De circunstancias está hecha la política.
Hace apenas menos de dos meses Miguel Ángel Osorio Chong era fuerte aspirante a candidato presidencial del PRI. En las encuestas punteaba y había quienes apostaban fuerte, incluso todo su resto, a que él sería el “bueno”.
Todavía el 22 de noviembre, cuando Luis Videgaray se aceleró y destapó a José Antonio Meade ante diplomáticos extranjeros, para disgusto del presidente Peña Nieto porque se le adelantó, hubo quienes pensaron seriamente que el entonces Secretario de Hacienda se caería y emergería ya solo el Secretario de Gobernación.
Esta especie cobró fuerza por la reacción que tuvo Peña al día siguiente a los elogios de Videgaray para Meade, tanto así que en una gira de trabajo por Baja California Sur, a propósito se acercó a los reporteros que cubren sus actividades para pedirles “no despistarse”, diciéndoles que el candidato del PRI no se eligiría con elogios y aplausos.
Lo demás ya es historia. Finalmente el Presidente se tragó el puchero que le recetó Videgaray y el candidato resultó Meade y ahora, ayer, se adelantó ya que Osorio deja el gabinete porque se irá de candidato al Senado. Dejará un reguero de huérfanos políticos por doquier, incluyendo Veracruz.
Por ejemplo, una versión nunca desmentida era que se entendía muy bien con el gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares, por lo que el mandatario jarocho estaría a punto de perder un valioso aliado adentro del gabinete presidencial, un golpe severo porque se da en pleno proceso electoral.
También se dijo siempre que él fue quien empujó la candidatura al gobierno de Veracruz del senador Héctor Yunes Landa, porque es su amigo. Acaso el hecho de que el designado haya sido Pepe Yunes fue un anticipo de que el Secretario de Gobernación había perdido fuerza ya dentro del gabinete presidencial.
El daño colateral será para varias figuras políticas del Estado que fincaban su esperanza de una candidatura en su amistad con Osorio Chong, pero ahora quien palomeará las listas será su sustituto, un peñista si es que se confirma en su lugar a Alfonso Navarrete Prida.
Igual es posible que se acelere el cambio de delegados federales en el Estado, pues con algunas excepciones todos fueron propuestos por Javier Duarte con la anuencia del hidalguense.
En realidad, desde junio de 2016, cuando el PRI perdió la gubernatura, se dijo que empezarían los cambios, propiciados por Luis Videgaray, entonces Secretario de Hacienda. Osorio Chong no se lo permitió.
En cambio, el hidalguense envió como delegado de Gobernación en Veracruz a Ángel Isaac Ochoa Pérez para que le preparara el terreno con una estructura humana que lo ayudara a crear una base que le sirviera cuando él fuera el candidato presidencial. Utilizaba en ese propósito a varios delegados.
Su salida tambien el mes pasado fue una clara señal de que su jefe había perdido ya fuerza y de que otra corriente era la que mandaba. Lo suplió Alejandro Montano Guzmán.
Quienes se han de haber alegrado con la noticia de la salida de Osorio Chong han de haber sido los constructores veracruzanos, pues a mi me tocó escuchar hace tres años, en una reunión privada que sostuvieron con el senador José Francisco Yunes Zorrilla, quejarse amargamente que las obras más importantes de Veracruz las realizaban constructoras hidalguenses, por intervención del Secretario de Gobernación.
Pero no sólo eso. El pasado 20 de noviembre comenté en “Prosa aprisa” que días antes Morena había abierto una casa de gestión en Tantoyuca en un edificio de cuatro pisos, y agregué un apuntamiento:
“En aquel lugar del norte del Estado no faltaron los comentarios, tal vez insidiosos, de que el edificio lo lograron gracias al apoyo de Miguel Ángel Osorio Chong, vecino de la región (hidalguense) para dañar a José Antonio Meade porque le ganó la candidatura presidencial”.
O sea, si eso tuviera visos de cierto, la salida de Osorio Chong afectaría a ese partido de izquierda, así como al Partido Encuentro Social (PES), pues en el mundo político el comentario generalizado es que ese partidito fue una creación suya, para utilizarlo a su conveniencia.
Muchos huérfanos y viudas, pues, dejará la salida del exgobernador de Hidalgo. De aquí en adelante, en el terreno político, todo tendrá la huella de José Antonio Meade, que seguramente José Yunes Zorrilla hará valer. Cambiaron las circunstancias.
El Gobernador se baja del ring electoral
Declaró ayer temprano el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares a XEU Noticias que está dedicado a sus tareas de gobierno, por lo que se rehusó a responder a señalamientos tanto del precandidato del PRI a la gubernatura Pepe Yunes como del senador Héctor Yunes Landa.
Entre otras cosas, tanto en su registro como precandidato como en el inicio de su campaña como tal, Pepe Yunes denunció que durante el actual gobierno han crecido la violencia y el desempleo, mientras que Héctor Yunes dijo que la gente está más enojada con Yunes Linares que con Javier Duarte.
“No soy candidato, soy gobernador del Estado y lo que yo hago es informar resultados concretos avalados por la Marina, el Ejército, Policía Federal, la Secretaría de Gobernación; si hubiera crecido la delincuencia también informaríamos, lo cierto es que tenemos cinco semanas que la incidencia delictiva ha ido a la baja”.
“Vuelvo a repetir que estoy dedicado a mis tareas de gobierno no de precandidatura. Yo estoy dedicado a gobernar”.
Extraña que un político considerado un verdadero gladiador y que no se baja del ring político rehuya a cualquier enfrentamiento, pero tiene razón: él no debe participar del debate electoral, él es el gobernador y su responsabilidad es crear y mantener las mejores condiciones para el desarrollo de la contienda, que haya piso parejo, que los precandidatos tengan seguridad y que se garantice una votación sin violencia.
Cuando él aspiraba a cargos como candidato hizo uso de todo su derecho a criticar a los gobernadores de entonces y a cuanto adversario o enemigo político se le paró enfrente, pero ahora es el responsable de la conducción del Estado y está sujeto a todo tipo de críticas y señalamientos y seguramente será blanco de los opositores a su partido más cuando vengan las campañas de los candidatos y en los debates que tengan éstos.
Conociendo como se conoce su carácter, no le ha de ser fácil contenerse, pero la actitud que ha adoptado es la mejor para él y para su hijo, uno de los precandidatos. Se le desconoce, más cuando se dice que hasta dormido en la cama tira golpes. Ahora sí, los mariachis callaron.