“Los sentidos no engañan, engaña el juicio.” – Johann Wolfang von Goethe.
Una vez más Andrés Manuel López Obrador visita Veracruz en su quinto día dentro de su primera gira del año, de las muchas que seguramente habremos de dar cuenta.
Nuevamente fiel a su costumbre recorre los municipios, visita localidades, pueblos, se deja consentir por aquellos que creen en su proyecto, en su visión mesiánica de estado.
Aprovecha como era de esperar la oportunidad, para una sí y otra también atizarle al gobierno estatal y a su titular Miguel Ángel Yunes Linares una oda de descalificaciones en aras de seguir posicionando su proyecto.
Cuando no es Yunes el tema, es Pepe Meade o el propio Ricardo Anaya, ambos precandidatos a la presidencia de México por las coaliciones PRI-PVEM y PAN-PRD-MC.
El asunto es mantenerse en los reflectores, seguir presente, estar ahí generando ruido.
Las falaces acusaciones vertidas por el y por su precandidato al gobierno estatal, Cuitláhuac García Jiménez, son las mismas, las únicas, es acusar que la inseguridad sigue desbordada en la entidad y que por ende se incumplió una promesa de campaña -sin mencionar que el tema es de orden nacional y que no se circunscribe solo a Veracruz-, o la otra, de señalar que pretende imponer a su hijo en el gobierno estatal, creando con ello una especie de monarquía.
Lo lastimoso de la aseveración es que omite que los hijos del gobernador Yunes, al menos dos de ellos, llevan por si mismos carreras políticas de mas de 15 años, que han ido a las calles en busca del voto y que en las urnas han consolidado su propio andar.
La más reciente de sus declaraciones tuvo que ver con comparar al mandatario estatal con Karime Macías, esposa de Javier Duarte -hoy en la sombra- por la compra de un reloj, en el que afirma, que, como ella, el gobernador merece abundancia.
Con lo que el tabasqueño no contó, fue con que en menos de lo que canta el gallo, el titular del Ejecutivo le habría de responder, retándole a un debate público el próximo domingo 14 de enero a las 17 horas en la Plaza Lerdo de la capital del estado.
Para ello, el gobernador Miguel Ángel Yunes presentó mediante un video su respuesta, acusando de “loco”, “corrupto” y “vividor” del sistema al mismo líder de Morena.
Ahí el mandatario afirmó que la intensión de López Obrador de amnistiar a los delincuentes obedece más a una necesidad por dejar en libertad a sus cómplices, esos que como el ex gobernador Duarte le financiaron su movimiento.
Aseguró que presentará las pruebas de una serie de propiedades y de negocios que el tabasqueño no declara ni siquiera ante el fisco.
El gobernador remarcó que ahí lo espera -a Andrés Manuel López Obrador- para demostrar como sus últimas vacaciones en Yucatán se habría gastado 600 mil pesos tan solo en su estancia en dichas tierras.
La realidad de todo ello es saber, si en verdad López Obrador se atreverá a pararse por la Plaza Lerdo, a refutarle lo dicho al mandatario estatal, o nuevamente dejará sus acciones a medias, pues avienta la piedra y esconde la mano, algo ya habitual en su proceder.
Sextante.
Afirman que la salida de Javier Lozano Alarcón de su militancia panista obedece única y exclusivamente al berrinche que trae por ser dejado fuera de la posibilidad de competir por el gobierno del Estado de Puebla.
Ave de tempestades Lozano, confió en que el ex gobernador de esa entidad Rafael Moreno Valle se decantaría por su persona para suceder a Antonio “Tony” Gali Fayad, cosa que no paso, pues prefirió a su esposa Martha Erika Alonso para ser la próxima candidata al gobierno de la entidad.
Su enojó fue tal, que, mediante un video, anuncia su salida de su militancia panista para regresar apoyar a Pepe Meade en el que fuera su partido político de origen el PRI.
¡Para eso nos gustaba!
Al tiempo.
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