DE FACHADAS FLORIDAS Nora Guerrero
Trascendente florecilla
In memorian de Enrique Mijares Malagón,
a un año de su partida…
Recién estuve en casa de mi prima Diana, ella vive en el campo y el campo vive en ella. Hace cinco años que heredó la casa de los tíos donde vivió, a la muerte de su madre. Fue de las primeras que en la comunidad emigró al vecino país del norte, donde trabajó de manera tan ardua y comprometida que dejó allá una buena imagen de los mexicanos. Volvió al país y al pueblo porque enfermó el tío y, al morir, le heredó su casa en reconocimiento a su compromiso con el bienestar de la familia. Yo quiero y admiro mucho a mi prima Diana.
Desde siempre hubo una loma en la parte trasera de la casa, después del patio donde estaban los tendederos y el pozo. Era una loma intransitable con grandes árboles y matorrales, y al centro se había formado un camino que conducía al río donde nos encantaba bañarnos y jugar. Sin embargo, el paso del huracán Karl en el año 2010, cambió un poco la orografía en este lugar y en otros más. Aquella intrincada loma se modificó y ahora ya es factible bajar por allí al río. Mi prima Diana se encargó de chapear y limpiar el lugar ¡para sembrar! Ya había intentado con el maíz y recién inició su siembra de frijol.
Es verdaderamente conmovedora la benignidad de la naturaleza y de esta tierra nuestra que se brinda tan generosamente a la mano del cultivador. A los pocos días de sembrada la semilla, cumpliendo los cánones del sistema de riego artesanal, la distribución del espacio y los primeros cuidados, me tocó ver las diminutas florecillas lilas que se convertirán en vainas y dentro de cada una de ellas se desarrollarán cinco o seis frijoles.
Hagamos un poco de historia: El frijol es originario del sur de México y parte de centroamérica, desde hace más de siete mil años. Este, junto con el maíz, fue parte sustancial de la alimentación de los aztecas, por su alto valor nutricional. Ellos lo llamaron etl o etle, pero el término frijol proviene del griego phaselos que significa legumbre. Existen más de ciento cincuenta especies de frijoles, pero en México sólo hay presencia de cincuenta de ellas y sólo cinco son aptas para el consumo humano. Y, aunque México es país de origen del frijol, es el productor número sexto en el mundo y, en el país, los mayores productores son los estados de Zacatecas, Sinaloa y Chihuahua.
La propagación del frijol en el mundo, comenzó prácticamente desde el siglo XVI, en España y hoy forma parte de la cocina de varios países europeos. No obstante es en los países latinoamericanos donde los frijoles tienen un lugar preponderante en la gastronomía y alimentación, tomando en cuenta que son ricos en hierro. En otros países se le conoce como poroto, alubia, caraota, judía o mongetes.
Una técnica para la siembra del frijol consiste en sembrarlo junto al maíz, de esta manera, al ir creciendo la planta de frijol se va enredando en la planta del maíz, así se ayudan compartiendo sustancias nutritivas. Las florecitas Estas aparecen en racimos en ´las axilas de las hojas´. Tienen dos pétalos laterales, las alas y un pétalo superior más grande. Los colores varían de blanco a morado y también se encuentran en rosa y amarillo. El color puede cambiar con la edad de la flor y las condiciones del ambiente. Bella florecilla, de trascendente misión…xalapaflorida@hotmail.com