Los capitanes de Pepe

“Cuando todo va mal, no debe ser tan malo probar lo peor.” – Francis Herbert Bradley.

 

Pues como todo parece indicar las condiciones están dadas para que en el Partido Revolucionario Institucional (PRI) postule en Veracruz al único de sus activos con capacidad para dar una pelea férrea en el próximo proceso electoral por la gubernatura en donde todo parece tenerlo en contra frente a la maquinaria yunista azul.

En suerte, le tocará al senador José Francisco Yunes Zorrilla abanderar ese reto, sabedor que no es más gobierno estatal, que no cuenta con mayoría en las autoridades municipales para su partido, y sin contar con el respaldo de legisladores locales y federales con una férrea capacidad de movilización, ante el nulo apoyó con que cuentan.

Sin el control del gobierno estatal, solo queda el poder y presencia de la federación a través de las delegaciones federales; mismas que bajo esa premisa el peroteño deberá aceitar muy bien para que en todo momento respondan a sus retos y expectativas, cosa que hoy, no se dibuja así en el horizonte.

Son cuatro las delegaciones federales a las que Pepe deberá pedir colocar presencia de personajes a fines a su proyecto, empezando por la delegación de Gobernación -misma que funge como responsable de la plaza y la cual no le está entregando buenas cuentas al peroteño-; la del IMSS que por el número de derechohabientes que cuenta -cerca de cuatro millones, se convierte en factor vital-, y Desarrollo Social, último bastión con posibilidad de capitalizar electoralmente su trabajo; así como la Delegación de Migración, misma que por su desempeño incide en la percepción en materia de seguridad ante la presencia de grupos delincuenciales ligados a los maras, que atropellan y cometen delitos en territorio veracruzano.

Y es que los inminentes tiempos de desatapes tanto federales como estatales estarían a la vuelta de la esquina, con ello seguramente, habrá de comenzar a preparar el terreno en el afán de construir el escenario más propicio para la que sin duda será la más importante batalla a enfrentar en el PRI, que es la de intentar recuperar la plaza.

Para ello, los tiempos estarían marcados, se habla ya de las formas en cómo se deberá encarar esta campaña, misma que distará de métodos empleados en el último proceso por falaces operadores, quienes en ese protagonismo que los hace inconfundibles vendieron espejos de resultados que jamás y nunca entregaron.

Por principio de cuenta el 15 de diciembre habrá de venirse el cambio en la dirigencia estatal del partido, en donde saldrá expulsado como tapón de sidra el actual dirigente, Renato Alarcón, quien dejará una estela de corrupción y pésimo liderazgo -desaprovechando la grandiosa oportunidad de dirigir a ese instituto político-, para mostrar un nuevo rostro a la que llegará el alcalde de Xalapa, Américo Zúñiga Martínez, quien entregará su Cuarto Informe de Labores los primeros días del mes para de ahí dejar a Michelle Servín como alcaldesa interina.

Como ha mencionado el periodista Edgar Hernández habrá de nombrarse un coordinador general y 10 coordinadores de área, que habrán de responder estrictamente al candidato y a nadie más; bajo el mismo esquema que se empleó durante la campaña del ex gobernador Fernando Gutiérrez Barrios.

De los responsables de las delegaciones federales mencionadas habrá de considerar que en su mayoría habrán de salir, para dejar pues, espacio a los plenamente identificados con Yunes Zorrilla, otros más pueden alcanzar la nominación de su partido como es el caso de la actual delegada del ISSSTE, Elízabeth Morales García ya tiene más que amarrada la candidatura para la senaduría por el PRI, mientras que otros funcionarios federales boletinan sus fotos para hacer creer que serán los palomeados. Mientras tanto los verdaderamente aprobados se ríen de los adelantados.

 

Al tiempo.

 

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