Hipólito, un buen hombre, pero nada más

Prosa aprisa

Hipólito, un buen hombre, pero nada más

Arturo Reyes Isidoro

En el Ayuntamiento de Xalapa hay un gran brote de descontento entre trabajadores y funcionarios y en cualquier momento le va a estallar un serio conflicto al alcalde Hipólito Rodríguez.

Quién sabe si no hay quien le diga al alcalde que la síndica Ivonne Cisneros le está haciendo mucho daño.

Adentro se critica una forma de corrupción que se está dando, como permitir que amistades de ella ocupen puestos públicos sin tener los conocimientos y sólo para ir a cobrar.

La síndica es considerada por todos el poder tras el trono y quien se encarga de contratar gente en muchas dependencias municipales, que sólo están haciendo bulto y provocando hacinamientos.

Ella se ufana que es amiga cercana de Andrés Manuel López Obrador y acaso por lo mismo no sólo preside las comisiones que le tocan por ley como Hacienda y Patrimonio, sino también las de Igualdad y Género, Salud y Asistencia pública, Comunicaciones y Obras Públicas,  además de que pertenece a las de Gobernación, Reglamentos y Circulares, Fomento Forestal, Ecología y Medio Ambiente, Fomento Agropecuario, y Desarrollo Económico, que le permite el máximo control de la administración, especialmente aquellas áreas en las que hay gente de Hipólito a quien ella se ha propuesto vigilar muy de cerca.

En el Ayuntamiento están sorprendidos porque no se da un paso sin que ella lo autorice, lo que retrasa los programas de la administración que de por si no se ve.

Las contrataciones, la nómina y los recursos humanos están bajo su supervisión, así como los planes de trabajo y los programas medulares en seguridad pública y hasta en el DIF municipal.

Pero no sólo eso. Además, según informes internos, también tendrá injerencia en la dirección de Desarrollo Social que está por crearse, donde estarán los principales programas sociales en materia de cultura, educación, deporte, salud y juventud.

De hecho, es sabido que en un principio fue la principal impulsora de que el DIF municipal quedara como una simple subdirección a cargo de su incondicional Alejandro Moreno, lo que se evitó por la fuerte oposición de algunos regidores de su mismo partido.

En cuanto a las contrataciones del personal de nómina y de contrato, deben tener su visto bueno, lo que ha retrasado el pago de los trabajadores quienes ya se encuentran muy molestos por los retrasos que están sufriendo para cobrar.

El control desmedido de Ivonne Cisneros se facilita debido a que las personas que están al frente de esas áreas no son precisamente duchas en la materia y han mostrado un desconocimiento del manejo básico de la nomina municipal, personal traído de Tabasco como el titular de Recursos Humanos, Heberth Gabriel Torres Magaña, y el Director de Administración Javier Núñez, que es uno de los importados de la Ciudad de Mexico.

La crítica interna es despiada para Hipólito, de quien todos reconocen que es un buen hombre, pero nada más. Lo que está pasando hace comentar en el propio Ayuntamiento que los xalapeños lo eligieron a él, no a ella.

Cuando estalle la bomba le van a echar la culpa a Miguel Ángel Yunes Linares.

Despilfarro en Veracruz; carencia en Cuba

En ocasiones no puede uno sustraerse a los problemas de otros, por más que se tenga ya los propios en la comunidad donde uno vive y por distante que sea el lugar de la dificultad de la que uno también se lamenta.

Expreso lo anterior porque ayer abrí el día con un tuit de la famosa bloguera cubana Yoani Sánchez, quien desde La Habana tuiteó a muy temprana hora:

“#Cuba Ayer mi madre me avisó que debo tener listas la jaba (bolsa) y la paciencia, porque en varios municipios han comenzado a vender papas, solo 5 libras por persona. Son las primeras del año y las primeras que la mayoría de los habaneros vemos en los últimos 6 meses”.

