De las cosas más claras que dejaron las elecciones pasadas, es la exigencia de futuros funcionarios con otros perfiles. Fuera los corruptos, ineptos, omisos, inmorales. Por ello no se entiende,el desfile de nombres de quienes se quieren acomodar y repetir con el nuevo gobernador. Se asemejan a zopilotes al acecho, como Edel Álvarez Peña. Aquel que una magistrada, al saber de su designación sentenció: “En Veracruz cualquier pendejo, puede ser magistrado” y pretende quedar incrustado en la nueva administración. Esperamos que haya sensatez, para no permitir que nadie con estigmas de corrupción, se “cuelguen” como siempre lo hicieron en los pasados gobiernos. Por el bien de Veracruz.