La historia inicia con la Reforma Educativa. El plan era ponerlo en marcha, pero Elba Esther Gordillo, lideresa vitalicia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, interfería en la conspiración. Se dice que estratégicamente el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, mantuvo encuentros a puerta cerrada con la maestra Gordillo, esta se negó a aceptar la Reforma. Al mismo tiempo hubo platicas alevosamente con Juan Díaz de la Torre y Soralla Bañuelos de la Torre para traicionar a la lideresa del SNTE a cambio de que ellos manejaran el sindicato cuando ella saliera de escena.
La traición sucedió y el plan de Osorio Chong y el entonces subprocurador de la PGR, Alfredo Castillo, llevaron a cabo el tan ansiado arresto de Gordillo.
Ante el espectacular montaje de la detención de Gordillo, acusada de delincuencia organizada y lavado de dinero, se lograron ver desde un inicio sesgos en las imputaciones, ya que Gordillo queda en el centro de un cuadro en donde Juan Díaz y Soralla Bañuelos tenían el conocimiento de estos movimientos y que, si en verdad fueran ciertas esas inculpaciones desde el primer día de la detención de Gordillo, tanto Díaz como Bañuelos tuvieron que ser detenidos. Además, es más raro que ambos se opusieron a ser careados con la maestra Elba Esther durante todo su proceso judicial.
Al salir de escena Gordillo, ambos, Díaz y Bañuelos, subieron al poder manejando las cuotas de los maestros sindicalizados por más de un millón de pesos.
En un gremio donde Elba Esther Gordillo es la buena de la película, debemos reflexionar sobre la maldad de las demás instancias educativas en México. Porque si la que antes era la bruja, ahora es el hada madrina fue porque los monstruos fueron en realidad infernales para los derechos de los profesores, para su dignidad y para la salud de la vida laboral del país, pero sobre todo para la educación.
Los profesores del país terminan en estos meses uno de los sexenios con mayores castigos a su dignidad. La aparición de siniestros personajes como Emilio Chuayffet Chemor, Aurelio Nuño y Otto Granados al frente de la Secretaría de Educación Pública, dieron muestra de un permanente castigo a la calidad de vida del magisterio.
Los derechos laborales de los profesores se habían elevado por encima de otros países, durante el periodo de Elba Esther Gordillo como lideresa del magisterio mexicano con más de millón y medio de afiliados.
Aquí y ahora los profesores reclaman el regreso de la maestra, lo mismo sucede en buena parte de los trabajadores mineros con Napoleón Gómez Urrutia; sin embargo, no sucede lo mismo con Carlos Romero Deschamps. Para hablar de la vida sindical en el país se requiere algo más que una mediana información.
El sucesor de Elba Esther, Juan Díaz de la Torre, colocó el timón en manos del gobierno, trabajó sin pena ni gloria, dejó el mando del sindicato a la SEP, donde llegaron a desmantelar lo poco o mucho que se había logrado. De ahí que un personaje tan oscuro como Elba Esther Gordillo ahora brilla ante la mediocridad y servilismo de su sucesor y ella parece honesta y bondadosa con el magisterio.
Seguramente ninguno de los tres secretarios de Educación de la actual administración podría nombrar a tres pedagogos mexicanos. La ineficiencia en la dependencia ha sido motivo de risa en todo el sexenio, la mano con seis dedos en uno de los libros de texto lo comprueba.
El gran insulto a los maestros se llamó Reforma Educativa, uno de los orgullos de Peña Nieto y sus hombrecillos sin educación. Una determinación que se realizó sin consultar a las bases mientras se le calificaba a Elba Esther de antidemocrática. Una reforma que sólo podía llamarse educativa porque se realizó contra los maestros, ese era su único nexo con la educación.
A pesar de los niveles de corrupción y los grados de violencia que había en el magisterio durante el periodo de Elba Esther Gordillo, la actual lucha magisterial se reduce solamente a estar a favor o en contra de la reforma educativa. Y la maestra se opuso desde el principio a esta disposición, así que lo demás no importa.
Si la historia del liderazgo de Elba Esther se redujera a la defensa de la dignidad de los maestros a través del rechazo a la reforma educativa su figura pública debe reconocerse como ahora lo hacen muchos profesores. Si su liberación se debe a que la reforma educativa se muere, podría considerarse una prisionera política y una victoria pública.
Los tiempos eminentemente políticos la colocan en medio de la posibilidad de reivindicarse. y de acusar traición y excesos de autoridad.
La trayectoria de la maestra es mayor que un campo de batalla o una pugna que nunca debió surgir, su historia, implica tiempo y distancia en el magisterio. Esto lo saben los profesores, y sin olvidar ni perdonar consideran que debe regresar a encabezar el gremio más numeroso de América Latina.
La protagonista de esta historia, la Reforma Educativa, arrasó y murió después de este sexenio sin pena ni gloria.
Pero el regreso a dirigir el SNTE y convertirse en un grupo fuerte de presión para cualquier gobierno no es la única tarea que ahora tiene la maestra.
Tiene más de tres conflictos adicionales que cuidar.
El primero, y menos importante para la maestra, radica en reivindicar la figura de Humberto Moreira y su hermano, donde quiera que éstos se encuentren. Resulta que ambos siguen en el PRI, y no sólo eso, están en la cúpula de ese partido, y lo que es peor, son corresponsables de la reconstrucción de ese partido.
Para Elba Esther los hermanos Moreira siempre fueron consentidos, son sus hijos políticos y fueron su preocupación durante varios años.
Otra de sus preocupaciones es otro de sus hijos políticos: Rafael Moreno Valle, ex gobernador de Puebla, quien es acusado por los ciudadanos de esa entidad de fraude electoral al intentar imponer a su esposa como gobernadora para que le cubriera sus espaldas. Elba Esther podría seguir teniendo el poder suficiente como para desactivar las impugnaciones de Morena contra la esposa de su consentido.
Otro de sus asuntos urgentes en libertad tiene que ver con su hijo putativo veracruzano: Miguel Ángel Yunes Linares, con poca suerte en los últimos meses. Como a Yunes Linares le ha fallado la buena fortuna, la maestra deberá dejarlo limpio de toda culpa y de las posibles acusaciones de corrupción. Debe salir de la gubernatura ileso, y la misión no suena fácil para la maestra.
Es posible que alguna de esas tareas haya sido negociada a cambio de su salida. O las tres por la libertad. PEGA Y CORRE. – A los veracruzanos les queda ya muy claro que el equipo que conformará el próximo gabinete del gobernador electo, Cuitláhuac García Jiménez, estará libre de presiones y sugerencias de las fuerzas vivas de la entidad… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
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