“La alegría de un hipócrita sólo dura un momento.” – Job.
Vaya que la era digital, nos alcanzó, rebaso y es un hecho que llegó para quedarse. Así bajo esa concepción, la sociedad evoluciona a pasos agigantados, convirtiéndonos en presas de nuestra propia evolución, misma que como sociedad, se ha tenido que adaptar a esta nueva etapa de la tecnología.
En función de ello, pude entrevistar al Consultor de Tecnologías de la Información e Ingeniería Social, Francisco Javier Ixba Linares, a quien cuestionaba sobre la “Lapidación Digital: La Cultura del Odio en Internet”.
Ixba Linares afirma, si analizamos etimológicamente el sentido mismo del hecho, debemos resaltar que lapidar proviene del latín “lapidāre” que significa matar a pedradas.
El especialista advierte, que actualmente este procedimiento se sigue llevando a cabo en países de credo musulmán y en esta era digital las piedras virtuales son armas al alcance de todos para llevar a cabo un linchamiento en el ciberespacio con anonimidad, sin fronteras geográficas y total impunidad.
Para este conocedor de la web, el “odio” y la “humillación” son monedas de cambio habituales en la Internet, solo hace falta una prueba falsa, un mal comentario, un error de dedo para que aparezcan los “haters”; usuarios convertidos en jurado cruel dispuestos a humillar de manera desproporcionada en un discurso de odio confundido con libertad de expresión.
Es más, recalca, se ha convertido incluso en un negocio donde los también llamados “trolls” a sueldo reciben un pago por desprestigiar, difundir información falsa y opiniones incendiarias sobre una persona o grupo.
Más grave a un acusa, cuando en el tema se ven involucrado menores de edad quienes son cruelmente atormentados, amenazados, hostigados, humillados o molestados por otro mediante medios digitales. A este fenómeno, le conocemos como Ciberbullying, afirma; teniendo México el primer lugar en este rubro según datos de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico y es la quinta causa de muerte entre adolescentes mexicanos.
Pero ¿qué hacer o cómo actuar ante un hecho como estos?
Para Francisco Javier, las recomendaciones ante un ataque de piedras digitales es hacer caso omiso de los “trolls”, “haters” y cualquier comentario malintencionado que quiera generar odio. Si es muy insistente bloquéalo. Si cae en delitos de injurias, calumnias o amenazas, toma capturas de pantalla, recopila toda la información posible y denúncielo a las autoridades.
El entrevistado precisa que “el Parlamento Ruso aprobó una ley que proscribe la anonimidad en Internet, a identificarse con un número telefónico y a las empresas web a compartir la información de sus usuarios si es requerida.”
Las principales compañías tecnológicas han acordado con la Comisión Europea una serie de medidas con las que ayudarán a combatir el discurso del odio en Europa. Las compañías se comprometen a retirar esos mensajes en el plazo de menos de 24 horas o bien a deshabilitar el acceso a tales contenidos.
En 14 estados de Alemania, la policía irrumpió en los hogares de 36 personas acusadas de hacer publicaciones de odio en redes sociales, incluyendo amenazas, coerción e incitación al racismo. Una nueva ley propuesta por el ministro de Justicia, Heiko Maas, obliga a las plataformas digitales a eliminar el discurso de odio y otras formas de contenido ilegal.
En México el Código Penal Federal, que tipifica los delitos informáticos en sus artículos 211 bis 1 al 7, no se ha actualizado desde 1999, lo que genera la probable impunidad en este tipo de casos, afirmó Joel Gómez Treviño, presidente de la Academia Mexicana de Derecho Informático. Sin embargo, existe el caso del columnista del periódico El Universal, Héctor De Mauleón, quien denunció el pasado 1 de marzo amenazas en su contra por parte de un tuitero, por lo que la policía cibernética procedió con la detención del agresor José Castrejón Aguilar. El diputado Asambleísta, Víctor Hugo Romo Guerra al participar en la mesa de trabajo “Derecho a la libertad de expresión y los derechos de la personalidad” señalo que el 12 por ciento de los ataques sexuales digitales escalan al mundo real.
En el ciberespacio como en la vida cotidiana la educación siempre será una herramienta fundamental para la convivencia, pero mientras eso sucede necesitamos leyes que arrinconen el discurso de odio en Internet, al mismo tiempo de abogados con competencias Informáticas para hacer frente a esta nueva era de Derecho Digital.
Al ver la serie de ataques y descalificaciones que enfrentamos en Veracruz, en donde observamos como los políticos se comen unos a otros, en una suerte de canibalismo cibernético, en donde deshacer la reputación de Tirios y Troyanos es la moneda regular, nos cuestionamos ¿con que calidad moral se lanzan dichas acciones?, ¿será acaso que las autoridades carecen de capacidad y conocimiento para sancionar dichas acciones?
Las respuestas están ahí en el aire, o más aun en el ciberespacio, para solo afirmar quien esté libre de culpa, que lance el primer clic.
Al tiempo.
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