La crisis de Veracruz

Veracruz vive un drama que pocas veces han padecido sus habitantes en la historia de la entidad.

Por una parte, una crisis económica producto del saqueo que encabezó el anterior gobernador y la crisis política que deriva de la aparente pasividad del actual gobierno, combinada con la inseguridad que aumenta en cada rincón de la entidad.

Como habíamos comentado en este espacio, mientras la atención de las autoridades judiciales y de las policías esté concentrada en resguardar la integridad física de Javier Duarte, sólo estarán creando un telón de fondo para que la delincuencia actúe a sus anchas en ese territorio. El primer fin de semana de septiembre cuatro ejecutados en distintos hechos incrementaron el temor a la violencia en la entidad.

La crisis política se ha convertido en una bola de nieve en el desprestigio de Miguel Ángel Yunes Linares, quien había ofrecido la cabeza de su antecesor a cambio del voto de los veracruzanos, éstos consideraron que era necesario darle una oportunidad, y ahora esa promesa de campaña que lo llevó a la gubernatura no pasó de ser sólo parte de un discurso vacío y sin ninguna relación con la realidad.

A pesar de que el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares confirmó que a la fecha se han recuperado 720 millones de pesos, de los recursos que fueron desviados en la administración de Javier Duarte, nadie parece estar satisfecho con lo hasta ahora logrado.

Porque por mucho que puedan quitarle de lo robado, el ex gobernador seguirá siendo una persona poderosa, prueba de ello, consideran los veracruzanos, es que hasta el momento nadie se ha atrevido a consignarlo, a investigarlo a fondo, a sentenciarlo. Nadie sabe qué se espera para que haya un efecto severo de la ley contra Duarte de Ochoa.

Ante esta realidad insoslayable, el gobernador afirmó que hay propiedades valuadas en más de 500 millones de pesos, por lo que insistió el monto de lo recuperado supera los mil 200 millones de pesos. Aclaró que “el dinero que se recuperó en efectivo se encuentra concentrado en cuentas bancarias que se han ido ejerciendo en obras hospitalarias a lo largo y ancho del estado de Veracruz” y agregó “El resto son bienes inmuebles: un avión, un helicóptero, el rancho de Valle de Bravo, El Faunito, hay varios lotes en Xalapa y hay un departamento en Alvarado”.

Aseguró Yunes Linares que todo está debidamente inventariado y ya instruyó al secretario de Finanzas y Planeación que se diseñe una página para dar transparencia a lo recuperado.

Dijo que todos los bienes están escriturados a nombre del gobierno y el dato se puede corroborar en cada registro público de propiedad y que se están desincorporando los predios para poder ponerlos a la venta.

El proceso de recuperación de bienes tiene una inercia que podría favorecer la adquisición de la deuda del estado, y en ese desarrollo Banobras podría hacerse cargo de este delicado trabajo.

De esta manera se anunció que Banobras maneja un bajo interés al otorgar créditos y esa situación sería conveniente para reducir el costo de servicio de la deuda que paga el Estado. Hasta el momento existen ocho créditos que bien podrían concentrarse en un proceso de recuperación. Pero este proceso no tendría efectos inmediatos, sino que representa una estructura que si bien es efectiva no repercutirá en el bolsillo de los veracruzanos en el corto plazo.

Pero la crisis económica sólo es la punta del iceberg, porque esta situación financiera empobrece también la vida política en la entidad. Empezando por la falta de credibilidad de los veracruzanos en sus autoridades, la carencia total de esperanza de recuperación real y la inercia rutinaria que se vive en la entidad.

Si a esto agregamos el factor inseguridad, encontramos que pocos son los lugares donde la población participa decidida y con convicción en las tareas de transformación de su entorno. Sin duda uno de esos pocos espacios es el municipio de Tuxpan.

A pesar de ser uno de los más castigados por la corrupción a causa de administraciones como la de Alberto Silva Ramos, a quien no quiere todavía reconocérsele como uno de los principales cómplices de Javier Duarte, Tuxpan ha comenzado una nueva era con su actual presidente municipal, Raúl Ruiz Díaz, quien ha colocado a la localidad en un lugar privilegiado, a grado tal, que ha regresado la confianza de las firmas extranjeras como un municipio sujeto de crédito.

Las posibilidades de recuperación de Veracruz son muchas, el estado es pródigo, sin embargo, la población vive actualmente un desencanto que no quiere equivocarse de nuevo.

Ni siquiera le han otorgado su total confianza al gobierno panista encabezado por Miguel Ángel Yunes Linares, porque temen que, al no presionar para el cumplimiento de las promesas de campaña más sólidas e inmediatas, tampoco cumpla el resto de sus proyectos a cumplirse en dos años de gobierno de los que ha pasado ya casi la mitad.

Veracruz exige de un proyecto conjunto donde se compartan aciertos y errores con la población. Es necesario dejar de pensar que las autoridades son los funcionarios y los ciudadanos no tienen derecho a opinar y mucho menos a formar parte del desarrollo de su propio entorno.

La crisis de credibilidad de los veracruzanos comienza con la falta de recursos materiales para avanzar, para crear empleos, para mejorar salarios, para otorgarle espacios a los jóvenes en las universidades. Es decir, con realidades concretas que tampoco se han visto de parte del gobierno. PEGA Y CORRE. – En las últimas semanas la gasolina ha tenido un incremento paulatino en Veracruz, debido a las inundaciones en Houston que sacaron de operación varias refinerías, la declaración fue del presidente de la Organización de Gasolineros del estado de Veracruz, Gilberto Bravo Torra, quien justifica este hecho a que en las últimas dos semanas el aumento ha sido sólo de dos o tres centavos cada que se efectúa, pero se trata de un impacto que se presenta al combustible… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.

 

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