Los retos de Pepe

“El sueño de los que están despiertos es la esperanza.” – Carlomagno.

 

Comienza el 2018 con las definiciones de los partidos políticos de cara al proceso sucesorio al Gobierno de Veracruz.

El empleo del modelo de Coaliciones confirma que la figura del sistema de partidos comienza a exhibir sus limitaciones y un decantar por la falta de resultados efectivos.

Tres serán los hombres que habrán de disputarse la posibilidad de gobernar a Veracruz.

Dos Yunes y un García.

En el PAN-PRD-MC, Miguel Ángel Yunes Márquez, ex alcalde de Boca del Río, con probada experiencia en la administración municipal.

Su paso por el Congreso Local le enseño el oficio del debate, de ese juego en donde la ríspida del discurso no constriñe el objetivo de lograr el bienestar de una sociedad.

Los siete años de gestión al frente de la administración municipal convirtieron a Boca del Río en el municipio con mejor calificación en todos los rubros del bienestar social y el desarrollo económico, cosa nada sencilla, si tomamos en cuenta que peleó contra corriente al tener a dos gobernadores antagónicos con su proyecto, como lo fue Fidel Herrera y Javier Duarte.

En el frente de Morena, Cuitláhuac García Jiménez, actual legislador federal, quien intentará por segunda ocasión alcanzar la gubernatura de Veracruz, de la mano del proyecto unipersonal de Andrés Manuel López Obrador.

Proyecto que repunto en la entidad gracias al auspicio que del mismo hiciera el hoy reo Javier Duarte, mientras mal gobernó la entidad, aun cuando ellos lo nieguen.

Duarte traído desde Guatemala tras su detención, tiene solo un objetivo, una única misión, revelar los acuerdos soterrados sostenidos con ese proyecto político en su psicótica intención de impedir la llegada del actual gobernador Miguel Ángel Yunes.

Por su parte el PRI y PVEM, han dado su aval para que el senador con licencia José Francisco Yunes Zorrilla, enarbole la bandera que los retorne al gobierno estatal tras la primera transición gubernamental en 87 años de priismo hegemónico.

La cruzada que habrá de enfrentar el peroteño no será en nada sencilla.

De entrada, habrá de navegar contra una fuerte resistencia social a todo lo que significa y representa la marca PRI-PVEM, aun cuando no todos los priistas y ecologistas son ladrones, tramposos y deshonestos.

Sumado a ello, la sociedad y la misma militancia priista espera desde hace muchos años un verdadero cambio en la oferta política, una que sensibilice las políticas públicas y que transforme en los hechos la realidad social.

En donde la impunidad y la corrupción no sean el sello distintivo de la casa, en donde la aplicación de la justicia sea pronta y expedita, en donde la conformación de nuevos cuadros políticos no se circunscriba a los padrinazgos.

Además, Pepe Yunes -hombre probo, educado, con alta experiencia en la función pública y política- habrá de transformar su discurso, uno en el que deje atrás la liturgia y modismos del viejo PRI, para presentarle a la sociedad un “speach” más fresco y retador, que lo ayude a conectar con los jóvenes, esos que serán quienes definan la elección.

Dentro del devenir electoral que habrá de transitar, Yunes Zorrilla habrá de cuidarse de esos falsos gurús que en el PRI se han convertido en principal lastre de su funcionamiento.

No dudamos de que Pepe habrá de navegar contra corriente, confirmando que es de esos políticos con casta y clase que se adaptan y amoldan a las circunstancias, sumado a su impecable trayectoria, lo que lo hace fuerte aspirante al gobierno de Veracruz.

Ahora habrá de verse si los retos de Pepe, son por mucho la solución a la encrucijada priista-ecologista.

 

Al tiempo.

 

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Twitter: @LuisBaqueiro_mx

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