Comenté el martes que la confrontación política que se está dando en el Estado, ahora entre el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares y los presidentes municipales de Coatzacoalcos y Minatitlán, Víctor Carranza Rosaldo y Nicolás Reyes Álvarez, respectivamente, uno del PAN y los otros de Morena, en nada abona al desarrollo de Veracruz.
“Y en medio de todo, los veracruzanos, hombres y mujeres trabajadores que pagan las consecuencias porque no se les dan ni las obras ni los servicios públicos debidos a los que tienen derecho por el pago de sus impuestos, ya que los responsables de hacerlo se están peleándo entre sí”.
Me pregunto por qué el gobernador asume personalmente cualquier diferencia, señalamiento o crítica y no manda a los Secretarios o responsables de áreas a que sean ellos quienes den la cara y respondan y él se quede como árbitro imparcial conciliando en aras de un clima de armonía que tanto urge a Veracruz y del que están deseosos, desde hace mucho, todos los veracruzanos.
El miércoles me topé con la siguiente información en el periódico El Economista, especializado en negocios y finanzas: “Durante septiembre de 2017, 16 estados de la república mexicana registraron descensos anuales en producción industrial. Un mes después, el número de entidades cuya industria reporta caídas en producción se elevó a 20.
Oaxaca, Quintana Roo y (ojo) Veracruz destacaron al cierre de octubre con las mayores disminuciones en la actividad industrial de sus regiones, la cual comprende las actividades de generación y transmisión de agua, luz y gas, así como lo producido por la industria manufacturera”.
Concretamente sobre nuestro Estado se informó: “En Veracruz la baja llegó a 16.3%, variación con la que, además de sumar 10 meses en números rojos, reporta la caída más pronunciada en la industria de la entidad desde que el Inegi posee información, a partir de 2004”.
¡Zas! O sea desde hace trece años no estábamos tan mal en el área industrial como ahora en el gobierno actual. Me pregunto, ¿entonces qué ha hecho o que hace el Secretario de Desarrollo Económico, Portuario y Pesquero, Alejandro Zairick Morante, para mantener o reactivar o impulsar más la industria del Estado? ¿Le echará la culpa, como su patrón a Javier Duarte?
El dato duro habla de octubre de 2017, ya en el gobierno actual, once meses después de estar en funciones. La nota del periódico especializado habla de diez meses en números rojos, los del gobierno de Yunes Linares.
¿Dónde está el señor Zairick? ¿En defensa de su jefe, qué nos tiene que decir al respecto? ¿Es que, como dijera López Obrador, es un verdadero señoritingo bueno para nada?
¿Cómo quieren combatir con éxito la violencia delincuencial si no hay creación de empleos porque hay una caída drástica en la industria? ¿Ésta se debe a que todos en el Gobierno del Estado andan en plena campaña electoral para impulsar al hijo del gobernador y han descuidado su tarea sustantiva?
Reconocimiento también, a Acosta Lagunes
Hay cosas que hablan bien del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares.
En “Prosa aprisa” del 23 de enero pasado comenté el agradecimiento que tiene con los exgobernadores Rafael Hernández Ochoa y Patricio Chirinos Calero. Del primero dijo en una entrevista que fue su maestro político, quien lo formó, y del segundo, que fue un “gobernador honorable” que no heredó deuda y que dejó en caja 2 mil 500 millones de pesos.
El jueves 24 de ese mes, durante un acto en el puerto de Veracruz, al reinaugurar la rehabilitación del Archivo y Biblioteca Históricos de la ciudad, reconoció a otro gran gobernador veracruzano, Agustín Acosta Lagunes, de quien recordó que rescató diversos edificios históricos como Las Atarazanas.
En la inauguración de la rehabilitación del Archivo Histórico de Veracruz, el gobernador señaló que a los buenos gobernantes hay que recordarlos como al exgobernador Acosta Lagunes y recalcó que a los malos hay que procesarlos.
“A los buenos gobernantes hay que recordarlos, a los malos gobernantes hay que procesarlos”.
Así se refirió al comentar sobre la recuperación del edificio que ocupa el Archivo Histórico de Veracruz que, dijo, se debió al exgobernador Agustín Acosta Lagunes.
“La recuperación de este edificio se debió al talento de iniciativa y al buen gobierno de un gobernador al que hay que recordar, el buen gobierno de Agustín Acosta Lagunes, él puso interés en recuperar edificios como este, también las Atarazanas y otros edificios importantes”.
