Las coaliciones electorales tienen el objetivo, en apariencia, ganar las elecciones.
Se ha creado una atmósfera de elecciones reñidas, no es así.
Las tres alianzas electorales, conformadas de manera híbrida ideológicamente, pero constituidas como una trinchera para alcanzar objetivos comunes que rompen las diferencias.
La alianza entre el PRD y el PAN ya tienen tiempo imponiendo sus criterios represivos en algunos estados donde llegaron a conformar gobierno, uno de los casos más sonados fue el de Gabino Cué en Oaxaca, o el de Malova en Sinaloa, otro que se caracterizó por la represión fue el gobierno de Rafael Moreno Valle en Puebla, que nunca pudieron o supieron marcar la diferencia con sus antecesores y ahora simplemente continúan juntos en su intento para que todo siga igual.
El PAN nunca mostró interés en cambiar la situación del país, ni siquiera cuando un militante de su partido fuera presidente de México. Nunca se notó la diferencia en el gobierno ni en las condiciones de vida de los mexicanos con Fox ni con Calderón.
Parecía que el PRI seguía gobernando. Lo mismo sucedió en esos tres estados. A pesar de que la población del país pide a gritos transformaciones reales y no maquillajes, nadie cambia nada.
El PRI con su apéndice el Partido Verde, que ahora está endeudado sin saber cómo salir de esta crisis económica, fue rechazado por el INE, lo cual anuncia nuevas estrategias y más improvisaciones.
El nombre de la alianza de la continuidad, encabezada por Meade, ha sido rechazado por el Instituto Nacional Electoral, cuyos consejeros aseguran que puede crear confusión, no dijeron con qué. El PRI se avergüenza de sus colores, no quiere que lo identifiquen más como Partido Revolucionario Institucional, sabe que sus siglas y colores no han podido hacer nada por los mexicanos y sus militantes se han enriquecido.
Así, que deben cambiar de estrategia electoral, haciendo exactamente lo mismo que hacen cuando gobiernan, creen que engañan, pero en realidad lo que logran es desgastarse ante el electorado.
Los priistas creen que bautizando como alianza y lanzando a un miembro de su familia que todavía no se había inscrito en el partido podrían ganar, el tercer lugar en la intención del voto muestra que los mexicanos no quieren aparentes cambios sino transformaciones de verdad.
La otra alianza conformada por Morena, PT y Encuentro Social, pareciera salir de una vieja escena del PRI de finales del siglo pasado. Prometiendo erradicar los vicios en lo que puede caer un partido que con algunas ideas novedosas podría crear algunos equilibrios, pero que puede incurrir en los vicios que cometió el PRD, que inició un proceso de descomposición hasta casi desaparecer.
Ahora esa alianza donde el PRD quiere figurar al lado de su antagónico PAN, apenas ha logrado consolidarse en apenas siete de 30 entidades donde habrá elecciones en este año.
Legalmente esa alianza todavía no existe como tampoco la del PRI, porque apenas con la resolución del Comité Ejecutivo Nacional del PRD, en Tabasco, Ciudad de México, Veracruz, Hidalgo, Zacatecas, San Luis Potosí y Guanajuato habrá coalición electoral con Acción Nacional y Movimiento Ciudadano. El resto del país no ha dado su anuencia, y hay deserciones que transitan al PRI o a Morena, sin que la marioneta de Mancera, Manuel Granados, pueda hacer algo para evitarlo.
El proceso interno del Frente pondera el resultado electoral de cada una de las entidades y con base en ello se van generando los acuerdos incluso en los locales, de tal suerte que el PRD podría no estar integrado en el frente en todo el territorio nacional.
Hay resistencia en algunos estados para conformar esta coalición electoral, sobre todo en Chiapas y Nuevo León.
La alianza de Morena con dos partidos menores crea expectativas en relación con los objetivos alcanzados y la manera en que se resolverán los conflictos sociales de la población que requieren definición. No es lo mismo rezar, como lo recomienda Encuentro social, que actuar para que los pobres salgan de su miseria y tengan que comer.
El problema es que a ninguno de los tres partidos que en su momento fueron fuertes, PRI, PAN, PRD, les alcanzan los números para competir solos en las urnas. Esto extraña del PRI y del PAN, que sistemáticamente se negaron a conformar alianzas, a no ser que se conformen de por vida como satélites, y que en su momento fueron partidos como el PARM, el PPS, entre otros, de vergonzosa trayectoria.
Ante esta situación los discursos de los candidatos no pueden contener propuestas, porque éstas pueden ser cambiadas en el momento de la negociación, de ahí que la mayoría de los abanderados en busca de un cargo de elección popular sólo puede tener argumentos para criticar al contrincante, de tal manera que los proyectos de nación que puedan tener en este momento, no pueden ser anunciados al electorado por temor a que no se cumplan.
Es el caso de Peña Nieto, quien, a más de 5 años de gobierno, sólo ha cumplido con el 38.35 por ciento; es decir, 102 de 266 promesas. Le faltan 164.
Ahora deberán cuidarse los candidatos de no contratar a algún notario público, como lo hizo el actual presidente, quien seguramente se arrepiente de prestarse a ese juego electorero.
La definición ideológica de las campañas se creará sobre la marcha a la hora que se convierta en gobierno la coalición ganadora, lo mismo sucederá con el proyecto de nación de cada uno de los equipos.
Esto les soluciona la vida a los partidos políticos en competencia porque, a excepción de Morena, carecen de programas para los principales problemas del país, como la salud, el campo, la inseguridad, etc.
Una alianza es rechazada por el INE, la de Meade; otra, no se conforma todavía a nivel nacional, y la otra, la de Morena, no puede sacudirse los antecedentes de misticismo clerical de Encuentro Social.
Entonces, se habrá de exigir definición y programas y no descalificación del contrario o protagonismos innecesarios. PEGA Y CORRE. -Es sabido que la hoja de cualquier documento del INE no se mueve sin la voluntad de presidente de la República, de ahí que el representante de Acción Nacional ante la mesa del Consejo General del Organismo Público Local Electoral, Mizraim Eligio Castelán Enríquez, calificó de irresponsable la calificación que dio el presidente consejero, Lorenzo Córdova, al considerar Veracruz como un foco rojo para la elección federal. El INE quiere asustar a la población para que no asista a las urnas… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
Dudas y comentarios:
angelalvarop@hotmail.com
Twitter @politicosad