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LA NECESIDAD DE MANUALES DE ESTRATEGIA Y LOS CÓDIGOS ANTICORRUPCIÓN EN LOS CUERPOS DE POLICÍA DE MÉXICO.

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ARTICULO DEL DR. ARMANDO ALVAREZ MORALES

Tradicionalmente, la estructura jerárquica de los cuerpos policiacos en México había contado con muchas limitaciones económicas, y consecuentemente una restringida atención por parte de los gobernantes. Así transcurrió gran parte del siglo XX.

Este fenómeno se repetía a nivel federal, estatal y municipal, siendo la más débil de las estructuras las encomendadas a los municipios.

 

LAS POLICIAS FEDERALES

En el siglo XX, el gobierno federal se caracterizaba por contar con una policía judicial federal ubicada en la Procuraduría General de la República, y por carecer de una policía preventiva.

Existía una Policía Federal de Caminos, dependiente de la Secretaria de Comunicaciones y Transportes.

Había empleados migratorios que realizaban funciones de cumplimientos de las leyes migratorias, que dependían de la Secretaría de Gobernación.

Descansando tácitamente, el resto de las atribuciones en las policías estatales y municipales, el ejército y la marina.

Por otro lado, encontrábamos los cuerpos de policía judicial, que se encargaban de investigar delito y ejecutar órdenes de detención y de aprehensión. Aunque la Constitución establece que el mando de la policía se encuentra en el Ministerio Público, la costumbre en el país ha sido que los jefes de la policía son policías, lo cual contradice el mandato constitucional, como podemos observar en las leyes orgánicas y reglamentos orgánicos de las procuradurías de justicia y secretarias de seguridad publica tanto locales como federales, que fueran expedidos a lo largo de todo el siglo XX.

En el caso de las policías judiciales, pudimos observar a lo largo de casi todo el siglo XX que el perfil de los Ministerios Públicos tampoco era el adecuado como para estar al mando del personal de policía, porque la formación de los ministerios públicos nunca incluyó la formación sobre cómo mandar a personal de policía. Si se revisaran los cursos de formación profesional de ministerios públicos veríamos que esa materia simplemente no existía, porque se pasaba por alto el mandato constitucional. Lo que aparejaba que los ministerios públicos fueran un cuerpo diferente a los cuerpos de policía, incluso hasta consideraban que ellos no eran policías, cuando la misma constitución establece que los mandos de la policía lo es el ministerio público y por lo tanto también son policías.

Fue hasta el fin del siglo XX, cuando se creó la Policía Federal Preventiva por la ley publicada el 4 de enero de 1999, y reestructurada como Policía Federal con facultades de investigación por la nueva ley publicada el 1° de junio de 2009, con un enfoque de investigación y lucha contra la delincuencia organizada.

Sin embargo, en los últimos veinte años del siglo XX, la aparición de fenómenos delictivos transnacionales generó que los requerimientos de la función policial fueran más especializados y aparte de la formación en el país por autoridades nacionales, ocasionó que gobiernos extranjeros incluso se ofrecieran a brindar apoyo en la configuración de los nuevos cuerpos de policía en México, tanto los federales como locales.

LAS POLICIAS ESTATALES.

Por su parte, las policías estatales se caracterizaban por ser policías judiciales, encargadas de cumplir las investigaciones y aprehensiones que ordenaba la autoridad judicial.

Al igual que la federación, el final del siglo XX, se caracterizó por la necesidad de nuevos cuerpos especializados de policía y esta era una necesidad que se sentía en los gobiernos estatales.

 

LAS POLICIAS MUNICIPALES.

Sin embargo, la labor más demandante de seguridad la cumplían los policías municipales y la siguen cumpliendo, cuando son ellos los más desprotegidos, con menor equipamiento y los más expuestos.

