Los partidos en México están desesperados por mostrar la diferencia de otros y todo hace pensar que cada día son más similares.
Ante la fusión de tres partidos en el Frente Ciudadano la necesidad de diferenciarse de otros es urgente en las cúpulas de los partidos políticos.
Las cúpulas partidistas saben perfectamente que lo único que puede diferenciarlos entre sí, son las ideas, las propuestas, los proyectos. Pero casi ninguno tiene preparado nada. Pensaron que las campañas que se aproximan serían igual que las demás. Se equivocaron.
Las consecuencias del sismo del 19 de septiembre cambiaron el panorama de muchos partidos políticos y de algunos de sus posibles candidatos. Luego del sismo del 7 de septiembre y durante los embates de los huracanes que azotaron las costas de México, los líderes de los partidos políticos comenzaron a pugnar por reducir los ingresos de sus organizaciones para destinarlos a la reconstrucción de las casas afectadas y ofrecerles una vivienda digna a los damnificados.
Primero hablaron de reducir 20 por ciento de las campañas; luego de donar la mitad de las prerrogativas que tiene el PRI, durante un año; después se dijo que la totalidad del presupuesto otorgado a ese partido iría a resarcir los daños.
Posteriormente otros partidos políticos, que habían guardado silencio al inicio de estas propuestas, imitaron la acción y donarán parte de sus ingresos.
Más tarde se habló de eliminar a los legisladores plurinominales, ya que eran producto de la falta de pluralidad y partidos de oposición en las cámaras y ahora simplemente sobran.
Aquí hay dos factores que deben tomarse muy en cuenta, el primero de ellos es que los partidos políticos en México, acostumbrados a pelearse la paternidad de las propuestas populares, que son muy pocas últimamente, ahora deben aprender a pugnar por las coincidencias.
No importa qué dirigente haya creado una idea o propuesto una transformación a la vida política del país, lo cierto es que los militantes de los diferentes partidos políticos han estado vigilantes a las peticiones, a veces exigencias, de la población.
Así, desde su posición de ser intermediarios entre la población y el poder, supieron interpretar las inquietudes de un clamor popular que surgió con fuerza luego del sismo del 19 de septiembre del presente año. Escuchar a la población es una obligación de legisladores y partidos políticos en una democracia representativa. Esta vez lo hicieron, de tal suerte que suena con fuerza la petición popular de que no haya campañas, de que no se gaste dinero innecesariamente en una competencia que veces resulta predecible.
Lo importante para los partidos políticos en este momento es concentrarse en las coincidencias. Aquí está la clave del progreso del país, sobre todo cuando el factor que unifica criterio son las necesidades de los hermanos mexicanos. Ya no es válido buscar la paternidad de las ideas que crearán los equilibrios sociales, simplemente hay que pugnar porque existan, porque se consoliden.
La otra vertiente de interpretación es que la sociedad debe estar consciente de que no se trata de una donación de los partidos a la sociedad sino una entrega de recursos a sus dueños originales.
Porque la propuesta es una añeja petición de los mexicanos. Las campañas ya no les dicen nada ni a ellos ni a nadie. Nadie se las cree. Los debates perecen una competencia de insultos.
Ahora, tanto partidos políticos como líderes y candidatos deberán empezar a hacer propuestas a la población, que sean basadas en proyectos serios, para que sea a través de estas ideas la única manera de que se note la diferencia entre cada una de las diferentes organizaciones.
Las campañas políticas deberán ser no sólo austeras sino llenas de contenido. Es decir, con propuestas y no con insultos y descalificaciones contra los competidores. Los mexicanos hacen reaccionar a los partidos y sus líderes para que retomen el camino de la campaña presencial, frente a la gente, cara a cara con el elector y no a través de spots muy costosos para la población o mensajes en las redes sociales que por su extrema cantidad se diluyen y sólo sustituyen a la persona.
Ante esta panorámica se corre el riesgo de darle una notoria ventaja a los candidatos independientes, quienes podrán tener las prerrogativas que la ley, hasta ahora les concede, sin alterar su actual situación. De hecho, no se sabe en este momento quiénes serán, a pesar de que ha habido algunos espontáneos que se lanzan al ruedo con tanta irresponsabilidad como improvisación.
Ante esta posibilidad algunos de los partidos políticos comienzan a preparar a candidatos independientes para que representen sus intereses tanto en las campañas como en las declaraciones de difusión en busca del voto.
El PRI en la Cámara de Diputados propuso, en días pasados, eliminar a todos los legisladores federales y locales elegidos por la vía plurinominal y suprimir el 100% del financiamiento público para los partidos políticos en 2018.
Así, como dueño absoluto del balón de las ideas, convocó a los otros ocho partidos para que renuncien a lo que falta por recibir de los recursos económicos de este año.
Esto debe ser parte de un acuerdo nacional, no de la búsqueda de diferencias o paternidades imposibles de encontrarle el ADN. PEGA Y CORRE. – El sismo parece favorecer a uno de los cómplices cercanos del ex gobernador de Veracruz. Desde el 14 de septiembre la Sección Instructora de la Cámara de Diputados acordó sesionar en una semana sobre la solicitud de desafuero, presentada por la Fiscalía General de Veracruz, que encabeza Jorge Winckler Ortiz, contra el ex coordinador de Comunicación Social durante el gobierno de Javier Duarte, Alberto Silva Ramos, a quien se le considera uno de los más cercanos colaboradores y quien podría librar sus culpas si no se sesiona sobre su caso… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
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