Qué cosas. Quién lo iba a decir.
En un hecho histórico que lo honra, muy jovencito y siendo diputado local, Miguel tuvo un enfrentamiento político directo con don Agustín, como se le conocía entre los veracruzanos aunque era un gran economista con posgrados en el extranjero.
Entonces en Veracruz no existía la oposición. Todos eran priistas y los pleitos eran entre ellos. Yunes había llegado a la Legislatura (entonces no se hablaba del Congreso) luego de ser dirigente estatal de la CNOP cuando estaba en el pasaje Tanos (cuántos años han pasado).
Acosta Lagunes había hecho detener a José Luis Lobato Campos y a Francisco “Paco” López Lara, quienes habían sido funcionarios en el gobierno inmediatamente anterior de Rafael Hernández Ochoa. Lobato, Carlos Padilla Becerra (el mismo que llegó a ser presidente del Comité Olímpico Mexicano y de la Organización Deportiva Panamericana), Gonzalo Morgado Huesca y Yunes eran los grandes amigos, se podría decir que prácticamente una pandilla… política (Morgado y Yunes terminaron siendo compadres).
Lobato había sido director del Instituto de Pensiones y Paco López Director de Patrimonio, en donde Miguel había sido el Subdirector. De hecho se trataba de un pleito político entre el grupo hernándezochoista y el acostalagunista.
Cuando se dio la detención de José Luis, Miguel Ángel protestó y lo denunció en tribuna en la Legislatura, e incluso, a riesgo de su vida, porque entonces una osadía del tamaño de la que se había atrevido se pagaba hasta con la vida, promovió un punto de acuerdo para reprobar lo que había sido considerado un acto arbitrario del gobernador Acosta, cosa que no logró porque perdió la votación por un solo voto.
La melé política involucró también a Padilla Becerra, y al final éste tuvo que pedir licencia como alcalde de Xalapa para exiliarse en la Ciudad de México, mientras que Miguel Ángel, por petición de Morgado, quien entonces era presidente del CDE del PRI, ante Gustavo Carvajal, veracruzano que era el dirigente nacional priista, fue nombrado Coordinador de Delegaciones de la CNOP nacional para sacarlo también de Veracruz porque corría peligro en el Estado.
Algo indudable es que Acosta Lagunes fue un gran gobernador, un hombre honesto, un gran constructor de obras y un magnífico administrador de los recursos públicos, tanto así que ha sido el único gobernador en la historia de México que se dio el lujo de prestar dinero a la Federación cuando entró en crisis a raíz del despilfarro que hizo el presidente José López Portillo y llevó a la bancarrota al país al grado de devaluar nuestra moneda.
Pero bien dicen que el tiempo cura todo, porque pasados los años, durante la campaña del entonces candidato a gobernador Miguel Alemán Velasco, recuerdo que cuando fuimos a Paso de Ovejas, municipio natal de don Agustín, ahí se encontraron en el presidium Acosta Lagunes y Miguel Ángel y se saludaron como si nada, como viejos amigos, e igual me tocó ser testigo cuando ocasionalmente se encontraron en el Hotel Xalapa don Agustín y Lobato y también se dieron un abrazo.
Por eso no me extraña nada ahora que Dante Delgado apoye el proyecto de Miguel Ángel de querer llevar a la gubernatura a su hijo, siendo que Yunes Linares se aplicó con severidad para detenerlo y enviarlo a Pacho Viejo, como tampoco me va a extrañar cuando Miguel aparezca un día del brazo de Fidel Herrera Beltrán y también de Duarte de Ochoa. Hay de aquel que compre los pleitos de los políticos que, los hechos y la historia lo comprueban, nunca son para siempre.
Estoy convencido que Miguel Ángel les ha hecho un reconocimiento a Hernández Ochoa, Chirinos y Acosta Lagunes en un acto de justicia, porque se lo merecen, pero, ¡ay!, no sé hasta dónde también está utilizando la ocasión para demostrar al priismo que es agradecido, que no niega la cruz de su parroquia tricolor, para ver si es chicle y pega y de paso recoge votos priistas para su cachorro.
Por cierto, durante, de hecho, la reinauguración del Archivo y la Biblioteca Históricos, el gobernador anunció que con motivo de los 500 años de la fundación del puerto de Veracruz, Enrique Krauze publicará un libro sobre su historia, además de otros documentos, lo que anticipadamente celebro por la calidad investigadora de Krauze (me apartan un ejemplar).