Meade, un converso presidencial por el PRI

El predestape anunciado de José Antonio Meade Kuribreña se empezó a forjar desde el cónclave del PRI, donde se abrieron los candados para que cualquier servidor público y sin militancia partidista pudiera ser el candidato presidencial para el 2018.

 

Meade Kuribreña pertenece al equipo de los tecnócratas, sin militancia partidista; un político híbrido, converso, jugó en los bandos del PAN con los  expresidentes Vicente Fox y  Felipe Calderón, el que desató la guerra bajo un plan genérico para abatir el crimen organizado, y el priista con el síndrome de Alzheimer Enrique Peña Nieto.

 

La clase priista nacional tradicional, donde se encuentran los duros, podrían cambiar la historia del viejo PRI -no cambia sus  anquilosados vicios, dedazos, trapecismo, oportunismo, compadrazgo y oportunismo-, al jugar el doble juego en los drenajes partidistas para que el adversario irreconciliable llegue tranquilamente a Los Pinos.

 

Lo que se ve se juzga.

 

Recordemos el quid que provocó la designación por la cúpula nacional priista del tabasqueño Roberto Madrazo Pintado en el 2006, que a la postre provocó la debacle del PRI, mordió el polvo ante el panista Felipe Calderón.

 

Con más saldos en contra que a favor de EPN y el PRI, los comicios del 2018 soplan favorable para que el otro tabasqueño, Andrés Manuel López Obrador, se perfila como el máximo triunfador en las elecciones del primer domingo de julio de 2018, de acuerdo con las últimas encuestas.

 

Pero las sorpresas en política cuentan. No hay nada escrito, el tiempo, la circunstancia y la coyuntura cuentan mucho. En el último minuto pueden cambiar las reglas como en el juego del béisbol.

 

Respetable las opiniones de  los voceros de Ricardo Anaya, de Miguel Mancera, de Margarita Zavala, de Jorge Rodríguez (a) El Bronco, por supuesto. Cada quien evalúa como el vaso medio lleno o vacío.

 

Pero la sociedad civil y los ciudadanos de a pie se encuentran en el hartazgo  por los graves problemas sociales que hereda el presidente Peña Nieto al país. El discurso oficial, la retórica  de los partidos y el mesianismo de los aspirantes están devaluados.

 

La agenda es extensa de los oprobios y agravios cometidos a los mexicanos, desde un vergonzoso salario de hambre, una reforma energética fallida, un Estado disfuncional con la inseguridad pública, los gasolinazos, los productos básicos se dispararon por la cadena de alza de los hidrocarburos, al igual que el fluido eléctrico, la inflación, etcétera.

 

El converso de Meade que carece de talacha partidista tanto en el PAN como en el PRI será más de lo mismo de Peña Nieto. ¡Que los dioses del Olimpo nos agarren confesados!

 

Comentarios a gau41@hotmail.com

@12hrsver

 

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