EL PODER PERDIDO EN VERACRUZ

El pasado domingo, el abanderado de Morena, Cuitláhuac García Jiménez recibió la constancia oficial que lo acredita como el gobernador Constitucional electo por mayoría indiscutible de la elección de Veracruz. Será hasta el 15 de Julio cuando trace su proyecto de Gobierno en la principal Plaza Pública Xalapeña, tras golpeteo de las plumas yunistas, un “pataleo natural” pero encolerizado. No es fácil digerir que la ola morena les arrebató la entidad, porque “el poder no se cede, se arrebata” y AMLO lo hizo con un plebiscito histórico que convierte al profesor universitario en el candidato con más votos obtenidos (1, 667,239. Los despojan además, del Congreso de Veracruz, la cereza del pastel desde donde muchos negocios fructificaron en año y medio y adelantó Rocío Nahle, serán investigados.

 

A diferencia de López Obrador, que ha empezado a limar asperezas con diversos sectores -y está por verse el trato que le dé a Miguel Ángel Yunes el próximo jueves al reunirse con la CONAGO-, en Veracruz García Jiménez prolonga acusaciones contra el actual gobernante. En la revista Proceso, el día que el OPLE le entrega el acta, denunció el desvió de recursos del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares por 800 millones de pesos hacia la elección de su hijo”. Cómo antecedente se filtra que en el “arreglo” presidencial que llevó a MORENA tersamente a Palacio Nacional, el PRI operó a su favor por petición expresa de AMLO, para cobrársela a Yunes azul ¿Hasta dónde llegarán?  ¿Qué recibe el PRI a cambio? Porqué las acusaciones y agravios en campaña fueron delicadas y no simple contraste de ideas.

 

El reconocimiento del triunfo electoral del “Ing. García” de Morena por parte del Gobernante veracruzano se dio 15 días después. En conferencia de prensa lo emplaza a conversar en Palacio de Gobierno “sobre la situación general de Veracruz” y acordar la transición ¿Negociarán? Maquiavelo alega que el acuerdo entre los príncipes no se acuerda como un “pacto”, sino como dicen los toreros, depende de la proporción entre fuerzas de los combatientes, que se hace más constante y duradera con el poderío de la ley. Tendrá Cuitláhuac que ponderar su falta de pericia política frente al toro bravo de MAYM, que sabe que el poder se ejerce, con violencia o sin ella. Lo dejó entrever al enunciar en su discurso políticamente correcto que “la lucha sigue” , lo cual sonó más a un aviso de que él continúa al control.

 

El todopoderoso gobernador panista no está manco, perdió la elección por un mal gobierno. Yunes Linares, como las cúpulas derrotadas no midieron varios factores que ocasionaron la derrota. Como dice Maquiavelo “una tiranía o el desgobierno no duran indefinidamente”, y si dos enemigos se unen -como MORENA y el PRI- son imbatibles. La fuerza del hartazgo social, la traición de la mafia del poder y sobre todo, el peso de un gobierno excluyente y sin resultados para las necesidades inmediatas de los veracruzanos, que depositaron su confianza en que resarciría el daño causado por Javier Duarte fue su debacle. Yunes ejercerá el poder hasta el último momento y dejará sus fichas puestas, como exhibe la solicitud del Presidente del Tribunal Superior de Justicia, Edel Álvarez, para que el jefe del ejecutivo estatal nombre los 12 magistrados que faltan, que llevarán sin duda el sello yunista.

 

En las debilidades de Jiménez García, además de las imposiciones que vienen en su gabinete, está precisamente su falta de experiencia mientras que Yunes Linares sabe que el poder es un juego de voluntades, pasiones e inteligencias individuales. Y que si bien ha dado muestras de civilidad en su discurso sabe el poder de la máxima maquiavélica “Vale más ser temido que amado”.

El gobernador electo morenista no debe soslayar la mancuerna del PRI- MOR que podría revertírsele en términos de legitimidad y libertad, sobre todo cuando en el tricolor está por desatarse el ajuste de cuentas a los traidores a Pepe Yunes, quien por cierto sabemos era la primera opción de Morena como candidato al gobierno y a quien el mismo Cuitláhuac reconoce para aterrizar un diagnóstico con un personaje de amplia experiencia. Fiel a su partido se sabe que Pepe Yunes declinó la invitación de Morena a ser su candidato, pero ese es otro relato.

 

 

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