“Aunque avergüence decirlo, sólo pensamos en la virtud cuando
no tenemos otra cosa que hacer.” – Séneca.
Tras la tragedia que enfrenta nuestro país tras los sismos del pasado 7 y 19 de septiembre, lo que nos debe llenar de orgullo, sin lugar a duda, es la respuesta solidaria de la población, así como la de muchos gobiernos, deportistas, actores, que, sin miedo, sin remordimientos, de inmediato reaccionaron ofreciendo su ayuda desinteresada, con el único propósito de simplemente apoyar al desvalido, al que cayó en desgracia, al que lo perdió todo.
Dentro de ese maremoto de noticias en el que los medios nos vemos inmersos, en eventos como estos, nos sigue llamando la atención, la actitud por demás taciturna de la clase política nacional, que, ensimismada en sus aspiraciones y proyectos políticos, se mantiene tan lejana y distante de la población a la que jura y reperjura servir.
Así pues, tras al menos dos semanas de críticas encendidas en redes sociales, acusando su indiferencia con la población, respecto al uso y destino que hacen del recurso público, vía prerrogativas, los dirigentes de los partidos nacionales, finalmente salieron de esa hipnosis que produce el saber que los miles de millones que tanto defienden, si tendrían que ser empleados en apoyar a los jodidos mexicanos.
¿Cómo es posible que se pretenda atentar contra la sagrada prerrogativa? ¿Cómo osa el pueblo de México demandar ayuda, cuando nosotros -la clase política- lo damos todo desde nuestras curules y encargos públicos?, ¿Cómo se atreven a exigir que nuestro bien ganado recurso, se emplee en reconstruir, chozas, casas de adobe, condominios, casas de interés social? Parecen repetirse.
Pero como la sociedad puede siempre más, que está exquisita clase política, ahora nos hemos de soplar, su inmensa bonhomía, su casi mista intensión por atender la necesidad de millones que hoy claman por ayuda, por recuperar cuando menos un catre para mal dormir por las noches, en medio del horror y la zozobra a que de nueva cuenta ocurra otro sismo.
El cinismo con el que el dirigente del PRI, Enrique Ochoa Reza anuncia que renuncia al 25% de su prerrogativa -unos 258 millones de pesos- para ayudar a los damnificados, simple y lisamente ofende, lastima, llega a sonar grotesca y ofensiva.
Bajo el entendido de que son la única fuerza política en proponer algo así, los ciudadanos, observamos, como hasta con la desgracia, estos pseudo políticos lucran con su falaz propuesta.
Atrevidos como siempre lo han sido, se ufanan al señalar que, para el año entrante, propondrán un artículo en el presupuesto de egresos 2018 que prevea una reserva específica en el Fondo de Desastres Naturales, destinada a atender la contingencia, con sus respectivos mecanismos de control y transparencia -para que ya no les quiten las prerrogativas-.
Al llamado priista, había que esperar la respuesta antagónica de la oposición, de esa que siempre crítica, destruye, y ofende, pero que lastima más cuando das cuenta que su mesías, no hizo comentario alguno al momento de la desgracia, y hasta ver que sacaría raja política, entonces si, reacciona para seguirle la guerra -su absurda batalla- contra el sistema, proponiendo que si el otro dio el 25% ellos donarían el 50%.
El dirigente nacional de MORENA, Andrés Manuel López Obrador, propondrá este sábado al Consejo del Partido que se destine el 50 por ciento del presupuesto de campaña del 2018 para apoyar a los damnificados por los sismos.
A través de sus redes sociales, refirió que en un principio había propuesto que se destinara el 20 por ciento para apoyar a los afectados en Chiapas y Oaxaca, sin embargo, al hablar con la escritora y periodista Elena Poniatowska, le preguntó por qué no mejor el 50 por ciento y en ese sentido, dijo que lo propondría mañana.
A diferencia del PRI y el presupuesto de 258 millones de pesos a los que renunció este jueves, dichos recursos son de este año, mientras que los de MORENA son del año que entra.
López Obrador señaló que tras su propuesta los dirigentes de partidos calificaron como mera demagogia su idea, pero después rectificaron, además mencionó que el Instituto Nacional Electoral (INE) descalificó su propuesta.
“Ahora ya rectificaron y el dirigente del PRI ha anunciado que van a destinar 25 por ciento de sus aportaciones, lo que reciben del INE, nosotros originalmente habíamos dicho que 20 por ciento”, expresó.
El líder de MORENA dijo que no aceptará que los recursos sean administrados por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, o sea, ¿y entonces quien debería entregarlos? ¿Acaso San Martín de Porras, San Juan Diego, el Papa Francisco?
“Será 50 por ciento del gasto de campaña de MORENA en 2018 para damnificados. La diferencia es que el PRI está hablando que sea Hacienda la que maneje los fondos, nosotros no queremos esto, no les tenemos confianza a los corruptos del gobierno y de la Hacienda federal, vamos a constituir el fideicomiso con mujeres y hombres de probada honestidad, como Elena Poniatowska”, manifestó.
López Obrador, como siempre, tiene la solución a todo, el en su absoluta reflexión y con el poder casi místico que lo enviste opta por la salida salomónica, y define que se entregue a través de un fideicomiso que directamente otorgará los apoyos a los damnificados.
Mientras estos dos se desgarraban las vestiduras, el árbitro o réferi de la contienda, el Instituto Nacional Electoral (INE) a través de su aún presidente, Lorenzo Córdova sale a puntualizar que pues analizando la situación, siempre si, se podrá emplear el dinero de la prerrogativa, cuando semanas antes, tajante habría acusado que sancionarían y multarían aquel instituto político que hiciera mal uso de la misma.
A ello se sumaron las voces del mismo dirigente nacional de Movimiento Ciudadano, Dante Alfonso Delgado Rannauro, quien mediante mensaje en su cuenta oficial de Twitter anuncia que él, donaría el 100% de la prerrogativa para apoyar a los damnificados.
Así, con esa testarudez que los hace ser lo que son, disponen de la vida y del recurso de los mexicanos, llevando en todo momento agua para su molino.
Bien dice el periodista Raúl Rodríguez Cortes en su columna “Gran Angular” que publica este viernes El Universal.
“Y así nos enfilamos a los terrenos de la política, donde los partidos, fuertemente presionados por la sociedad civil, se han visto obligados a aceptar que se haga lo legalmente necesario para que sus multimillonarias prerrogativas se utilicen en la reconstrucción.”
“Pero más allá de esa aparente generosidad, pues al final del día son recursos que salen de los impuestos que pagamos, indigna que recursos públicos ordeñados por sinvergüenzas convictos como los ex gobernadores de Veracruz, César Duarte y Quintana Roo, Roberto Borge; prófugos como el ex mandatario de Chihuahua, César Duarte; e impunes como el ex de Oaxaca, Gabino Cue y muchos más, sean desviados en beneficio personal y en detrimento del bien común.”
Que tristeza y que pena dan nuestros políticos, que hasta en la desgracia no pueden dejar la demagogia como respuesta a los hechos que lastiman y laceran, por ello la falaz respuesta de los partidos y del INE ofende y deja en tela de duda su calidad moral, misma que los ciudadanos habrán de cobrarles muy caro en el próximo proceso electoral.
Al tiempo.
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