Se cumple una semana de que el Órgano Interno de Control de la Profeco tiene en sus manos el caso del Director General de Verificación y Vigilancia, José Guadalupe Aguirre Solís, quien fue detenido con 275 mil pesos en efectivo y no supo explicar a las autoridades el origen ni el destino de ese recurso.
Bastó una llamada para que lo dejaran libre. Después de eso nadie supo nada. La investigación dentro de Profeco pareciera diluirse entre el tiempo y la impunidad. El origen o destino del dinero seguramente está muy claro para Rogelio Cerda Pérez y su grupo selecto de nuevoleoneses que tomaron por asalto dicha dependencia.
El detenido no es un funcionario menor, aunque lo haya sido toda la vida en sus cargos públicos en Monterrey.
En marzo, Aguirre Solís, inició una serie de operativos sorpresa en todo el país, pero fundamentalmente en la zona metropolitana de Monterrey, donde conoce bien a la gran mayoría de los propietarios de las estaciones de servicio. Justificó la acción diciendo que se trataba de un operativo para garantizar que los clientes reciban el combustible que marcan las bombas de suministro.
“Con este dispositivo se comprobará el despacho de litros completos, precios a la vista, la operación electrónica de las maquinas despachadoras de combustible, entre otras medidas, para determinar si se opera de manera regular o si hay anomalías. El operativo se realiza de manera conjunta en los 32 estados de México durante el periodo vacacional”.
Es muy probable, incluso al interior de la Profeco lo dan por un hecho, que el Director General de Verificación y Vigilancia de las gasolinerías viniera de cobrar el producto de su silencio en varios de estos negocios en la ciudad de México, el pasado 31 de julio.
Desde el 1 de enero a marzo del presente año, la dirección de Vigilancia y Verificación de la Profeco en Nuevo León inmovilizó 876 mangueras por anomalías, en 467 establecimientos visitados.
Los elementos de seguridad de Ciudad de México detallaron que el arresto se debió a que el servidor público viajaba a bordo de una camioneta Chevrolet Suburban blanca, modelo 2010 y con vidrios polarizados, un vehículo que despertó sospechas. Al realizar una revisión preventiva, encontraron una maleta color gris con 275 mil pesos en efectivo. La detención se llevó a cabo en la esquina de la avenida presidente Masaryk y Mariano Escobedo, en la colonia Chapultepec. La sospecha de lavado de dinero cubrió de oscuridad el hecho que no ha podido esclarecerse.
Dicho incidente viene a oscurecer, dentro y fuera de nuestras fronteras, las labores y negociaciones por la reestructuración del Tratado de Libre Comercio, de Ildefonso Guajardo Villarreal, secretario de Economía, de la que depende Profeco, que encabeza Rogelio Cerda Pérez.
Rogelio Cerda Pérez pudo ser gobernador de Nuevo León, al final del sexenio de Natividad González Parás, era el gran heredero, luego de ser secretario de Gobierno, de pronto desapareció intempestivamente. Se fue a vivir a Estados Unidos con su familia, huyendo de un fantasma que nadie veía, pero todos nombraban, una vez que se consideró fuera de peligro, regresó.
Ahora, a menos de un año de haber tomado posesión de la Profeco ya le echó a perder toda negociación a su jefe, el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, quien también ha contribuido a llenar de nuevoleoneses su dependencia y la Profeco. Es el caso de Ramón González Dillon, director general de Recursos Materiales y Servicios Generales, quien es uno de los integrantes del trío de las extorsiones según versiones de gente de adentro de la Profeco. Este sujeto pareciera tener luz verde para todas sus fechorías y no tiene límite porque asegura que tiene garantizado su ingreso a la próxima administración por ser muy amigo de Manuel Bartlett.
González Dillon, es parte de ese triángulo de la extorsión, junto con el gran recaudador Pedro Fernando Flamand Gutiérrez, coordinador general de Administración y cuyo jefe directo es el procurador, el otro punto es el hijo político de Enrique Jackson, diputado plurinominal del PRI, nada menos que Director de Adquisiciones y Obra, Gerónimo Sergio Gómez Cantú.
Desde la llegada de Cerda Pérez a la Profeco, con su anterior experiencia como delegado en Nuevo León de la dependencia, convirtió esa procuraduría en el centro de la manipulación del consumo, y dejó de ser la orientación al consumo. Así, sus subordinados descalificaban la calidad de los productos y servicios, cuyos propietarios o administradores no les daban moche. Para la Revista del Consumidor los mejores productos eran los que les dictaban los directores generales y no los que arrojaban niveles superiores de calidad, evaluación que terminaron por dejar de hacer por innecesaria.
La Profeco se convirtió en un lugar donde llega dinero a raudales, sin que haya un registro de sus ingresos oscuros. Porque oscuros también son sus destinos. El financiamiento de la guerra sucia contra la próxima administración federal proviene, en buena medida, de esos dineros que inspectores y funcionarios de Profeco recaudan.
Las gasolinerías son la mina de oro de la Profeco, como puede advertirse al inicio de esta columna. En ellas se reúne una gran cantidad de dinero, tanto que muchos de los propietarios de las estaciones de servicio se han unido para denunciar las anomalías de los inspectores de la Profeco que los extorsionan y aunque no tengan nada que esconder les exigen dinero para seguir funcionando. La amenaza de inmovilizar las mangueras es permanente.
Detener a un director general de Profeco con 275 mil pesos en efectivo, y luego liberarlo con una simple llamada sin aclarar el origen y el destino del recurso se convierte en un síntoma que acusa una estafa de miles de millones de pesos. Sin ningún rubor llevan a la práctica el “Año de Hidalgo”, para no dejar ni las alfombras. Saben que su partido no regresará en mucho tiempo al poder y aprovechan sus últimos meses para la rapiña. PEGA Y CORRE. – Sigue la violencia en Veracruz y no hay poder humano que la detenga. Esta vez hubo un enfrentamiento entre elementos de la Policía Federal y Naval con presuntos delincuentes en la colonia 21 de abril de Veracruz. Arrojó un civil muerto, dos heridos que fueron detenidos, así como un agente policiaco herido. … Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
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