Vivir de un sueño

Es claro que las brechas generacionales también abren grandes diferencias de pensamiento, que la manera de vivir de nuestros padres o abuelos es totalmente distinta a la que nosotros imaginamos, las formas de obtener sustento y de relacionarnos con el trabajo también se han visto transformadas, sin embargo creo que prevalece en cada generación la búsqueda del éxito y lo que muchos llamamos felicidad.

En días pasados se popularizó un fragmento de entrevista a Eugenio Derbez, mismo que generó un debate porque en el diálogo que sostuvo con Adela Micha se hace referencia al pago percibido por un trabajo, en la entrevista el actor señala que hoy en día los jóvenes lo primero que buscan es el dinero… vale la pena ver el diálogo completo porque si sólo se ve el fragmento popularizado cualquiera puede pensar que el actor busca que los jóvenes trabajen gratis y creo con certeza que no era la intención de la plática.

Lo rescatable de la entrevista completa es la descripción que hacen tanto la periodista como el actor de su percepción respecto a mi generación en comparación con la suya, al escucharlos no pude evitar pensar en infinidad de diálogos con mis mayores donde constantemente hacemos un comparativo respecto a épocas anteriores y nuestra actual forma de pensar, ciertamente creo que las formas de conseguir los objetivos han cambiado, de la misma forma que lo hicieron las remuneraciones y la seguridad social.

Pertenezco a una generación que creció con más oportunidades pero que tiene más retos por enfrentar porque las condiciones de empleo son más adversas de lo que parecían antes, en la actualidad es más complicado encontrar un trabajo donde se crea antigüedad y casi imposible aspirar a una jubilación, pero seamos honestos ¿cuántos jóvenes aspiran realmente a eso? Me atrevo a pensar que son muy pocos los que añoran ese estilo de vida, aunque realmente debemos tomar consciencia de que al llegar la vejez es necesario que tengamos ahorros que la sostengan.

Como la nueva generación de la información seguimos en muchos casos desinformados, pues el exceso de la misma puede nublar los juicios en más de una ocasión, mas tener tantos datos nos ha permitido conocer a fondo múltiples temáticas, somos más proactivos y constantemente estamos imaginando alternativas para nuestro entorno, considero con firmeza que la juventud tiene grandes sueños, porque pertenezco a una generación que tuvo más tiempo de disfrutar y conocer el mundo que nos rodea, el problema es que a más de uno nos falta la confianza de enfrentar adversidades, crecimos con grandes ilusiones pero también con enseñanzas que cuesta desafiar, quizás por ello resulta tan complicado atrevernos a avanzar.

Los retos siempre han sido grandes pero cada generación ha aprendido a adaptarse a ellos, ahora nos toca a nosotros buscar alternativas de vida, retomando lo mejor de todo lo aprendido y atrevernos a saltar, siendo siempre conscientes de que saltar tiene sus riesgos, pero muchos de los que se atreven logran alcanzar esa meta que más de uno perseguimos. El futuro de México y el mundo está en los jóvenes, pero no en aquellos que se queden sentados para juzgar los hechos desde un monitor, sino en los que salen todos los días buscando actuar de forma diferente, persiguiendo sus sueños e invitando a otros a triunfar, la clave para un cambio está en creer que todo es posible y unidos buscar distintas alternativas que nos ayuden a hacer los sueños realidad.

El trabajo que cada uno añora sí existe, pero no llega por arte de magia ni tocando a la puerta de la casa, el trabajo se construye con aprendizaje, a base de experiencias y tropiezos que dejan grandes lecciones, con confianza para que en los tiempos de crisis el ánimo no se derrumbe y sobre todo con atención a los consejos de quienes nos importan pero sin considerarlos como leyes ya que el camino por recorrer es sólo nuestro, en cada uno está la decisión de cómo llegar al final.

 

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