No sabemos si la clase política nacional, está asimilando el cambio de la nación después de la tragedia. Si pueden percibir, la fuerza de la participación ciudadana. Esto puede marcar nuevos tiempos y la exigencia a la función pública, de sus atrocidades por contubernio u omisión. Ahora deben estar a la altura, del gran país que es México. Como “no entienden, que no entienden”, hay que recordarles a diario nuestras exigencias, que no solicitudes. Ya se vio quién manda, situación que ellos revierten por sus ansias de poder. Los buenos son más! No todos los políticos son despreciables, pero la mayoría sí y esto en todos los partidos, resquebrajados como las cientos de construcciones.