Ahora resulta que en cuestión de desvíos de recursos Javier Duarte es un niño de pecho comparado con Miguel Ángel Yunes Linares, porque para desviar un solo camión se utilizan recursos humanos que son los policías, recursos materiales que son las patrullas y la gasolina que utilizan y, por si fuera poco, dinero para adquirir retenes y espacio dónde colocar esos camiones, que no eran pocos.
Es decir que mientras los delincuentes comunes y organizados dan rienda suelta a sus fechorías los policías estatales de Veracruz están dedicados en cuerpo y alma a la retención de camiones y vehículos provenientes de toda la entidad.
Mientras las ambulancias y patrullas carecen de gasolina y es a los uniformados a quienes se les exige llenar los tanques, ahora el gobernador dio dinero a manos llenas para que llenaran los tanques de las patrullas que se dedicarían a retener los camiones de simpatizantes de Morena.
Yunes pensó que nadie se daría cuenta de su maniobra, que se le adjudicaría a la pérdida de prestigio de AMLO la poca asistencia al estadio. Cree que los veracruzanos tienen corta inteligencia, cree el león que todos son de su condición.
En lo que debe reflexionar es en su frente, su candidato a la Presidencia de la República escogió en León, Guanajuato, un espacio reducido, muy comunicado, de poca afluencia, y de fácil ubicación para cerrar su campaña. Ese espacio se llenaría con la poca gente que llegó al estadio Luis Pirata Fuente del puerto de Veracruz.
Por otra parte, Meade cerrará en Coahuila para justificar que habrá poca gente en cierre de campaña, a pesar del tradicional acarreo.
Organizó un bloqueo total de los accesos al puerto de Veracruz para impedir que los camiones llegaran, un operativo muy costoso. Si hubiera utilizado ese mismo esquema de operativos para combatir a la delincuencia la realidad del estado sería muy diferente. Pero Yunes Linares sólo trabaja para él y su familia, como lo hiciera su antecesor. Y lo que trata de evitar es que su sucesor lo juzgue, por eso quiere que gane su hijo, para hacer más larga la cadena de impunidad de la cual él es un eslabón más.
La idea de Miguel Ángel Yunes era decir al país y al mundo, que los veracruzanos prefieren el futbol que a López Obrador, lo que no dice es que en ese mismo estadio el partido entre la selección de nuestro país contra Corea del Sur se transmitió en pantallas gigantes desde el inicio del encuentro.
La simpleza con la que ve Yunes Linares la realidad electoral de su estado, lo hace merecedor de un tercer lugar en las encuestas, lugar que supera gracias a los recursos del gobierno que destina a elaborar encuestas con metodologías exóticas, tan singulares que deban darle la delantera a su hijo.
Desde el momento en que un gobernador coloca a su hijo para sucederlo, los votantes y las autoridades electorales deben estar muy alerta sobre el desarrollo de la jornada electoral, ya que durante la campaña su presupuesto se duplicó gracias a los recursos del erario destinados a impulsar al junior a la gubernatura para que, si gana, le cubra las espaldas a su padre, mientras distrae a los veracruzanos con la fiscalía que persiga los delitos de Javier Duarte, tarea que no pudo o no quiso realizar su padre.
El propio Duarte reclamó desde la cárcel a Yunes que sólo intimida a Karime Macías a causa de la desesperación que le provoca que su hijo no vaya a ganar la gubernatura a pesar de todos los recursos utilizados para lograr el triunfo electoral.
Luego de que Yunes haya detenido cientos de autobuses en las inmediaciones del puerto de Veracruz, amenazando a los operadores y a la gente que transportaba, lo único que logró es que algunos de los pocos que iban a votar por su hijo se abstengan, o sufraguen en favor del candidato de Morena, Cuitláhuac García Jiménez.
La desesperación de Yunes Linares por perder rápidamente simpatizantes y su hijo intención de voto, lo obliga realizar actividades que sólo lo muestran como un rey autoritario ante sus súbditos a quienes castigan por no amar al heredero de la corona.
A Yunes le ha fallado todo, a pesar de que dice perseguir a los cómplices de Javier Duarte, lo único que hace es el ridículo. Porque cuando no realiza una tarea política con convicción y sólo por interés personal, tarde o temprano surge la escoria que quiere esconder.
En este contexto, mintió cuando dijo que la PGR había solicitado la extradición de la esposa de Duarte; la PGR no había movido un solo dedo hasta no revisar los convenios con ese país. En el lapso Karime puede conseguir ser considerada una perseguida política, aunque Yunes afirme iracundo, que es una delincuente común.
En ese mismo tema, el ridículo mayor sucedió cuando el gobernador viajó a Texas, con dinero del erario, para asegurar un inmueble que presuntamente era del exgobernador y al llegar resultó que no era de Duarte.
Ya no sabe qué hacer Yunes Linares para convencer a los ingenuos que trabaja y a los poco informados que puede llevar a algún cómplice de Duarte a la cárcel. Sólo quiere demostrar eficacia para que la gente vote por su hijo, quien no levanta y todo lo que provoca es antipatía ante tanto descalabro y transa de su padre por hacerlo crecer.
Yunes es un delincuente electoral que debe estar en la cárcel, su hijo un títere del padre que seguramente defenderá a capa y espada para desinfectar su imagen de cualquier delito. PEGA Y CORRE. – La violencia sigue persiguiendo a inocentes en Veracruz, y no hay poder que lo impida, tan sólo en mayo se registraron 70 ejecutados, personas asesinadas con arma de fuego, aunque en total el número de homicidios dolosos aumentó a 123…Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
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