Así, las policías municipales, aparte de la función policial de guardar el orden tienen otros deberes, algunos propios y otros añadidos según los gobernantes en turno. Pero básicamente encontramos que en el municipio aparte de la función de mantener el orden, se debe hacer cumplir la ley en cuestiones de tránsito y también guardar las cárceles municipales, cumpliendo además labores de rescate, auxilio médico, atención de desórdenes protección de servidores públicos estatales y auxilio a policías estatales y federales, protección del turismo y labores de prevención del delito y auxilio a víctimas.

Los cuerpos de policía preventivos, que hacían labores de vigilancia en las calles, y se encargaban de hacer respetar el orden y detener a delincuentes en flagrancia.

Recuerdo en esta parte la anécdota de Don Chuy, una persona que cumplía una pena de prisión en una cárcel de un pequeño pueblo, en un municipio de  Jalisco, Don Chuy aparte de cumplir con su pena de prisión, tenía como deberes, por la mañana,   abrir su propia celda para salir a limpiar el cárcel y lavar la patrulla, preparar el desayuno para el personal  y para los demás reos, terminado lo cual Don Chuy cerraba su celda  y aventaba las llaves al escritorio del jefe de Policía. No dudo que aun haya uno que otro “Don Chuy” en algunas partes del país. Sin embargo, los tiempos han cambiado y esas anécdotas pintorescas hoy serían terribles aberraciones por parte de la autoridad.

 

LA NORMATIVIDAD DE POLICIA A NIVEL MUNICIPAL.

Tradicionalmente, la normatividad de la policía a lo largo del siglo XX se caracterizó por su limitada previsión y en algunos casos por su ausencia.

La reforma al artículo 115 Constitucional, promovió que los municipios regularan las atribuciones de las policías municipales en los Reglamentos de Policía y Buen Gobierno.

 

Sin embargo, se generaron algunos reglamentos muy incompletos y otros, que pretendían la creación de superestructuras policiales, difíciles de cumplir, tan sólo por no poder sufragar las estructuras de cuerpos de policía, gigantescos, cuando es notorio que no puede haber recursos económicos para cubrirlos, ya sea por la extensión territorial o por la mínima población que es necesario atender.

LAS FUNCIONES DE POLICIA EN LAS COSTAS Y PUERTOS.

El cumplimiento de la ley en el mar estuvo encomendado a la fuerza armada de marina, y nunca se consideró la existencia de una policía, tan es así que se llego a establecer una policía portuaria federal, pero nunca más allá del puerto en las aguas, puesto que se consideraba una invasión a las facultades de las fuerzas armadas de la Marina. Cuando en realidad la responsabilidad de la marina es esencialmente bélica. De tal manera que nunca se consideró crear un cuerpo de policía costera, que se encargara de hacer cumplir la ley en el mar territorial.

La problemática planteada para México, no es un fenómeno privativo del país, en realidad se trata de un problema que existe en muchos países de América Latina, en los que  no existe, en general, un modelo policial claro; lo que deriva en la falta  de una concepción gubernamental sobre la organización de la policía, en cuanto a sus responsabilidades  para la prevención del delito,   como auxiliar de las autoridades judiciales y ministeriales, y de los fiscales encargados de la investigación de los delitos y la detención de los responsables.

 

LA NORMATIVIDAD ADICIONAL.

Para cada uno de estos cuerpos de policía mencionados, aparte de los reglamentos y leyes que les dan vida, existe un sinnúmero de disposiciones legales administrativas necesarias para el correcto funcionamiento policial. Así son necesarios los códigos de ética, manuales de organización, manuales de funcionamiento y muchas otras disposiciones administrativas.

Entre todas estas disposiciones administrativas toca hablar hoy sobre los Manuales de Estrategias y los Códigos Anticorrupción.

 

LOS MANUALES DE ESTRATEGIAS POLICIALES.

