¡Basta de política!

Si vamos a discutir sobre las próximas votaciones electorales que sea porque leímos todos los medios posibles, seguimos a los candidatos desde años atrás, entendimos cómo funcionan cada una de sus propuestas, analizamos la viabilidad de las mismas, dejamos de lado odios e intereses personales y verdaderamente pensamos discutir ideas más allá de un partido, si no se han cumplido cabalmente los puntos anteriores, ¿Qué sentido tiene insistir en el tema?

En estas fechas tengo la impresión de que la pregunta obligada cuando recién se conoce a alguien no es ¿Cómo te llamas?, sino más bien ¿Por quién vas a votar?, pareciera que la elección de partido o candidato es la mejor o peor carta de presentación y sin duda la elección de representantes dice más de nosotros que lo que cualquier otra persona podría contar. La política es el eje central de las conversaciones familiares, los encuentros entre amigos y por supuesto también en los espacios laborales, sin embargo no dejo de percibir una gran desinformación en todas las discusiones, así que a partir de ahora antes de hablar de política considero necesario dialogar sobre los temas que la conforman.

Uno de los puntos más importantes en toda propuesta de campaña es la economía. Los mexicanos estamos cansados de que los salarios sean insuficientes para cubrir necesidades básicas, del aumento al costo en los productos y la falta de equidad en las facilidades que se otorgan a distintas empresas. Pese a lo anterior, ¿Cuántas personas podrían decir con certeza que entienden el desarrollo de los mercados? Todos entendemos sobre escases, demanda de productos e inflación, pero me atrevo a decir que muy pocos entienden cómo se origina la fluctuación de mercado o sobre las múltiples formas de generar inversiones en el país.

Uno de los puntos señalados en diversas propuestas es la necesidad de fortalecer el mercado interno y lograr el posicionamiento de productos nacionales, lo cual resulta una excelente idea. Si se apoya a lo local generamos empleos y crecen las pequeñas empresas por lo que todo se capitaliza dentro del mismo país o región. Sin embargo aquellos enardecidos que llaman a la población a organizar boicots contra las empresas extranjeras y así lograr que se vayan de México no tienen ni idea de cuán necesaria es su inversión.

Si bien es cierto que países como Alemania y Japón crecieron gracias al consumo nacional y basan gran parte de su economía en ello, también es cierto que en este punto de nuestra historia México depende del intercambio comercial con otros países, infinidad de empresas han decidido establecer aquí su industria debido a la accesibilidad legislativa y los costos de mano de obra. Aunque en más de una ocasión los salarios ofertados por estas empresas no sean los más justos no podemos negar que han brindado un espacio de desarrollo donde antes no existía.

La  industria automotriz ha facilitado el desarrollo de múltiples estados, la generación de nuevas industrias ha hecho que las condiciones de vida y las oportunidades mejoren para más de un habitante, por ello antes de tomar una decisión basándonos en odios infundados deberíamos considerar en cada propuesta si el proyecto presentado es viable, si las consecuencias de afección no serán peores a las que enfrentamos hoy en día y tratar de entender cada decisión cómo afecta nuestro entorno.

Dejemos de lado los diálogos de política y comencemos a compartir realmente información, entendamos cómo funciona la economía, cómo han mejorado en educación otros países, cuál es la clave de la innovación, expliquemos a otros el conocimiento que poseamos en cualquier área y quizás con más información, más capacitados y las mentes más abiertas, tengamos un panorama más real respecto a quién es la persona idónea para gobernar a México.

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