La presencia de las flores en fiestas, ferias, exposiciones, concursos y otras manifestaciones culturales de los pueblos es todo un tema. Le platico acerca de una exposición monumental de paisajismo floral que, justo ahora que le escribo, se está exhibiendo en Bruselas, Bélgica, en la Grand-Place reconocida por la UNESCO como Patrimonio Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
Desde hace 47 años (1971), el paisajista flamenco arquitecto Etienne Stautemas, tuvo la iniciativa de llevar la propuesta de los Tapetes Florales a varias ciudades belgas, como Brujas, Colonia y Luxemburgo, asimismo a ciudades de países europeos como París, Londres y Ámsterdam y en América a Ohio y Buenos Aires. Su propuesta fue aceptada y han participado países como Africa, Turquía y Japón y se ha asentado en la capital belga.
Tradicionalmente, la flor protagonista de los Tapices Florales es la begonia, originaria de zonas tropicales de América, África y Asia que se dan también en zonas subtropicales y montañosas. También es la flor dominante porque Bélgica es el primer productor mundial de la begonia y por su belleza, la gran variedad de colores, sus vistosas hojas verdes, rojas, marrón, plata. Le acompañan las dalias -la flor nacional de México-.
Hoy día, el evento de ‘arte efímero’ belga es bienal y puede recibir hasta doscientos mil espectadores en los cuatro días de la exposición, quienes pueden apreciarlo libremente al pie del tapete floral o desde el balcón del Palacio del Ayuntamiento -cuyo acceso tiene un costo económico- a donde sube un promedio de veinticinco mil personas durante los cuatro días de la muestra, apreciando panorámicamente el espectacular diseño floral.
México es el primer país latinoamericano que ha sido invitado para diseñar el tapete multicolor, concretamente fue señalado el municipio de Uriangato, Guanajuato, quien comparte con Bruselas el padrinazgo del santo patrono San Miguel Arcángel. Otro posible factor para la elección, puede ser la legendaria tradición del municipio mexicano en la elaboración de la alfombra floral anual. El diseño del tapete lo realizó la artista mexicana conocida como Roo -Ana Rosa Aguilar- y reconocida por sus de tapetes florales -más de treinta dentro y fuera del país- para quien “estar aquí (Bruselas) como diseñadora de la alfombra es un sueño hecho realidad”. Ella supervisó la obra que ejecutaron más de cien voluntarios, para cubrir con pasto, flores y corteza, un espacio de un mil ochocientos metros cuadrados.
La realización del Tapete Floral de Bruselas, no dejó de ser un reto para los guanajuatenses, pues la legendaria tradición de Uriangato que reúne las creencias de las culturas purépecha, otomí y chupícuara, realiza su alfombra no sólo con flores, sino también con aserrín pintado de colores y marmolina. El reto consistió también en dar, por unos días, lustre al ya proverbial prestigio de Bruselas como una de las ciudades más bellas del mundo. Las flores bellas entre las bellas. ¡Todo un honor!
Y sin querer pecar de inmodestia, yo le digo a Bruselas que en México tenemos municipios y comunidades que son ejemplo de creatividad, del sentido de la proporción, del manejo de los colores en sus combinaciones y contrastes y con un sentido de apreciar a la naturaleza y sus dones como para cubrir su cuota bienal por muchas décadas…Y mejor aún, hacer nuestra la iniciativa de mostrar al mundo, por lo menos una vez al año, el amor a las flores, a los frutos que nos obsequia la madre natura, a nuestras creencias y valores culturales…[email protected]
