- Con el crimen artero de periodista Gumaro Pérez Aguilando, quedó evidenciado la impunidad, ineficiencia y retórica populista de los órganos de procuración y prevención de justicia del estado
GAUDENCIO GARCÍA / 12 HORAS / XALAPA, Ver.-Veracruz se convirtió hace más de una década en tierra inhóspita para el libre ejercicio del periodismo y en campo fértil de la impunidad y de la corrupción, denunciaron periodistas veracruzanos.
Con el crimen artero de periodista Gumaro Pérez Aguilando, ocurrido en la mañana de este martes en el interior de una escuela primaria, donde acompañaba a su hijo en la posada navideña, quedó evidenciado la impunidad, ineficiencia y retórica populista de los órganos de procuración y prevención de justicia del estado.
La violencia que se registra en la entidad en contra de los trabajadores de los medios de comunicación, deja al descubierto la porosidad del gobierno estatal en turno y la debilidad de las instituciones de seguridad pública para contrarrestar la ilegalidad de la delincuencia organizada.
Con el asesinato del reportero Gumaro Pérez, quien colaboraba en diferentes medios de comunicación local de la localidad de Acayucan y era miembro de la Asociación de Periodistas Independientes, se suman cuatro periodistas acribillados en el primer año que está por concluir del bienio aliancista del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares.
De acuerdo con el recuento de 2017, el 19 de marzo fue ejecutado en el municipio de Yanga, Ricardo Monlui Cabrera, columnista y editor del periódico Político, luego de haber desayunado con su familia; el 22 de agosto fue asesinado en Hueyapan de Ocampo, reportero de la Sección de Nota Roja del Diario de Acayucan, propiedad del magistrado y presidente del Tribunal Superior de Justicia del estado, junto con dos policías.
Se encontraba incorporado al Mecanismo para Protección de Defensores de Derechos Humanos y Periodistas de la Secretaría de Gobernación, desde 2012. A pesar de estos protocolos, fue acribillado.
El 9 de julio es abatido por sicarios del crimen organizado en el centro de Acayucan, el hondureño y asilado en México, el camarógrafo Edwin Rivera Paz, quien venía huyendo de la violencia de su país que provocó el crimen de quien fuera su jefe Igor Padilla. Se encontraba viviendo en el sur de Veracruz en calidad de asilado político.
Y este martes 19 de diciembre, asesinan en una posada navideña frente a su hijo en una escuela primaria a Gumaro Pérez Aguilando.
A los 4 periodistas cegados por la delincuencia organizada, hay que agregarle la agresión a balazos que sufrió el 29 de marzo, el jefe de redacción del diario la Opinión de Poza Rica, Armando Arrieta Granados. Fue violentado llegando en la madrugada a su domicilio, recibió cinco balazos, que, por fortuna, logró sobrevivir.
Y finalmente, en la madrugada del 24 de abril es lesionado por una bala perdida en el abdomen Israel Hernández, reportero e Imagen de Veracruz y corresponsal de Aristegui Noticias, durante el enfrentamiento intergremial del sindicato de Tamsa, encabezados por Pascual Lagunes y Juan Carlos Guevara, con el saldo de 2 muertos y una decena de lesionados, entre ellos el periodista.
Los crímenes de los 4 periodistas muertos en el bienio aliancista, no han sido esclarecidos el presunto móvil de su asesinato y quiénes fueron los autores intelectuales de los arteros atentados.
De los sexenios de Fidel Herrera Beltrán, Javier Duarte y el opositor del PAN-PRD, Miguel Ángel Yunes Linares, han sido asesinados 22 comunicólogos, de los cuales el 99 por ciento permanecen en la absoluta impunidad de los gobiernos en turno.
En Veracruz como el resto del país, de acuerdo con periodistas veracruzanos, hay una marcada indiferencia de las fiscalías federales para darle largas a las investigaciones de las ejecuciones de los trabajadores de los medios de comunicación.
En su oportunidad, la Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas (CEAPP), condenó el homicidio del periodista Gumaro Pérez Aguilando, fundador del Semanario Voz del Sur, quien fue asesinado este martes, alrededor de las 11:15 en el municipio de Acayucan.
La comunidad periodística reiteró que la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE), se convirtió en un “elefante blanco”, emblemático de la administración del presidente Enrique Peña Nieto.