Cacería de firmas sin voto

El Instituto Nacional Electoral ha abandonado a su suerte a los precandidatos independientes. Sabedores de que poco lograrán hacer y que no servirán ni para pulverizar el voto de la oposición, el servicio que hace la autoridad electoral al partido en el poder ha concluido respecto a los integrantes de una ilusión que nació muerta.

Por su parte, los independientes creyeron fácil conseguir las firmas y confundieron el compromiso ciudadano de un voto, a través del derecho al sufragio, con una firma que los identifica, ubica y compromete.

No es fácil darle la firma aun precandidato a la Presidencia de la República. Los datos que reúne con la firma pueden ser utilizados en favor de quien la autoridad electoral decida en tiempos de crisis política y nadie puede negar que el PRI vive su peor momento, sobre todo frente a unas elecciones presidenciales y bastiones electorales ganados por otros partidos.

El INE debe concentrarse en la manera en que va a servir al poder sin que el potencial de redes sociales y vigilancia de la oposición puedan advertirlo. Los independientes deambulan como fantasmas entre calles y avenidas del país en busca de una firma, cuando logran conseguir cinco en un día lo consideran todo un triunfo. Han designado ejércitos de personas en la cacería de firmas sin que les diera los resultados esperados.

Con un costo que sólo pueden sustentar quienes toman la cacería de firmas como una inversión, como un negocio que puede arrojar ganancias. Ninguno de los candidatos a la candidatura juega en este proceso de manera desinteresada, no hay uno sólo que compita por el simple hecho de servir al país, de transformar la realidad de México o de hacer historia siquiera.

Su autodenominada independencia no es real. Por lo menos un par de ellos son políticos dolidos por no ser designados en su momento como abanderados a un puesto de elección popular que creyeron merecer.

No hay independencia en su postulación, no hay desinterés en su desempeño político, no existe vocación de servicio. Representan intereses muy específicos. Nadie puede equivocarse al señalar a cada uno de ellos como líderes de un segmento muy definido de la sociedad. Algunos con objetivos nobles, pero no son completamente independientes como el caso de la candidata de origen indígena Marichuy, impulsada por el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional, que lo mismo puede ser señalada como distractora de votos a la oposición.

Quienes despuntan en la contienda por su candidatura independiente, tienen antecedentes partidistas y no precisamente partidos identificados con la gente sino con intereses muy selectivos y antipopulares.

Jaime Rodríguez Calderón, ex priista; y, Margarita Zavala, ex panista. Uno asegura haber reunido las firmas necesarias y un poco más, pero aún no se consolida como candidato independiente a la presidencia de la república; la otra, Margarita Zavala, cree llegar a cubrir la cuota mínima de firmas, pero todavía no lo logra, a pesar de un ejército de más de 20 mil personas dedicadas a este único objetivo.

Confundir el voto con la firma es desconocer la política nacional y en ese error cayó más de un precandidato independiente. El voto es secreto la firma es todo lo contrario, porque hasta fotografía implica.

Dejar en manos del INE esa información implica la tentación de armar un fraude electoral de grandes magnitudes. Son más de 866 mil firmas. Con las de un solo candidato independiente puede dársele la voltereta al resultado de unas elecciones reñidas, como las que se aproximan.

Según Notimex, El INE registró hasta el 28 de diciembre, un total de cuatro millones 363 mil 884 firmas para sus candidaturas independientes.

En el caso de la Presidencia de la República, los candidatos han recibido dos millones 940 mil 383 apoyos ciudadanos, mientras que para las senadurías suman 634 mil 138 y para las diputaciones federales 789 mil 363. De los 165 mil 355 auxiliares registrados, en promedio el 29 por ciento ha capturado al menos un apoyo, es decir, 26 apoyos por auxiliar acreditado ante el INE.

Señaló que los aspirantes a la Presidencia de la República que mayores apoyos han recabado son Jaime Rodríguez Calderón, Margarita Zavala Gómez del Campo y Armando Ríos Piter.

Son 48 aspirantes a las candidaturas y muchas se quedarán en el camino, lo cierto es que puede que sólo llegue uno, o bien unos lleven su inestable y fluctuante capital político hacia la declinación en beneficio de uno de los dos punteros, que sería Jaime Rodríguez o Margarita Zavala. El resto es comparsa y simulación, en el mejor de los casos un exceso de autoestima.

En el análisis de las firmas reunidas por Jaime Rodríguez el INE sólo ha validado 55 por ciento, aún no terminan de validar, pero ha desechado varias, de tal suerte que del poco más del millón que presentó puede que por lo menos 200 mil sean rechazadas, lo que lo forzará a seguir en la cacería de más firmas, para lo cual cuenta como un par de meses escasamente. Condición que muestra que serán sólo un par de ellos quienes logren pasar el primer obstáculo hacia la candidatura. Y una vez candidatos deberán mostrar que pueden llegar, lo que se convierte en su principal reto.

El sistema de partidos que fue sustento de la democracia mexicana muestra su agotamiento, pero es evidente que la alternativa no son los candidatos independientes, porque sólo muestran resentimiento contra las que fueron sus organizaciones. No hay camino seguro hacia la consolidación de una democracia que lucha por su sobrevivencia pero quienes deben salvarla prefieren andar por el camino de la antidemocracia. PEGA Y CORRE. –  El senador José Yunes Zorrilla fue designado candidato del PRI a la gubernatura de Veracruz, entidad que el tricolor perdió en 2016 frente a la alianza PAN-PRD. Pepe conoce cada rincón del estado y seguramente su trabajo como senador será una de las principales herramientas para alcanzar el objetivo esperado en esta contienda que se advierte reñida… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.

 

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