ENMOLADAS

Ya no es el villano favorito de los veracruzanos,Javier Duarte. Ahora la ira se vuelve, al cínico de Miguel Ángel Yunes Linares. Esta especie de gobernantes depredadores, son de repudio al igual que su gabinete y diputados panistas en la Legislatura local. Trasciende que al igual que los priistas, todos están preocupados por ver que se llevan- hasta las macetas- llegado
el último momento. El rostro de Yunes Linares, muestra la furia. La rabia no contenida, de la frustración. El odio hacia una población, que el único pecado que cometieron fue haber creído en el supuesto cambio. Es tan obcecado, que no ve que ya no tiene futuro político, más que su cercanía con el inútil de su hijo, presidente municipal del puerto, al que la ciudad se le inundó “haiga sido como haiga sido”. Ya no es bien vista su familia, porque en vez de ponerse a solucionar se empeña en dejarle problemas graves al gobernador electo, que repercuten en la ya muy dañada economía de la población. Hasta los boleros del parque Juárez se quejan, de que no les paga la boleada. Solo es para la foto.