Sí, el regreso de los llamados “elefantes blancos” a la administración pública estatal, inició.
Seguramente estimado lector recordará cual fue la triste y vergonzosa función que desempeñaron algunas instituciones públicas estatales durante la pasada llamada docena trágica (dos sexenios anteriores), como el Organismo de Fiscalización Superior del Estado de Veracruz (ORFIS), la Contraloría General del Estado (CG), la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), la Comisión Estatal de Protección a Periodistas (CEPP) y otros más.
Instituciones integrantes del gobierno estatal que se ganaron a pulso de parte de los ciudadanos ese mote, debido a que todas las acciones que estaban bajo su competencia, desarrollar o vigilar, siempre estaban bien. No, no estaban bien, sino estaban muy bien. Todo lo que estaba bajo su jurisdicción funcionaba de maravilla. O por lo menos eso era lo que informaban a los veracruzanos, pensando que la población les creía. Pero para su desilusión y la de sus jefes -lo dos más grandes presuntos delincuentes que han gobernado Veracruz- la realidad era otra. La población en su mayoría no les creía nada y los burócratas de todos los niveles, como tenían conocimiento de la verdad tampoco, pero había que conservar el empleo y las jugosas prestaciones que implicaba. Situación que a parte de ellos los convirtió en presuntos cómplices.
Cómplices que como premio a su lealtad hamponesca recibieron como premio diputaciones locales y federales, para que el tan cuestionado fuero los protegiera y no porque a sus dos jefes les importara el futuro de estos pequeños integrantes de la banda. Lo que realmente les importaba ya desde ese entonces y ahora con mayor razón, era y es, el que no pudieran ser acusados y enjuiciados por la ley, pues si esto sucediera y posiblemente suceda, los alcanzaría a los dos.
A partir del inicio de la autollamada administración del cambio, algunos de estos mamíferos blancos tuvieron que desaparecer. No porque hayan sido sacrificados, no. Si no por así convenir a los intereses muy personales de la ineficiente burocracia que los ha manejado, principalmente la de primer nivel, pues como integrantes sin ninguna ética de la pasada administración pública estatal, al cambio de administración de inmediato se adhirieron al famoso aullido de: “muerto el Rey, viva el Rey”. Lo que no les costó ningún trabajo, como lo han venido demostrando durante estos meses.
El ejemplo más contundente lo tenemos en el ORFIS, el cual, de ser un organismo invisible, ahora es muy eficiente, en donde su titular aparece seguido haciendo en los diferentes medios de comunicación, acusaciones que en tiempos anteriores nos fue imposible escucharle.
Por lo que corresponde a la Contraloría General del Estado, aquí parece que con el cambio de titular las cosas seguirán como antes, pero ahora a favor de la administración del cambio.
La desacreditada lamentablemente Comisión Estatal de Derechos Humanos, trata de seguir la línea del ORFIS, pero todo parece indicar que su titular se quedó acostumbrada a trabajar como en tiempos anteriores, cuando tuvo la tarea de ser defensora de los comunicadores y que nunca hizo nada, solo cobrar su jugoso sueldo.
En cuanto a la CEAPP, se ve claramente la intención de la administración del cambio, de desaparecerla. Para lo que ha dado la penosa tarea a la legisladora que llegó a ser parte de la vida pública del Estado de Veracruz, por haber sido conductora de un noticiario de radio, pero eso a ella ya se le olvidó, pesan más las dietas que tiene por ser integrante de la LXIV Legislatura local.
Y ahora que está iniciando el importante proceso electoral 2017-2018, vemos con toda pena la inscripción al club de los paquidermos blancos de uno de los organismos del Estado, que aunque su función está demás, porque no es necesario que exista, fue un capricho de la fidelidad, el Tribunal Estatal Electoral de Veracruz (TEV).
Su importancia radica porque así lo exige la legislación correspondiente, en al ser uno de los organismos jurisdiccionales estatales, tener poder de decisión en las elecciones del ámbito estatal. Por lo que ya se estrenó en el presente proceso, al decidir a favor del alcalde de Boca del Río, Miguel Ángel Yunes Márquez, en contra de una queja que hizo el Partido Revolucionario Institucional (PRI), en la actualidad partido de oposición al Gobierno del Estado, sobre algunas acciones que está llevando a cabo el hijo del Gobernador, que según este partido deben considerarse actos anticipados de campaña. Si la fundamentación por parte de los quejosos está bien, o no, así como el análisis del TEV, sobre la resolución dictada, en casos como éste, eso carece de importancia en la actualidad -situación que no debe ser- porque como hemos estado viendo el comportamiento de algunas instituciones y organismos del Estado de Veracruz, desde hace doce años, aquí y ahora se sigue el anti ético grito de: “muerto el Rey, viva el Rey”.
Por el momento es el principio del proceso electoral. Qué será lo que tendremos que ver, soportar y vivir los que habitamos esta entidad durante el 2018 en esta materia. Usted que OPINA estimado lector. Hasta el miércoles. noti-sigloxxi@hotmail.com (Fech. Púb. Lun. 30-octubre-17)