Empresarios dan la cara

El encuentro del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, con miembros del Consejo Mexicano de Negocios fue tan bueno que la comunicación no verbal de los asistentes no se podía ocultar, había caras sonrientes, mejillas sonrojadas, brazos firmes y abiertos para saludarse. Hasta el siempre cercano amigo de Carlos Salinas de Gortari, Claudio X. Gonzalez, presumía a las cámaras su regalo recibido de manos del presidente electo, un libro dedicado.

Los sectores de la población donde algunos paladines del rencor quisieron enfrentar a López Obrador con los empresarios, ahora tienen en la armonía una sorpresa que inflama su reacción visceral.

Otra vez el presidente electo visitó a los miembros del Consejo Mexicano de Negocios en su sede, en una de las zonas más exclusivas de la Ciudad de México, y la concordancia se volvió armonía y ésta se concretó en objetivos muy serios y muy precisos. El de mayor envergadura fue el propósito de aumentar el PIB a un 4 por ciento.

El Consejo Mexicano de Negocios agrupa a personas cuyas empresas generan el 30 por ciento del PIB del país.

El empresariado está contento con el proyecto del nuevo gobierno, a pesar de que se anunciaba como el grupo antagónico al nuevo gobierno resultó ser uno de los convencidos de los planes del gobierno de cambio.

Claudio X. González dijo con una gran sonrisa en el rostro que el presidente electo había ganado “con 30 millones de votos. Es impresionante”.

Al salir de a reunión a puerta cerrada, en compañía de César Yáñez y Alfonso Romo, así como del presidente del Consejo, Alejandro Ramírez, Andrés Manuel López Obrador aseveró “vamos a lograr el propósito de que México se convierta en una potencia económica”.

Ahora que surgen frentes que tienen como propósito no permitir gobernar bien a quien les arrebata sus canonjías, los empresarios anteponen el interés de todos al de unos pocos.

Porque los frentes contra el nuevo gobierno se multiplican, algunos por rencor, otros por venganza, otros por nostalgia del pasado, otros más por vivir en carne propia la pérdida de privilegios, pero son capaces de sacrificar el oficio periodístico y reducirlo una consigna, como lo hará Miguel Ángel Mancera al crear una publicación nueva, tal y como lo hizo Salinas con La Crónica de Hoy, colocando al frente a un extranjero, disfrazado de periodista, que ni remedo es. Esta vez el ex jefe de gobierno también colocará a un extranjero al frente de una publicación que insistirá en denominarle periódico y que tiene como único objetivo desgastar la imagen de Andrés Manuel López Obrador y de Morena, con otro remedo de periodista al frente.

Cuando el periodismo extravía su esencia de informar y se le convierte en consigna deja de ser periodismo para convertirse en una trinchera, pero para tranquilidad de los mexicanos Mancera nunca termina los proyectos que inicia.

Como éstas hay muchas trincheras que impedirán el desarrollo de un proyecto y la evolución de un país hacia niveles diferentes de vida y de producción. No es el aislamiento del mundo, como lo dijeron en más de una ocasión sus contrincantes en la lucha por la Presidencia de la República, esto no lo habrían aceptado los empresarios que el pasado jueves parecían muy complacidos con López Obrador. Hay, en realidad, un paso adelante respecto a los proyectos de Anaya y Meade, y la participación de los empresarios así lo demuestra.

En ese proceso de incorporación de los empresarios a un liderazgo común, no faltan los oportunistas que dicen tener un puesto asegurado en el gabinete, o en el subgabinete o la prolongación de éste. Se dicen inmunes a las críticas y a las investigaciones. Es decir, gozan de un fuero que sólo legitima su imaginación, pero que les sirve para engañar ingenuos, e intentar posicionarse dentro de los intocables, sin saber que ya no los hay.

Uno de los peligros de dar a conocer el gabinete con tal premura tiene que ver con los oportunistas precisamente, porque ahora con la mano en la cintura se dicen amigos de alguien ya nombrado como secretario de Estado, o alcalde, o diputado o senador. Este oportunismo que es evidente desde el primer impacto visual se ha multiplicado, lo peor es que suele arraigarse en los destronados priistas, quienes dicen contar con la experiencia suficiente como para ser convocados conformar el gobierno del cambio.

El lapso que dure la transición estará llena de oportunismos porque los arribistas saben que pueden hacer ruido para colocarse y también para desprestigiar, con su sola cercanía, al nuevo gobierno.

A lo largo y ancho del país, pero sobre todo en el norte, suele escucharse a algunos de esos extraños personajes que no son ni políticos ni empresarios, sino todo lo contrario, decir que ya se van a incorporar al trabajo del nuevo gobierno. Que son amigos del jefe de la oficina de la presidencia, que son intocables y que hasta le pueden buscar chamba a alguien. Son una especie de empresarios pirata, que no forman parte de nada y carecen el valor de enfrentar al nuevo gobierno dando la cara.

Todo eso en un mismo paquete denominado guerra sucia.

Volviendo a los empresarios comprometidos, el líder del Consejo Mexicano de Negocios, Claudio X. González, señaló: El Presidente electo está actuando de forma muy pragmática y pa’ bien la transición y queremos que siga yéndole bien, porque como le comentamos él dijo en el zócalo que quiere ser recordado como haber sido un buen presidente de México y tenemos muchas ganas de ayudarlo a que sea un muy buen presidente de México”. PEGA Y CORRE.- Ahora lo que le faltaba a Veracruz, nos cuentan que Miguel Ángel Yunes Márquez buscaría llegar a algún puesto directivo del PAN, la opción más clara es que busque la presidencia del partido, aunque puede resultar una misión imposible por la lucha interna en el blanquiazul, por lo que el otro camino sería sumarse a alguno de los proyectos y postularse para secretario general… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.

 

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