“La gratitud es una de las facetas de la humildad.
El arrogante considera que no debe nada a nadie.” – Jean Gottigny.
Como gran parte de su carrera política, Elízabeth Morales navega contra corriente y con el colmillo que la caracteriza ha sabido hacerlo bien.
Aunque no está en una delegación que lo tiene todo como la Sedesol para poder hacer uso de los programas sociales y recorrer el estado para la entrega de apoyos, la delegada del ISSSTE es una de las fuertes aspirantes al Senado y ayer lo demostró en el Consejo Político Estatal del PRI.
A lado de una tremenda porra y acompañada de decenas de militantes Elízabeth arribó al recinto muy vitoreada, lo que demostró que aún conserva un fuerte capital político que la ponen en la mira para ocupar la Senaduría y así seguir escalando peldaños en su trayectoria.
Aunque pareciera que ya los dados están cargados, Elízabeth no se confía y sabe que como siempre le ha ocurrido habrá de imponerse y pelear posiciones para ella y los cuadros femeninos del partido tricolor de la Entidad.
A la actual delegada del ISSSTE no es la primera vez que le dicen que no, ya cuando aspiraba a la alcaldía de Xalapa, el gobernador Fidel Herrera le negó al principio la candidatura por dos cosas: por ser mujer y por ser soltera y sin hijos, pues su imagen no cuadraba con el cuadro social que buscaban los xalapeños.
Pese a eso, Elízabeth logró la candidatura y ganó con 90 mil votos, fue la mujer más votada en la historia de la capital.
Antes que eso nunca imaginó que fuera a convertirse en diputada federal pero también consiguió representar a los ciudadanos en la Cámara Baja del Congreso de la Unión.
Gracias a esto, hoy en día, la ex presidenta del PRI goza de la simpatía de personajes importantes y bien colocados como Emilio Gamboa y se ha movido por la Ciudad de México para ser considerada. A la par de otros importantes personajes como César Camacho Solís, Lorena Martínez, José Reyes Baeza, la senadora Hilda Reyes, entró otros.
Ayer, el Consejo Político del PRI arropó a Elizabeth como la única ex alcaldesa con la fuerza suficiente para dar la batalla.
La Morales no necesito llevar acarreados o llevar camiones con gente como las otras aspirantes pues su sola presencia le dio calor al evento y reavivó esa sana competencia en el Consejo Político del PRI, que ya se había perdido.
Basta recordar el gris Consejo Político pasado al que pocos asistieron y que no tuvo la proyección mediática suficiente para recodarles a los ciudadanos que pese a Javier Duarte, el PRI de Veracruz aún vive.
El grito de ayer, el grito de decenas ¡Elízabeth senadora! fue un claro parámetro de la aspirante que puede lograr quedarse con esta posición en el 2018 no por caprichos o padrinazgos, sino por una contendiente con la madurez política y la experiencia que dejan la victoria y la derrota en las urnas.
Sextante.
Gracias a todos los que me expresaron su solidaridad, saben que les llevo en el alma, pues son verdaderos amigos. A los que hicieron escarnio de un incidente resultado de un fallo en una fuente, también gracias, pues me mostraron lo que es la miseria humana potenciada por su falta de capacidad profesional. La burla, la mofa, el escarnio público son su peor evidencia, al intrigante responsable de todo esto, ya se le conoce y solo cabe preguntarle si las leyes de Newton no son suficientes para darse cuenta que mientras más alto escupa, la parábola de regreso lo habrá de alcanzar en su trayectoria.
Entre uno de los caníbales resalta un vetusto y su vástago, de esos que hacen leña del árbol caído, solo en su afán de cobrar venganza de sus malas entrañas, cuando debiera estar acompañando a su mentora en la mazmorra, su vástago, a quien mando a la Europa del Este con todo pagado, y que en su casa nadie tolera, pues su amasia le reprocha el poco ingreso mal habido que obtiene de un partido político y su débil dirigente pues es la única forma de llevar y no entrega.
Vaya para bonitos tipejos, que están buenos para mofarse de la gente cuando están más embarrados de calabaza que los puercos.
Por cierto, para los que se tildaron de afirmar que jamás hemos leído a Schopenhauer, les dejamos en su insignificante miseria esta frase del autor prusiano: “La envidia en los hombres muestra cuán desdichados se sienten, y su constante atención a lo que hacen o dejan de hacer los demás, muestra cuánto se aburren”, y añado, “que sus miserables existencias, se sigan consumiendo”.
Al tiempo.
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