Pues Alejandro Montano Guzmán anda con la brújula perdida en su intención que se ha vuelto enfermiza de colocarse en algún puesto, el que sea, para seguir de algún modo en la jugada política, de la que está muy alejado en la actualidad.
Primero, no pudo ser alcalde de Xalapa porque como candidato cayó hasta el tercer lugar con una votación a su favor ridícula.
Después se promovió con algunos cuates periodistas con el fin, según él, de llamar la atención del secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong, para que lo nombrada delegado de la Segob en Veracruz y coordinador de todos los delegados federales en la entidad. Pero se topó con que el actual titular, Ángel Isaac Ochoa Pérez, es gente muy cercana al Secretario y parte de un proyecto que tiene aristas para el 2018, así que resulta inamovible.
05 de octubre de 2017
Y la última de Montano es que soltó con algunos columnistas incautos la especie de que sería nombrado por el presidente Enrique Peña Nieto (su “amigo del alma”) como el comisionado de seguridad especial en Veracruz, con la consigna de acabar con la inseguridad (lo que “sólo él podría hacer”, según sus texto-servidores).
En fin, que el famoso Capi ve terminar su carrera política irremediablemente, en lo que se había tardado…