Todos tenemos un sueño y estoy segura que cada uno de esos sueños siempre incluye dicha y estar bien, nadie sueña con ser perseguido, con que las puertas a un futuro mejor sean inexistentes, con ser separado de los que más quiere o ser discriminado por su origen, pero tristemente esa es la realidad de millones de personas, su sueño se ve lacerado día con día y se convierte en una terrible pesadilla. Mientras eso pasa, no hay un gobierno que verdaderamente los respalde, lo cual empeora cuando crecen en un país que no los reconoce pero para ellos es el único que recuerdan.
En Estados Unidos viven alrededor de 11 millones de inmigrantes indocumentados, algunos se fueron persiguiendo el sueño de una vida mejor, de nuevas oportunidades, otros quizás no recuerdan cómo fue que llegaron ahí, han hecho suyo un idioma y un país en donde constantemente son perseguidos, pero que en ocasiones también les ha dado esperanza.
Además de los desastres naturales que nos han invadido durante el fin de semana, nuestro tema de conversación debería ser la eliminación del programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por su sigla en inglés), programa creado por una orden ejecutiva de Barack Obama, que protege a jóvenes sin documentos de la deportación, este programa fue la prueba del poder de un presidente, creado porque los legisladores en 2012 no fueron capaces de llegar a un acuerdo que respaldara a todos los niños y jóvenes que llegaron a Estados Unidos siendo ilegales pero hicieron al país suyo y que además contribuyen con impuestos.
De los 11 millones de indocumentados en el país vecino, 6.5 son mexicanos, 2.1 llegaron al país siendo niños y en la actualidad 1.7 millones son menores de edad, a todos los menores de edad y los que llegaron siendo niños se les conoce como Dreamers (soñadores), el nombre proviene del “Dream Act”, un documento presentado desde 2001, que nunca fue aprobado donde se pedía proteger a niños y jóvenes de la deportación y después de cubrir ciertos requisitos tener la oportunidad de ser ciudadanos.
Los Dreamers son jóvenes preparados, uno de los requisitos para ser parte del programa aprobado por Obama es haber estudiado, no tener antecedentes penales, es decir ser un ciudadano ejemplar, además son personas que cumplen con impuestos, pagan los permisos de conducir y representan gran parte de la fuerza laboral en Estados Unidos, ¿por qué deberíamos conocer todo esto?, primero porque estamos hablando de una lucha de años, de derechos que constantemente son negados y del sufrimiento de millones de personas ante la incertidumbre, segundo porque muchos de ellos son mexicanos y nuestro gobierno nunca ha estado preparado para ofrecer verdaderas alternativas a todos los mexicanos que han cruzado la frontera.
Ya no hablemos de las condiciones laborales, ni la dificultad de recepción de todas las personas que podrían ser deportadas, hablemos de cosas más básicas como la educación, su ubicación e integración a la sociedad. Es injusto que personas que han contribuido con una nación que han hecho suya sean apartados de sus sueños, sin embargo a través del tiempo todas estas personas sólo han sido consideradas en temporadas de elecciones, sean aquí o allá los migrantes siempre están en las propuestas pero nunca en las acciones, el mismo Barack Obama tardó en poder cumplir con parte de sus promesas pero al menos se decidió a hacer algo, y mientras tanto ¿Qué hacemos?, al menos como mexicanos debemos mostrar apoyo, pensar en alternativas por si el gobierno que ha sido suyo por años les faya ante las actuales decisiones y no encuentran nuevamente un respaldo que les proteja.
La ayuda jamás sobra, no sobra ante las tragedias de los desastres naturales, no sobra ante los necesitados, no sobra ante la injusticia y mucho menos sobra ante decisiones inhumanas, el mundo debería dejar de parecerse a errores y horrores del pasado y debería comenzar a tomar la forma que todos soñamos, las utopías de unión y solidaridad, de dejar caer las fronteras y apoyarnos para comenzar a reconocernos simplemente como seres humanos deben de comenzar a tomar forma y volverse realidades. Todos merecemos vivir nuestros sueños, ayudemos en la medida posible a que pueda lograrse.