Karime Macbeth, la dama rapaz

En el ADN de Karime Macías Tubillas pareciese que corre por sus venas el abominable personaje Lady Macbeth de la obra clásica “La tragedia de Macbeth” de  William Shakespeare. Encaja a la perfección a la mujer fría,  sin escrúpulos, calculadora, avariciosa, simuladora y fútil. No es de linaje, pero con el poder se sintió en los cuernos de la Luna.

O bien, la reencarnación de las célebres femeninas que se distinguieron por el glamur, las fiestas orgiásticas, los rituales exotéricos o las conjuras del poder por el poder político, como lo refleja el escritor irlandés Irving Wallace en una de sus apasionantes y amenas obras  “Las ninfómanas y otras maniacas”.

De hace 37 años atrás para acá no había habido en los registros históricos contemporáneos, que se recuerde, escándalo sin igual de una coloquialmente llamada Primera dama del estado, que en términos prácticos es legalmente la presidente del Sistema para el Desarrollo Integral para la Familia (DIF-Estatal), Karime Macías.

La primera dama, un cargo aparentemente simbólico en la estructura de la administración pública estatal. Los correligionarios del gobernador en turno, la llaman así en consonancia con la esposa del presidente de la República. La primera dama del país es una especie de cargo nobiliario. Y le rinden pleitesía porque en el organigrama oficial es la presidente del DIF-estatal.

Su ocaso sombrío no tiene parangón en Veracruz. Su mediación a los secretarios de despacho y amigos mutuos de su cónyuge Javier -el exgóber sentenciado ya por el juicio sumario de la sociedad civil y ciudadanos de a pie-, para malversar los dineros públicos en empresas fachada o fantasma, no tienen comparación con ninguna primera dama de Rafael Hernández Ochoa (1974-80) para acá.

El affaire de Karime Macbeth –la femenina que palomeaba el  nombramiento de los principales colaboradores de su marido y ordenaba compras de bienes inmobiliarios y ropa de marca  con cargo al erario público- opaca los amoríos extraconyugales de Virginia Cordero de Vidal (1968-74) o el alcoholismo patente de Esperanza Ascón de Lagunes (1980-86) que consignaron en aquella época historiadores y la hemeroteca de periódicos.

La primera dama de la “Prosperidad”, lema del gobierno duartista que fue un singular oprobio para los contribuyentes, de alguna manera supo entrelazar el personaje clásico  shakespeariano de Lady Macbeth con la vida licenciosa del discípulo de Calígula y adorador del dictador español Francisco Franco, Javier Duarte.

Los dineros públicos del erario público estatal los utilizaron Karime “Macbeth” y Javier “Calígula” como propios en proyectos inmobiliarios, fraccionamientos, ranchos de descanso y clubs hípicos, por medio de sus amigos y funcionarios en empresas fantasma y crearon una crisis económica en Veracruz, sin importar que la mayoría de proveedores se fueran a pique. Esto le importo un bledo a la PGR.

Fueron tan cínicos que a los propios trabajadores al servicio del estado –magisterio en general y empleados del Poder Ejecutivo- los dejaron en estado de indefensión porque no  cubrieron las aportaciones a la seguridad social. Hasta la fecha el gobierno aliancista de MAYL no ha cubierto los rezagos al IMSS ni al ISSSTE.

Pero retomemos. Salimos de una primera dama rapaz, calculadora y voraz que manejó a su antojo a su marido,  dejando, que el egocentrismo palaciego, fuera el éxito con las amantes en turno. Ella, tampoco perdió el tiempo, dejó que se filtraron en el  círculo de sus  amigos, sus tórridos romances con algunos de sus recomendados y sus viajes constantes a Miami.

Es un oprobio para la sociedad civil y los ciudadanos de a pie que la PGR no le haya abierto hasta ahora ninguna carpeta de investigación a Karime Macbeth, con el testimonio de exfuncionarios y amigos de Duarte y sea la propia fiscalía general la que siga con lupa la investigación que se abrió a principios de octubre en su contra.

En este choque de un gobierno aliancista contra un gobierno saliente priista, es la primera vez que una primera dama y sus congéneres es sometida al banquillo de los acusados. Es un entramado sospechosísimo donde la cónyuge deja al marido solo para que sea sometido a proceso penal y los amigos con fuero se aferran a Los Pinos para que no los toquen ni con el pétalo de una rosa.

Salimos de un gobierno depredador, con careta de prosperidad, para  entrar a un gobierno populista, represor y con signos de autocracia que criminaliza a todo aquel que protesta, bloquee vías de comunicación o critique los yerros de la administración aliancista.

El epílogo. Hay una primera dama sujeta a investigación por la depredación  de los dineros públicos que podría seguir los pasos de su cónyuge, hoy en prisión. Pero el gobierno aliancista,  también tiene su talón de Aquiles con su primera dama, Leticia Yunes.

Es excelente ilusionista, al estilo Harry Houdini, se aparece por períodos in su facto en algún evento para la foto y le arman un pequeño texto para la prensa. Y de ahí, por arte de magia, desaparece de los eventos de su cónyuge. La unidad familiar que debería reflejar el gobierno aliancista es abismal.

¿Qué más le puede suceder a Veracruz, un estado disfuncional, donde el Presidente de la República le da un trato como moneda de cambio? ¿Qué debe ocurrir para que el Congreso de la Unión se deje del doble discurso y tecnicismos para que se desaforen los diputados federales con el sello duartista, acusados por enriquecimiento ilícito?

Es hora de que la PGR se despoje de falsos atavismos, de fobias, filias y enconos y de una vez por todas aclare también el presunto enriquecimiento ilícito del gobernador neopanista MAYL, por salud del estado de derecho. Y para cerrar este capítulo novelesco del fango partidista, con la presunta aprehensión de la primera dama ¿será la solución para la reconversión económica en Veracruz? ¿Será suficiente la caída de Karime Macbeth para que Veracruz salga del tobogán a corto plazo?

Comentarios a gau41@hotmail.com

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