Hordas, el enemigo de Pepe Yunes

Fuera  de los altos círculos de la cúpula nacional y estatal del PRI hay la percepción e impresión mediática que la integración de las planillas para senadores, diputados federales y locales, donde llevaron mano los defenestrados exgobernadores Fidel Herrera y Javier Duarte –campeones de la corrupción-, fue un tiro de gracia para el candidato a la gubernatura de Veracruz, José Francisco Yunes Zorrilla.

A escasas dos semanas de que el OPLE de el banderazo de las campañas para la gubernatura de Veracruz, las hordas y oligarquías de la clase priista veracruzana han dejado casi en estado de indefensión a Pepe Yunes, desprotegido y con el reclamo sistemático de los electores por el saqueo de las arcas públicas de los exgobernadores y sus testaferros.

El joven político de Perote cargará, por si fuera poco, el lastre de la imposición de los escaños de los candidatos a una curul del Congreso de la Unión y diputados locales, con el sello de Fidel Herrera –al que nunca tocó ni el con pétalo de una rosa el CEN y el CDE del PRI, para expulsarlo de sus filas-y Javier Duarte, así como otros execrables exsecretarios de despacho.

Héctor Yunes Landa, su compañero en el Senado, como declinante a la gubernatura en el actual hándicap cobró también y con creces su cuota de poder para sellar la unidad partidaria, con una docena de candidatos a diputados locales y federales, entre ellos su hija Adriana, su compadre y operador Jorge Salinas Moreno y su suplente Erika Ayala Ríos.

Será patético y desdoro que el abanderado priista a la gubernatura de Veracruz  inicié su campaña proselitista, al lado de personeros que sirvieron como enlaces en actos de corrupción o fueron señalados por la opinión pública por enriquecimiento inexplicable. O soslayaron las irregularidades administrativas que cometieron los exsecretarios de despacho, por omisión o comisión. ¡Vaya tarjeta de presentación!

El acompañamiento a sus actividades proselitistas de la mayoría de estas “respetables” figuras priistas, no será una señal de buena fe del candidato a la gubernatura hacia las bases priistas, ni abonará a su mensaje anticorrupción para  ganar a toda ley  las elecciones del 1 de julio que de antemano se prevén difíciles.

Pensarán que es una simulación o que actúa con dobles para restaurar la moral pública del gobierno en turno sí es que la balanza de votos lo favorece para recuperar el tlatoani, que por ahora se encuentra en poder de la alianza PAN-PRD y el cual hará uso de todos los trastupijes para  retener la joya de la corona a favor del juñior del ‘rey’. Cualquier parecido con el filme de Steven Zaillian “Todos los hombres del rey” es mera coincidencia.

Debió valer más que una ‘misa por Veracruz’ –parafraseando la frase del rey Enrique IV de Francia: ‘París bien  vale una misa’- las negociaciones en las altas esferas del CEN del PRI y de Los Pinos, para aceptar un juego desigual con los escaños del Congreso de la Unión y de la Legislatura local con signos de miasmas. ¿Vale la pena llevar como aliados a personeros enemigos de las leyes anticorrupción?

¿Cómo ser congruente? ¿Cómo y con qué piensa ganarles a sus adversarios del PAN-PRD, que representa el juñior Miguel Ángel, y a Cuitláhuac García de Morena, que haga o no campaña trae el efecto Obrador? ¿Cómo atraer a los electores cuando la cúpula nacional del tricolor le impuso lo más desaseado de la clase política veracruzana?

El escenario rumbo al 1 de julio no se percibe muy halagador para la causa del político de Perote, pero hay mejores indicios para el juñior neopanista  porque cuenta con todo el apoyo moral, económico y humano del ‘rey’, aunque su discursiva sea un globo desinflado, sin fondo ni forma.

Lo mismo sucede con Cuitláhuac que, con un discurso hueco y acartonado, distrae al electorado con utopías, entelequias y redenciones ambiguas. Ha sido cooptado por priistas desertores y panistas que ven en él, la continuación de la perpetuación en el poder público, como candidatos a un escaño en la renovación del Congreso de la Unión.

La cuarta candidata a gobernadora, diputada local con licencia Miriam Judith González Sheridan, tránsfuga del Morena, tiene la fuerza de un Tehuacán destapado. Según las últimas versiones del Palacio Legislativo, la bancada de Morena fue víctima de una campaña mediática del tlatoani para restarle contrapeso a las fracciones PAN-PRD, dividiéndolos  y arrebatándoles legaloidamente la Junta de Coordinación Política de la Legislatura local.

De los cuatro candidatos que estarán disputándose la gubernatura de Veracruz en la batalla electoral, a partir del próximo 29 de abril, el político más completo, experimentado, conciliador y diplomático es Pepe Yunes. En teoría, debería de ser el ganador de la contienda. Pero en la práctica, se estará enfrentando a la estratagema, sevicia y anomia del ‘rey’ para retener el poder para su primogénito.

Cuenta y cuenta mucho que el candidato a la gubernatura por el PRI-PVEM despunte en la primera semana de su campaña. Debe ser incluyente, real, humilde, conciliador, sensible. Y responder los oprobios  con ideas y proyectos realizables. El mejor aliado, son los reclamos de una sociedad civil pisoteada y humillada por el góber aliancista.

La campaña de Pepe Yunes todavía no empieza. Ha ido celebrando en la discrecionalidad amarres con los sectores productivos desde el Pánuco hasta el Tonalá. Pero más le vale verse en el espejo de su tocayo Pepe Meade. No ha podido remontar el segundo lugar en las encuestas en la tercera semana de doce de su campaña presidencial, a Ricardo Anaya.

El peso de la corrupción del régimen de EPN está siendo una pesada losa para Meade. No está, por demás, que los operadores del senador con licencia, hagan un examen para evitar que este esquema impacte en el búnker del candidato. Todavía están a tiempo de eliminar el lastre que le impida despegar y superar la contracorriente. ¡La guerra del lodo y el cochinero está por empezar!

Comentarios a gau41@hotmail.com

@12hrs

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