No sé si sólo es el caso de nuestro portal referente.com.mx, una empresa familiar todavía sin los alcances que quisiéramos con mis hijos porque lo sostenemos con los recursos de nuestros bolsillos, que son limitados, lo que nos impide crecer, pero ayer nos sorprendió que nuevamente nos llegó información del Gobierno del Estado y eso me mueve a la siguiente reflexión en voz alta.
Al inicio de la actual administración se nos hacían llegar los boletines oficiales, incluso los de la Fiscalía, que cuando los considerábamos de interés para los lectores los publicábamos sin costo alguno, como siempre ha sido. Pero un buen día no hubo más información, o tal vez no para nosotros, que atribuí a una posible molestia por mi línea de análisis crítico que hago en esta columna con respecto a la administración estatal; como se dice en el argot periodístico, pensé que nos habían “congelado” informativamente.
De todos modos con o sin su información nosotros tratamos de informar en especial sobre política y cultura, incluyendo sobre actividades del gobernador, y ya tenemos nuestros lectores y la experiencia para cuando haya la posibilidad de dar un salto hacia arriba.
Recientemente leí que renunció como coordinador de Comunicación Social del Gobierno del Estado una persona que creo que se apellida Assad o Danini, que si existe o pasó por el cargo quién sabe qué hizo o a que se dedicó o si se trataba de un aviador o de un fantasma, porque al menos en nuestro caso particular jamás tuvo la atención de al menos una llamada telefónica para hacer algún cabildeo a favor del gobernador o de su gobierno, que se supone que ese era su trabajo fundamentalmente. Siempre esperamos que defendiera, que alegara a favor de su jefe, pero nunca lo hizo.
Muchos años de mi vida profesional, en muchos gobiernos, trabajé en esa área y creo que entendí que una de las bases para el éxito de la política de comunicación social de la administración estatal es precisamente la comunicación de los funcionarios de la dependencia con todos los actores de los medios informativos del Estado. Es falso que a todos o a muchos o a algunos sólo los mueva un convenio, un contrato de publicidad o un pago. Por fortuna la mayoría de mis compañeros se distinguen por su profesionalismo, por su independencia editorial y no están monetarizados, como pretenden algunos señalarlos.
Claro, también aprendí que las empresas periodísticas son como otras empresas, que ofrecen servicios y, lógicamente, esperan la respectiva retribución que deje una ganancia. Por eso son empresas, y si el gobierno decide anunciarse o publicitarse en ellas, no tiene nada de vergonzoso, pero, además, desde hace ya buen tiempo que no se puede contratar un servicio si la empresa no está registrada en un padrón oficial del que no se puede escapar a la fiscalización de Hacienda y del SAT, por lo que todo se hace derecho, para decirlo en una expresión popular.
Pero, al menos en mi experiencia, en lo que va de la presente administración, no ha habido comunicación, ni del gobernador, ni del titular del área de Comunicación Social, ni de los secretarios de despacho, ni siquiera del barrendero, para informarnos, platicarlos, cabildear lo que están haciendo y su importancia; para pedirnos que los ayudemos a difundir o para que argumenten y nos convenzan y nos motiven a reconocer, que no aplaudir, en nuestros espacios su trabajo.
En lo que va del gobierno, lo que ha distinguido a la Coordinación de Comunicación Social es la incomunicación, qué contrasentido.
Y cuando no hay comunicación, información oficial sobre sucedidos que respalden la versión de las autoridades y que sirvan a los periodistas para contrastarla con otras versiones o testimonios de los hechos, entonces se va uno con lo que tiene.
En mi caso personal, con Javier Duarte sufrí censura (Gina Domínguez llamaba a dueños o directores de medios para que no me publicaran con la amenaza de que si lo hacían les cortarían la publicidad o los convenios) y represalias. Al final de su gobierno, el gordo trató de rehacer la relación y la sobrellevé con él porque periodísticamente me interesaba su versión, su testimonio. No sé si entendió que yo hacía mi trabajo porque luego reclamaba a sus funcionarios que si los criticaba era porque no me informaban, porque no me enteraban, no me daban detalles sobre los sucedidos.
En este gobierno tampoco nadie ha hablado nunca conmigo (desconozco si con mis compañeros sí) pero tengo que reconocer que al menos hasta ahora el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares ha respetado mi persona y ha respetado mi línea editorial de análisis crítico, aunque nunca he desechado la idea de que cualquier día pudiera haber un reclamo o un aviso de molestia, lo que por otra parte no me extrañaría porque desde siempre he sabido que el nuestro es un oficio de riesgo.
Pero volviendo a las líneas iniciales, ayer empezó a fluir de nuevo información, quién sabe si porque ha llegado como titular del área algún profesional, alguien que sí sabe de esto y que va a tratar de recomponer las cosas, a establecer la comunicación que ha faltado, sobre todo alguien que va a tratar de ayudar al gobernador, quien seguramente no siente lo duro sino lo tupido porque un día sí y otro también lo tunden en la mayoría de los espacios periodísticos, de los medios, y ya ni se diga en las redes.
Hasta me atrevo a pensar que estarían reconociendo por fin que cometieron un grave error al romper la relación con casi todos los medios, lo que en nada les ayuda cuando más necesitan de una buena imagen porque la tendencia electoral no les es favorable pese a lo que digan en sus discursos y lo que muestren las encuestas patito.
Cómo deben estar avizorando el futuro político en Palacio de Gobierno que empleados, viejos conocidos y muchos amigos que ahí dejé, me han comentado que ya iniciaron el cierre de administración, algo que en año normal de trabajo se inicia en septiembre y en último año de sexenio, en agosto, lo que podría ser un indicativo de que no tienen ninguna seguridad de continuar en el poder. ¿Eso está motivando una apertura, la que no ha existido, con la prensa?
Y cómo los debe haber puesto nerviosos el acto ayer de Morena en Córdoba, donde pese a que les pusieron todos los obstáculos posibles, el acto de campaña de Andrés Manuel López Obrador estuvo a reventar. Con policías les impidieron el paso para realizar su acto en el centro de la ciudad, pero en una de las salidas, donde finalmente lo celebraron, un mar de militantes y simpatizantes celebró cuando AMLO dijo que por fin un veracruzano, él, desde don Adolfo Ruiz Cortines, porque su padre era de Cosamaloapan y la Constitución local lo legitima, será Presidente.
Al margen de lo anterior, si el gobierno pretende al menos una salida tersa creo que sólo lo podrá hacer sí mantiene una buena relación, de respeto, con la prensa. Pero ya veremos si el reenvío de su información ayer es parte de una nueva actitud o si fue un accidente.
Meade, el sábado en Poza Rica
En campaña y para apoyar a Pepe Yunes, el candidato presidencial José Antonio Meade vendrá el próximo sábado al Estado. Estará en el norte, en Poza Rica, zona donde el candidato a gobernador inciará este día una gira proselitista.
El político de Perote encabezó ayer un acto en Tlapacoyan donde mostró músculo. Muy concurrido, con una militancia que a la que se ve que nada le perturba.
Las vacas sagradas de Vía Veracruzana, con Pepe
Por lo que se vio ayer, las verdaderas vacas sagradas de Vía Veracruzana dejaron solo a Amadeo Flores Espinosa en su brinco al yunismo azul, pues ayer convivieron en Coatepec con el candidato Pepe Yunes. Ahí estuvieron, entre otros, Miguel Ángel Díaz Pedroza, Secretario de Gobierno en el cuatrienio de Dante Delgado, así como los fundadores Raúl Ramos Vicarte, Zayda Lladó, Francisco Montes de Oca López, Francisco Mora Domínguez, Roberto Álvarez Salgado y Ricardo Olivares Pineda.