“Es que no hay buena revolución que no sea traicionada,
sólo las malas revoluciones no se traicionan a sí mismas…” – Carlos Fuentes.
Quizá sea la ola de calor que enfrenta el planeta o quizá tal vez los efectos de la “canícula”, lo cierto es que los ánimos sociales están encendidos en Veracruz.
La más reciente muestra de esto que le digo ocurrió el martes en el Congreso del Estado, en donde lo que debería haber sido una sesión cargada de antagonismo político discursivo, terminó confirmando que somos los seres humanos, los únicos irracionales de este planeta.
Un acto que debía mostrar la hechura de Estado que conformamos terminó en un mitote y pleito de barriada.
Todas las fracciones parlamentarias que debieron exhibir sus mejores argumentos y razones a favor o en contra de la designación de un Fiscal Anticorrupción, terminaron por convertirse en un verdadero pleito cavernícola, en donde la exhibición de la fuerza primó como referente para ver quien tiene más huevos en la canasta, por decirlo lo más finamente posible.
Mientras tanto la sociedad veracruzana expectante se deja llevar por los vaivenes que le impone una clase política que sigue demostrando como se debe mover el pandero para seguir engañando a la sociedad.
Y es que lo verdaderamente importante que debiéramos analizar es como los pleitos absurdos por el poder, confrontan a la sociedad, llevándola al extremo de violentar a los antagónicos al punto de intentar lesionar o agredir a alguien por el simple hecho de imponer una idea o posición.
Absurdo pensar que en pleno siglo XXI esa sea la tendencia global en materia política.
Polarizar, radicalizar, confrontar, son las nuevas formas de control social y de masas que alguien o algunos pretenden imponer en nuestro país y en nuestro amado Veracruz.
Nos hemos puesto a pensar qué dicho diferendo entre veracruzanos representados en el Congreso se daba por imponer un titular de la Fiscalía Estatal Anticorrupción, que lo mismo hoy, que mañana –refiriéndonos a la próxima legislatura- se podría imponer.
Como fuera, para unos o para otros siempre el impuesto habrá de ser fiscal carnal de algún grupo en el poder, pues las visiones antagónicas siempre estarán, mientras no se anteponga una visión global en donde la unidad y el beneficio de un estado se sobreponga a los intereses particulares de grupos gobernantes.
En los hechos lo que se debería estar lamentando es esa actitud por demás beligerante y bélica con la que algunos ya se conducen –incluso en los mismos medios de comunicación, en donde entre iguales suelen salir a relucir las rencillas, los rencores, las envidias, los diferendos-, aun cuando ni siquiera son aun gobierno.
¿No estábamos pues todos como mexicanos convidados y convocados a la unidad, a la concordia, al perdón?
Algo aquí simplemente no termina de cuadrar…
Sextante
Interesante reflexión la que realizó a este reportero durante la Segunda Emisión del Noticiero En Contacto que se transmite por el 97.7 de FM La Maquina quien fuera delegado de la Secretaría de Gobernación del Gobierno Federal en Veracruz, Ángel Isaac Ochoa Pérez en su calidad de presidente de la Asociación Nacional Generación Revolucionaria adherida al PRI al hablar de lo ocurrido el pasado 1 de julio.
Simulación, compra de impunidades, traiciones e incluso la construcción de un triunfo para Morena desde la misma Presidencia de la República en el afán de salvar el pellejo.
Y es que, para el priista, el partido se mantiene secuestrado literalmente por personajes afines al aparato de poder, que lo único que buscó fue garantizar su derrota, tras un importantísimo esfuerzo que representó el ganar la presidencia en 2012.
El ejemplo más claro de ello, afirmó, fue colocar una candidato no priista, con un presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, no militante, con un coordinador de campaña que tampoco era priista, para terminar con un vocero panista informando a su militancia.
Ahora sí que como dice el refrán popular “con esa ayuda, mejor no me ayudes compadre”.
Al tiempo.
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