de su respectiva bancada; y será la Comisión Electoral, en manos de la yunquista Cecilia Romero, la encargada de postulaciones y la elección para renovar la dirección del Comité Ejecutivo Nacional.
El PAN, a pesar de todo esto, puede convertirse en la principal oposición de Morena y en un contrapeso en el Congreso que podría tener lucimiento para ganar espacios en las elecciones intermedias de 2021.
El partido que está más cerca de la agonía que de la recuperación es el PRI. Con una gran inconformidad interna por el nombramiento, sin consulta a la base, de la sobrina de Carlos Salinas de Gortari, Claudia Ruiz Massieu.
“No represento a ningún grupo ni corriente en el partido”, dijo Claudia Ruiz Massieu al tomar la dirigencia nacional del PRI. Reconoció que es el momento más difícil que enfrenta el partido por ser oposición y una minoría.
La democracia interna parece estar vedada en el tricolor. Eso lo llevó a una derrota sin precedente en las elecciones al designar, por dedazo, a un candidato no priista, ahora cae en el mismo error.
Es por ello que surgió la Corriente Democrática Interna, encabezada por el ex gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, y quien podría dividir al tricolor en dos.
Con una manta en la que se leía: “Peña entrega la presidencia, ahora que libere al PRI”, el consejero priista Cristian Vargas interrumpió la sesión extraordinaria del tricolor donde se reeligió a Ruiz Massieu.
La Corriente Democracia Interna acusó que se trata de un “proceso viciado”, y adelantó que lo impugnarán ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Consejeros priistas han pedido que Claudia Ruiz Massieu no agache la cabeza frente a López Obrador, que se quite las zapatillas y de ponga tenis para recuperar el priismo en los municipios y estados.
Pero esa no es la única piedra en el zapato del PRI para avanzar en el proceso de reconstrucción. Antes de irse del partido, meses anteriores a su postura definitiva, Elba Esther Gordillo dejó a un grupo numeroso de priistas que la siguen conscientes de su fuerza política y social y podrían hacerle ruido tanto a la cúpula que encabeza Claudia Ruiz Massieu, como a la oposición más visible, que dirige Ulises Ruiz.
El partido con más problemas para resurgir de sus cenizas es el PRI, la oposición sólida ante Morena definitivamente podría ser el PAN, a pesar de todo. PEGA Y CORRE.- A menos de una hora de que terminara la investigación complementaria donde la PGR debía presentar pruebas que consolidaran los delitos de lavado de dinero y delincuencia organizada en contra de Javier Duarte, la instancia federal omitió acusación alguna, por lo que los delitos de los que lo acusan fueron reclasificados y ahora la inculpación será por asociación delictuosa, la cual le permite al detenido poder llevar su proceso en libertad. La PGR acusa complicidad con sus propios delincuentes y justicia hecha a la medida con los cuates. Por eso la sonrisa sarcástica de Duarte, de ahí su risa inevitable… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes