Veracruz corroído por la ineficiencia, corrupción, impunidad y narcoviolencia: diagnóstico

  • Suman ya 26 años de pésimos gobiernos. La entidad reinventa la política social cada seis años; el bienio aliancista creó amplias expectativas que no cumplió
  • La sociedad civil está exacerbada e indignada con los pobres resultados del gobierno aliancista del PAN-PRD
  • Veracruz ha sido saqueado con mayor evidencia desde hace 26 años; la renegociación de la deuda pública no ha beneficiado a los estratos sociales

 

 

Gaudencio GARCÍA RIVERA / gau41@hotmail.com

12 HORAS / XALAPA, Ver.-En los últimos 26 años Veracruz ha vivido en los claroscuros del poder público, la prosperidad de las élites encumbradas, la abundancia asimétrica y la hegemonía de los poderes fácticos, ante una pobreza extrema ascendente, el fracaso de los programas sociales y la  creciente polarización con la mayoría de los sectores productivos del estado.

En cuatro sexenios del PRI –de 1992/98, 1998/04, 2004/10 y 2010/16-que encabezaron Patricio Chirinos Calero-nacido en Tamuín, San Luis Potosí-, Miguel Alemán Velasco, Fidel Herrera Beltrán y Javier Duarte –en prisión por los delitos de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita-, Veracruz navegó en la abundancia que, parafraseando al expresidente José López Portillo, los gobernadores se convirtieron en unos “cínicos”. Lo despilfarraron todo. “Los dineros públicos acabaron  desviándose”.

“No supieron administrar los recursos excedentes de la venta del petróleo que año con año la federación les viene canalizando a los estados productores de hidrocarburos. El desarrollo social fue cortoplacista, limitado a un sexenio; crearon espejismos palaciegos y utopías que a la vuelta de los sexenios el crecimiento del PIB del estado es irrisorio con el PIB nacional”, reconoce la Asociación e Industriales del Estado de Veracruz (AIEVAC).

El diagnóstico socioeconómicopolítico de la entidad es desfavorable a 26 años de distancia de cuatro sexenios y un bienio, con la suma agravada de la narcoviolencia y la perdida de espacios ciudadanos que han repercutido en el ciudadano común, empresarios, políticos, periodistas y clérigos, de acuerdo con recientes estudios del INEGI, secretariado ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Coneval  y la firma Technomanagement.

Los gobiernos del PRI lograron potenciar algunos rubros sociales productivos que colocaron a Veracruz en la cima nacional. Fueron grandilocuentes, pero en corrupción, ineficiencia  e impunidad, Miguel Alemán dejó un pasivo por 3 mil 500 millones; Fidel Herrera por 21, 500 millones de pesos; Javier Duarte documentó a principio de 2016 por 41 mil millones de pesos, acabando en 2018 a 65 mil millones de pesos.

Gobiernos priistas  cínicos

Pero en contraste, los gobiernos priistas, no fueron suficientes sus esfuerzos para abatir la corrupción, impunidad,  enriquecimiento inexplicable de los servidores públicos y el sojuzgamiento de los poderes Judicial y Legislativo, rendición de cuentas y transparencia, acabaron evidenciando la pobreza y erosión de la autonomía y soberanía de los poderes constitucionales.

La riqueza económica que produce Veracruz con la explotación de los recursos petroleros, agroindustriales, ganado bovino, ovino, avícola, porcino, minero, forestal, contrasta con la pobreza y marginación que viven 4.6 millones de veracruzanos y 1.3 millones en situación de pobreza extrema, según el reciente  reporte de Coneval 2017.

Es increíble y abominable que en los últimos 24 años del PRI al frente del Poder Ejecutivo, Veracruz haya padecido del síndrome del Sísifo: avanzó, se modernizó y entró a la era de la globalización, pero nunca llegó a la cima. La entidad, al igual que los estados del suroeste del país, presenta un atraso de un siglo como si fuera una estampa del gobierno de Porfirio Díaz.

Es tan grave el atraso social, con una infraestructura carretera deteriorada y abandonada por los gobiernos federal y estatal, que se compara con el ‘surrealismo’ que plasmó en sus oleos el controvertido pintor español Salvador Dalí. Y por cierto, era y es impresionante la pobreza extrema en México, que en la primera y única visita que hizo a nuestro país, Dalí quedó atónito del ‘surrealismo’ que juró nunca más volver.

La pobreza en México y en el suroeste del país no se ha ido. Y sigue siendo uno de los talones de Aquiles de los gobiernos de los estados y una deuda ancestral que no refleja una solución a mediano y largo plazo.

En la evaluación retrospectiva de la evolución de la pobreza en el periodo de 2010-16, el Coneval reconoce que en Veracruz la pobreza no ha podido ser abatida y, por el contrario, ésta ha avanzado.

Describe que las cinco entidades que aumentaron su porcentaje de población en situación de pobreza entre 2014 y 2016 fueron Veracruz (de 58.0% en 2014 a 62.2% en 2016), Oaxaca (de 66.8% en 2014 a 70.4% en 2016), Tabasco (de 49.6% en 2014 a 50.9% en 2016), Chiapas (de 76.2% en 2014 a 77.1% en 2016) y Campeche (de 43.6% en 2014 a 43.8% en 2016).

A pesar de instaurar gobiernos priistas los mejores planes, proyectos y la incorporación de los mejores genios para colocar a Veracruz en la cresta del país –la reivindicación y el perdón a los desposeídos no es más que un slogan acartonado-, la triste realidad sólo son espejismos sexenales, utopías y falsas esperanzas, donde cada 6 y 2 años se reinventa la política y programas sociales de la entidad, un  estado en caída libre disfuncional.

El bienio de la alianza PAN-PRD que encabeza el expriista Miguel Ángel Yunes Linares –una coalición que antes panistas y perredistas calificaban como contra natura, hoy genera pros y contras en la candidatura presidencial con Ricardo Anaya, con inclusión del MC de Dante Delgado-, creó un abanico de expectativas para mejorar las condiciones de todos los sectores productivos, que a la postre solo polarizó y exacerbó a la vapuleada sociedad civil.

La mayoría de sus promesas que ofreció en campaña electoral y que cristalizaría como gobernador en funciones resultaron un vil fraude, una tramoya. Su gobierno, tiene todo un sello  de los gobiernos cleptócratas.

Yunes Linares no solucionó en 6 meses la barbarie de la inseguridad pública; no designó a un militar como titular de la SSP; no fomento el empleo, ni la planta productiva; no abatió la pobreza extrema; no pagó adeudos a los proveedores en general; no depuró los cuerpos policiacos; no respetó la autonomía de los poderes Judicial y Legislativo; y una larga lista de ofrecimientos incumplidos.

Población decepcionada por resultados del bienio 

A 26 años de distancia del gobierno priista de Patricio Chirinos Calero, donde el actual titular del Poder Ejecutivo se desempeñó como secretario general de Gobierno y dirigente estatal del PRI, las pandemias que sacuden a la sociedad civil no han cambiado, solo aumentaron algunas como la narcoviolencia y el colapso de las instituciones.

Este es el epílogo de los lastres sociales que impiden el despegue económico de Veracruz con sus pares del norte del país:

-Continúa desperdiciándose las aguas de los ríos que en época de lluvias suben sus caudales y desembocan al mar, sin utilizarse; en términos de bienestar social, de crecimiento, de ingreso per cápita y de indicadores de salud, vivienda y educación ocupa uno de los primeros lugares del país en alfabetismo.

-Ha crecido significativamente el número de trabajadores, profesionistas y hombres de campo sin empleo; aunado a los despidos que provocó al inicio del bienio; el consumo de proteínas a través de carne, pescado, pollo, leche y huevo ha caído a niveles dramáticos.

-Ante la crisis económica y la pérdida del poder adquisitivo los consumidores que representan lo que queda de la clase media, han modificado drásticamente sus hábitos de compra y sus prioridades se centran en la alimentación, educación y servicios públicos; han cancelado la adquisición de artículos superfluos y del extranjero.

-La  clase proletaria ya no compra productos de primera necesidad. La gente viaja poco, quebró su negocio y ha vendido o ha perdido su casa, auto y bienes, debido al desempleo y a las altas tasas de interés de los créditos y tarjetas; se registra un creciente número de desempleados, agobiados por deudas y abogados cobradores de bancos.

-En el sector rural, la economía familiar únicamente rinde para comer tortillas con sal y chile; cuando las cosas mejoran, frijoles. Es dramático el cuadro de sufrimiento del pueblo empobrecido y sin ninguna expectativa, que llora de frustración e impotencia.

-Veracruz se ha convertido en rehén de la narcoviolencia. Continúa ocupando los primeros lugares en los delitos de alto impacto social que impide el bienestar y el desarrollo; una parte de la policía está coludida con los cárteles de la droga; en general, los policías se  quejan de abusos de poder, explotación, cotos de poder, mala paga y élites privilegiadas por el titular de la  SSP, solapadas por el gobernador en turno.

Y en suma, durante el gobierno aliancista, son sistemáticos la represión,  la injusticia y atropellos a los derechos humanos; la deuda pública no ha beneficiado a la mayoría de los estratos sociales; no se ha avanzado en forma proporcional a la población en materia de educación, salud, servicios, sueldos y vivienda.

La pobreza se revirtió y las instituciones se colapsaron

El retrato social del escepticismo y reclamo de la población por la falta de concertación, crecimiento económico, polarización, profundización de la crisis y desestabilización general que advirtió en 1996 la firma encuestadora Technomanagenet, en la gestión de Patricio Chirinos Calero, no cambió sustancialmente en 2018 con el bienio del neopanista Miguel Ángel Yunes Linares.

La población se siente decepcionada, irritada y burlada por la “pobre“ actuación del gobernador y de su equipo de  trabajo, porque los resultados de su administración son “pírricos” ante una amplia agenda de reclamos. Y por ello recuerdan la dignidad republicana de los exgobernantes veracruzanos como Adolfo Ruiz Cortines,  Miguel Alemán Valdés, Rafael Hernández Ochoa y la figura liberal del pensador Jesús Reyes Heroles.

Este es el Veracruz disfuncional, donde la falta de normas para castigar a los delincuentes en el moderno sistema judicial acusatorio, se ha convertido en una anomia. La sociedad civil se siente frustrada por la falta de justicia para detener  y castigar  a una clase política que saqueó las arcas el Gobierno del Estado, que llegaron a la burla y el descaro a pactar con el gobernador MAYL para no pisar la cárcel, una vez que concluyan sus funciones como diputados federales y locales.

El 29 de abril, cuando el árbitro electoral (OPLE) dé el banderazo del arranque de las campañas proselitistas locales, los candidatos a gobernador de las tres coaliciones partidistas y un partido político, encontrarán una población exacerbada e indignada por el cinismo de la oligarquía que ha gobernado con las vísceras y con sentido patrimonialista.

 

 

 

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