El dinero robado por cuatro ex gobernadores, Javier Duarte, de Veracruz; Roberto Borge, de Quintana Roo; Guillermo Padrés, de Sonora y César Duarte Jáquez, de Chihuahua, que supera los 97 mil 500 millones de pesos, alcanzaría para reconstruir los daños ocasionados por los terremotos, valuados en 38 mil 100 millones de pesos por el gobierno federal.
Si a esto agregamos los gastos millonarios utilizados en su defensa, y lo que no se ha descubierto, encontramos que la impunidad en México tiene sus orígenes en una mala aplicación de la justicia y no hay mexicano que no piense que esa mala aplicación es con intención, con ventaja y alevosía.
Con ese dinero el secretario de Educación no estaría partiendo plaza en cada escuela dañada y anunciando, como actor de telenovela, lo que considera su trabajo, que, como sucede con la reforma educativa, dista mucho de tener elementos pedagógicos.
Aurelio Nuño, cuando llegó a su cargo mostró vocación de policía; ahora parece perito valuador de ingeniería, lo que debe hacer es preocuparse por darle a los libros de texto un contenido informativo que hable sobre los sismos. Donde los alumnos por pequeños que sean no se dejen engañar por las mentiras que proliferan en las redes sociales. Pero todo este innecesario protagonismo del titular de la SEP se acabaría si cada uno de los gobernadores bajo sospecha, que son del mismo partido que Aurelio Nuño, regresaran por lo menos lo que se les ha detectado que falta. El resto, que no es poco, se lo pueden llevar a donde quieran y que no vuelvan nunca más.
Sin rencores pero sin reencuentros.
La urgente necesidad de la reconstrucción invita a este tipo de tratos, que además evitaría distractores en época electoral, al mismo tiempo que ahorraría grandes recursos gastados en los procesos penales de este tipo de delincuentes.
La Auditoría Superior de la Federación ha presentado 54 denuncias penales ante la Procuraduría General de la República por el presunto desvío de 45 mil millones de pesos, provenientes de recursos federales, durante los primeros años de la administración del ex gobernador Javier Duarte.
Por su parte, Roberto Borge, ex gobernador de Quintana Roo habría desfalcado al estado con al menos 16 mil millones de pesos.
El gobierno de Chihuahua señaló que César Duarte dejó un daño patrimonial de casi 6 mil millones de pesos.
Además, las irregularidades por 30 mil millones de pesos durante el mandato, Guillermo Padrés, del PAN; en Sonora se le suman acusaciones por lavado de dinero por 500 millones de pesos contra sus colaboradores.
Por su parte, el portal de noticias Sin embargo, señala que al menos 10 mandatarios estatales del PRI, incluidos, los tres arriba mencionados, han sido señalados por la Auditoría Superior de la Federación por algún delito.
Señala que “De sumarse los datos de dicho organismo de fiscalización con las denuncias presentadas por la oposición, la malversación asciende a 181 mil 376 millones de pesos, es decir, más de 10 mil millones de dólares”.
El Fondo de Desastres Naturales tiene asignado un presupuesto anual de 9 mil millones de pesos, poco más de 502 millones de dólares. Quiere decir que los presuntos desfalcos de los gobernadores mexicanos podrían multiplicar por 20 los recursos disponibles para la reconstrucción de las distintas zonas del país azotadas por huracanes y terremotos.
Hay una larga lista de gobernadores y ex gobernadores, la mayoría del PRI, cuya honorabilidad está en duda, como los hermanos Rubén y Humberto Moreira, de Coahuila. Al hermano del actual gobernador y a su hermano, los han denunciado diversos integrantes del PAN, ante el Congreso del Estado, por presunta malversación de 32 mil millones de pesos, más de mil 789 millones de dólares.
A Aristóteles Sandoval, gobernador de Jalisco la ASF lo convocó a aclarar el uso de 17 mil 500 millones de pesos, más de 978 millones de dólares, del erario público durante los años fiscales 2011 a 2015.
A Eruviel Ávila, ex gobernador del Estado de México, la ASF detectó que debe aclarar el destino de 3 mil 603 millones de pesos, más de 201 millones de dólares, del presupuesto público, presuntamente fueron malversados a través de fondos y programas federales.
Rodrigo Medina, ex gobernador de Nuevo León fue acusado de peculado y daño patrimonial por más de 3.567 millones de pesos, casi 200 millones de dólares, de acuerdo con la Fiscalía Estatal Anticorrupción.
El daño que causó a su estado representa poco menos de la mitad del presupuesto del Fonden.
Andrés Granier, ex gobernador de Tabasco, fue acusado por la Fiscalía de Tabasco por la desaparición de 2 mil 604 millones de pesos, más de 145 millones de dólares.
Fausto Vallejo, ex gobernador de Michoacán, es investigado por el desvío de 2 mil 323 millones de pesos, casi 130 millones de dólares.
A Mario Anguiano, ex gobernador de Colima, el Órgano Superior de Auditoría y Fiscalización Gubernamental de Colima lo acusa de malversar 2.119 millones de pesos, más de 118millones de dólares.
Estos personajes deben regresar lo que se robaron e irse del país para nunca regresar. En México la justicia mexicana se ha declarado, desde hace meses, incompetente para juzgarlos. PEGA Y CORRE.- A esta fiesta de los millones de dólares debemos agregar muchos más. Lo que se llevaron sus cómplices, a veces sin que los ex gobernadores, sus entonces jefes, pudieran darse cuenta. En otras ocasiones con su consentimiento y bendición, como es el caso de los compinches de Javier Duarte, encabezados por el actual Diputado Federal Alberto Silva Ramos, y otros que gozan de fueron como legisladores locales y federales, protegidos desde la cúpula del PRI, por sugerencia del entonces poderosos gobernador de Veracruz. Ahí está otro diputado federal, Antonio Tarek Abdalá, Adolfo Mota Hernández, colega suyo en la Cámara; Edgar Spinoso Carrera, diputado federal del Partido Verde Ecologista de México; Vicente Benítez González, diputado local por Nueva alianza. Entre otros muchos con sus respectivos millones… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
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