 

Parte de la normatividad de un cuerpo de policía recae en un instrumento que generalmente se denomina Manual de Estrategias. Históricamente este tipo de recopilación deriva de tiempos más antiguos, incluso su etimología deriva de los pueblos griegos, donde la estrategia era atributo del general para el mejor manejo de sus ejércitos y lograr la victoria, y cómo manejar a sus tropas en caso de dificultades.

Hoy en día los Manuales de Estrategias Policiales, son una recopilación de las acciones que se deben desarrollar a nivel policial para poder tener éxito en las tareas propias de la policía.

 

Deberes tales como mantener el orden, evitar la comisión de delitos, prevenir delitos, enfrentar disturbios, investigar delitos, proteger a sus elementos de policía y prevenir comportamientos indebidos por parte de sus integrantes forman parte de los manuales de estrategias policiales.

La integración de los Manuales de Estrategias Policiales constituye el método de conservación de la experiencia acumulado por los mandos e integrantes de los cuerpos de policía.

 

En la antigüedad los ejércitos se dividían por la especialidad del arma que se empleaba, así había los arqueros, los lanceros, la caballería, la marina, de igual forma las policías hoy día están y deben estar especializadas en base al tipo de trabajo que desarrollan. La coordinación entre cada una de las “armas” de las policías, es la forma que permite asegurar mejores resultados en los deberes.

 

La protección de la integridad física de los integrantes de las instituciones policiales también es supuestos a considerar en los manuales de estrategias policiales.

 

El uso de las nuevas formas de comunicaciones es también uno de los supuestos que deben contemplar los manuales de estrategias.

 

Así como los ejércitos modernos aspiran a evitar el menor número de bajas físicas en sus filas. Los manuales de estrategias policiales también deben evitar las bajas en sus integrantes. Parte de el concepto de baja no implica solo la muerte de un policía. también debe considerarse la estrategia tendiente a evitar la que los policías dejen de cumplir con sus deberes o que incluso sirvan a grupos delincuenciales.

las estrategias para evitar la deserción de los integrantes es una forma de cuidar la integridad de su personal, pero de igual forma es una forma de evitar que se incrementen las filas de la delincuencia.

Un policía corrompido es un riesgo para sus compañeros, para los deberes del cuerpo y para la sociedad.

La formación de integrantes de policía es costosa. Sus integrantes capacitados cuentan con información que los hace vitales para el cumplimiento de los deberes policiales, pero a la vez los convierte en un grave riesgo en caso de que dichos integrantes pasen al bando delincuencial.

Uno de los clásicos ejemplos es el caso de los antiguos policías que después de ser expulsados de sus cargos policiales, pasan a ocupar puestos de mandos en las estructuras delictivas.

 

LOS CÓDIGOS ANTICORRUPCIÓN.

 

Como parte de los manuales de estrategia, se debe considerar la inclusión de los Códigos para la prevención de la corrupción o Códigos Anticorrupción, por parte de los integrantes de las instituciones policiales.

 

Transmitir esta información a los integrantes es esencial para su cumplimiento.

 

La reducción y prevención de la corrupción son deberes que deben ser incluidos en los manuales de estrategias.

 

La prevención es la forma más adecuada de evitar la corrupción. la sobreexposición de los integrantes de policía a la delincuencia es uno de los supuestos que deben ser evitados.

 

El desarrollo de manuales anticorrupción ha sido considerados de gran importancia, en foros tales como las Naciones Unidas, sirvan de ejemplo la adopción de la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción y ejemplos destinados a la sociedad como los desarrollados por la Oficina de las Naciones Unidas contra la droga y el delito, al elaborar manuales modelo para la sociedad.

Todo ese material internacional, así como los esfuerzos al interior de cada país deben ser considerados para la elaboración de los Códigos anticorrupción.

 

En el campo académico es de reconocer las labores de la Universidad en Estudios de Postgrado en Derecho ha trabajado en la implementación de la primera Maestría en el país específicamente desarrollada para enfrentar el reto de la reducción del y prevención del fenómeno corruptor en la sociedad.

 

 

 

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