La salida de Margarita Zavala del PAN, nuevamente distrae la atención de la sociedad mexicana, todos atentos al nuevo round que como contendientes habrán de dar los aspirantes a suceder a Enrique Peña Nieto en la presidencia de la República.
Atrás quedaron temas verdaderamente importantes como el análisis del paquete económico 2018, el tema de la reconstrucción tras los sismos del 7, 19 y 22 de septiembre, o el caso Odebrecht -la verdadera razón para acelerar los tiempos sucesorios-, eso puede esperar, lo que importa ahorita es atraer las miradas a otros temas, unos que le permitan al gobierno seguir preparando su entramado para llegado el momento garantizar su inminente salida.
Hoy Margarita muestra que debajo de toda la parafernalia que ha creado, existen más que razones ideológicas o de partido para verdaderamente ocultar sus secretas intensiones.
Si en primera instancia la jugada del gobierno federal, ha sido contener en lo posible el crecimiento de Andrés Manuel López Obrador, en segunda es impedir a como dé lugar que el niño diabólico representado en Ricardo Anaya les crezca más de lo debido, pues ya se vio, que sabe cómo arrinconar al estado y lograr poner en jaque a su estructura y sus planes, y si no, que le pregunten al titular de la Procuraduría General de la República, Raúl Cervantes Andrade a quien bajo de toda aspiración por perpetuarse en lo que la que será la nueva Fiscalía General.
Así pues, el plan de Grupo Atlacomulco es continuar la intensión de lograr que su candidato, José Antonio Meade Kuribreña, actual secretario de Hacienda y Crédito Público, siga apareciendo como el menos peor, de los aspirantes.
La respuesta del bloque de senadores panistas que salieron a defender la posición de Margarita Zavala, es la confirmación de un tramado plan por garantizar que el precandidato priista sea tarde o temprano el que tome la estafeta tras la elección de julio del 2018, – gane quien gane y, haiga sido, como haiga sido-.
De ese modo, expresiones como las del propio presidente de la Cámara de Senadores, Ernesto Cordero – ex compañero de gabinete con Felipe Calderón del propio Meade Kuribreña- o del poblano Javier Lozano Alarcón -también compañero en ese sexenio- son la prueba consumada de este intento de caja china.
Cabría preguntarnos si verdaderamente este posible impacto o efecto que provoca Margarita con su salida del PAN, le va a coartar posibilidades al que llegue a ser candidato del Frente Ciudadano por México; que en una de esas proviene de esa ficticia ciudadanía que exprofeso construyen muchos de los ahora aspirantes ciudadanos a la presidencia.
Porque en este nuestro México, no nos extrañaría en nada que se confirmará la misma candidatura de la Zavala como representante de ese Frente, pues ahora en su calidad de hermana separada del PAN, se ubica en mejor posición “ideológica” para representar a toda esta corriente de partidos políticos.
¿O cómo la ve usted?
Al tiempo.
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