Yoani es filóloga y periodista, vive en La Habana y, como se presenta ella, narra su “realidad gracias a la tecnología”. Es directora del diario digital @14ymedio y “sueña” con “una Cuba libre”. Esta joven estuvo en Xalapa en el último Hay Festival que se celebró en la capital del Estado antes de que le quitaran la franquicia por culpa de Duarte.

Sólo 5 libras por persona, un kilo 800 gramos. Las primeras que ven en seis meses. Y  su madre le recomendó tener paciencia, porque, en efecto, es tanta la escasez en la isla que para comprar prácticamente todo se hace cola, que puede durar mucho tiempo.

No pude evitar el contraste y aterrizar en Veracruz. ¡Y pensar que el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares anunció el pasado 4 de febrero en Córdoba que su gobierno entregaría este año mensualmente 700 mil despensas (“canastas alimentarias”) en el Estado del Programa Veracruz Comienza Contigo!, me dije. Programa realmente electorero por más que se diga que su sentido es social.

Ya es muy vieja la anécdota pero ilustra muy bien lo que ha padecido el pueblo cubano. Veníamos en buque de regreso de un viaje a La Habana. Era el año 1988. Me llamó la atención que en el barco venía una pareja, cubanos de la tercera edad y hubo un momento en que me acerqué a platicar con ellos.

Me partieron el corazón cuando me dijeron que por sus años de trabajo y su sacrificio por la Patria, el régimen de Fidel Castro los había premiado y les había ofrecido cumplirles un deseo. Ellos pidieron venir a conocer Veracruz antes de morirse y me confesaron que ya en el puerto lo que más deseaban era comer “un coctelito de camarón”.

No lo podía creer pero lo entendía bien porque no era fácil salir de la isla, había visto cómo durante el carnaval los trabajadores que más se habían aplicado durante un año tenían como premio y estímulo una silla en una mesa, porque casi no tenían, y siendo Cuba un país que capturaba mucha langosta, los cubanos la tenían prohibida. Era sólo para turistas o para exportar, les decían, para poder comprar leche.

Me impactó más el tuit de Yoani porque la noche anterior, o la misma madrugada de ayer, había leído el relato del periodista cubano Carlos Manuel Álvarez (“Miami. La ruta de los cocoteros”) sobre su encuentro con su padre Manolo en Miami, adonde había emigrado un año antes.

Manolo es médico, trabajó para el gobierno cubano y a sus 50 años decidió salir de la isla… para terminar viviendo de cortar cocos en las palmeras de Miami, producto que entrega a un comprador que luego lo envía a Nueva York. El periodista acompañó un tiempo a su padre y narra toda su experiencia.

El testimonio de Carlos Manuel Álvarez está contenido en el libro Cuba en la encrucijada. 12 perspectivas sobre la continuidad y el cambio en La Habana y en todo el país, que editó la periodista y escritora argentina Leila Guerriero.

Del periodista cubano escribí el pasado 18 de enero:

“Primero con verdadero interés y una mezcla de curiosidad, luego con sorpresa, a continuación con horror hasta terminar totalmente deprimido, como pocas veces algo me ha deprimido, leí el año pasado el libro La tribu. Retratos de Cuba de Carlos Manuel Álvarez Rodríguez, un joven periodista y escritor o escritor y periodista, lógicamente, cubano.

De alguna forma él me vino a acabar de despejar la duda que me había quedado cuando un año atrás había leído el juicio severo, severísimo, de Leonardo Padura, hoy por hoy el mejor escritor cubano contemporáneo, sobre el régimen de Fidel Castro en su libro que lo proyectó mundialmente, una obra célebre ya El hombre que amaba a los perros”.

Me apena lo que todavía siguen viviendo los cubanos pero ese espejo me sirve para valorar más lo que tenemos y por lo que vale la pena seguir luchando, por quienes están en desventaja, viven en la pobreza o en la pobreza extrema y son carne de cañón de los gobiernos que los utilizan para tratar de ganar votaciones y mantenerse en el poder, como el actual de Veracruz.

 

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