Carta oportuna a un joven rechazado por la UV

Carta oportuna a un joven rechazado por la UV

Estimado joven, antes que nada, debo decirte que no haber quedado en la Universidad Veracruzana no es el fin del mundo. En primer lugar, precisamente porque eres joven y tienes mucha vida por delante. No lo vas a creer, pero los que hicimos la universidad a una edad adulta agradecemos esa circunstancia porque nos permitió apreciar más plenamente la experiencia universitaria. Si crees que es muy importante llegar muy joven y sin la preparación suficiente, puede ser que de entrada te sientas demasiado presionado y al final te frustres.

No te dejes llevar por los comentarios inmaduros de quienes sí fueron aceptados. Ellos, por inmaduros, temprano se darán cuenta de que echaron demasiado pronto las campanas a vuelo. Es grande la deserción en esta universidad, precisamente por la inmadurez con la que muchos llegan.

Quizá puedas pensar que, si no entras a una universidad, aunque sea de paga, vas perder el año. ¿Perder el año? Ni que fuera teléfono celular. Un año no se pierde si uno está dispuesto a aprovecharlo. Mira, yo hice la universidad 15 años después de lo que debería, ¿acaso perdí esos 15 años de vida? Un año se puede aprovechar si lo llenas de gratas experiencias, de conocimiento, de amistad, de paz.

Por ello, puedes bien aprovechar ese año aprendiendo un idioma, a tocar un instrumento, mejorando tu condición física, pero sobre todo aprendiendo a ser más disciplinado. Detente un momento y pregúntate: ¿Fue tu bajo rendimiento en la preparatoria lo que dio como resultado que no pasaras ese examen de Ceneval? Entonces, ¿qué ibas a hacer en una universidad con esa preparación tan pobre? Aprovecha este año para mejorar en ti como persona y como estudiante.

Ahora bien, te voy a decir algo más, tampoco entrar a la Universidad Veracruzana es la gran cosa. Y no lo digo porque no ame a mi universidad. Amo a la UV mucho más que aquellos que dirigiéndola le han hecho un gran daño. La UV está entre las últimas 50 universidades de un ranking de 200 en Latinoamérica. Y esa circunstancia no se da sólo por lo mal administrada que está, sino además porque muchos llegan a la UV sin la actitud correcta, sin la preparación adecuada.

Las universidades aportan una parte para que tú seas un gran profesionista, pero la mayor parte la tienes que poner tú. Si no tienes la actitud correcta, así estés en la Ibero, en la UNAM o en Harvard, no lograrás ser un gran profesionista.

Si por cualquier circunstancia decides entrar a una universidad de paga, tu responsabilidad es mayor, pues en ello va el esfuerzo de tus padres por pagar tus estudios; por lo mismo debes tener una mejor actitud y ser además agradecido.

Sobre todo, como siempre lo he dicho, una universidad no es el campus, no los edificios, no los que la administran; una universidad no son sólo los maestros o los compañeros de clases. La universidad es una experiencia que surge de compartir conocimiento, surge de la convivencia entre alumnos y maestros, el lugar es lo de menos.

A final de cuentas, la universidad eres tú, porque la actitud universitaria está en ti; sin ella, así pasaras el examen de admisión, tu paso por la universidad sería estéril, como esos caminos que llevan a ninguna parte.

Por ello estimado joven no te sientas rechazado, empieza por aceptar la situación y luego acepta que debes mejorar en algo. Todo este proceso, si lo desarrollas en un año, te hará sentir mejor y entonces podrás aceptarte a ti mismo, después de eso, que te acepten en otros lados será más fácil; porque recuerda, aceptarse uno mismo es el principio de la satisfacción.

 

Atentamente:

 

Armando Ortiz                                                                       aortiz52@hotmail.com

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