Yunes, el tribuno

Dicen que para ser buen político es necesario forzosamente en dominar el discurso, la elocuencia, en el decir y el hacer convierte a los representantes populares en verdaderos estadistas o simples comparsas del devenir de los tiempos en que se presentan.

En la entidad, personajes con gran capacidad argumentativa en el discurso, han potencializado el capital político del estado, personajes como Guillermo Zúñiga Martínez, e incluso en su momento, el mismo Fidel Herrera Beltrán, pasando por un Jesús Peña, hicieron de la oratoria una virtud, que no todos pueden dominar.

Bastaron dos horas y casi 30 minutos, para que el gobernador del Estado, Miguel Ángel Yunes Linares, volviera a confirmar, que, en política, el que puede “chiflar y comer pinole” es siempre por antonomasia, un chingón.

Y aclaro, no empleo el termino en adulación, sino como simple referencia gramatical, al dicho de una persona, competente en una actividad o rama del saber.

Y es que, por primera vez, en la historia de Veracruz, el mandatario estatal, estuvo expuesto a la critica directa de todas y cada una de las corrientes políticas representadas en el Congreso, en un ejercicio plural, en donde la democracia se expresa como el máximo y más acabado esfuerzo conductual de una sociedad, con el que se pretende sentar un precedente en el porvenir de la entidad, con el único objetivo de mejorar las condiciones en que se desarrolla el futuro del estado.

Cuatro iniciativas que buscan reformar la Constitución del Estado con el único objetivo de mejorar la condición de pobreza de su población; garantizar la participación equitativa de las mujeres en la vida pública estatal; desaparecer el fuero, mal empleado por una casta de políticos, que encontraron en el, el salvo conducto para hacer y delinquir y una reforma política, que pretende homologar procesos electorales, que han sumido a la entidad en un dispendio innecesario a lo largo de los últimos años.

Asimismo, con la reforma política se busca homologar y recortar periodos de espera para la toma de posesión de nuevas autoridades estatales, iniciando por el Congreso y sus legisladores, al recortar los plazos posteriores a la fecha de la elección, que a partir de la iniciativa serían en junio para con ello en agosto tomar protesta los integrantes de la Legislatura.

De igual modo, a partir del primero de septiembre la toma de posesión del nuevo Gobernador y el 5 de septiembre los nuevos responsables de los ayuntamientos veracruzanos.

Como era de esperarse, los reclamos por el tema de la inseguridad no se hicieron esperar. A lo que el titular del Ejecutivo, no rehúsa hablar, por el contrario, lo afronta y enfrenta, admite que la crisis social por el tema es y sigue siendo el principal reto de su administración, acusando que hasta ahora se sigue recibiendo todo el respaldo de la Federación para ello.

Intentado cuestionar por los legisladores de oposición, Yunes Linares, demostró que en esto de la política para hablar se debe tener la boca callada y la cola corta, pues no falta el desmemoriado, que amnésicamente pretende ocultar su pasado para con toda la cachaza, salir a decir, que antes se estaba mejor.

Claro, lo que esos personajes no señalan es, la cantidad de canonjías y beneficios que obtuvieron de los hoy reos, quienes malversaron los recursos de los veracruzanos, e hicieron de la función pública, la guarida de una horda de ladrones, que escudados en el fuero, pretenden evadirse de la responsabilidad.

Quizá Veracruz no se encuentre en la mejor de sus circunstancias, pero lo que si hay que reconocer al menos son dos cosas, la intensión evidente por cambiar el estado de cosas, que hoy son sumamente diferentes a las de hace 365 días; y la capacidad de oratoria del gobernador Yunes Linares, para darles una arrastrada a estos imberbes legisladores que fueron cómplices del pasado reciente, y que mientras pudieron alzar la voz, prefirieron callar, por así convenir a sus soterrados intereses.

Para ser, hay que parecer, dice el refrán popular. Y lo exhibido por el mandatario estatal confirma que para hacer política, se debe preparar y nacer político, lo demás, queda confirmado, no sirve ni para el arranque.

 

Sextante.

Vaya campaña le han querido emprender a la delegada del ISSSTE, Elízabeth Morales García, quien va en caballo de hacienda rumbo a la candidatura al Senado, que ahora resulta, que puede ser calificada y descalificada por personajes con un pasado bastante cuestionable, más y cuando les da por subir en redes sociales, su afición por asesinar especies avícolas, solo por el afán de posar en las redes.

 

Al tiempo.

 

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Twitter: @LuisBaqueiro_mx

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