En su informe de resultados, el domingo el senador Héctor Yunes Landa enderezó una serie de críticas al gobierno de su primo hermano Miguel Ángel Yunes Linares.
Una de ellas fue sobre el manejo de las finanzas, sobre el incumplimiento de promesas de campaña, sobre opacidad y falta de transparencia en los recursos públicos que recibe el Estado, sobre anuncios que ha hecho el propio titular del Ejecutivo y que le han despertado dudas.
Anunció incluso que propondría un Punto de Acuerdo en el Senado para pedirle a la Secretaría de Hacienda que revise si está bien o mal la licitación pública para la contratación de más créditos por la deuda que se tiene.
En fin. Dio detalles, cifras, porcentajes e hizo denuncias.
Aparte de los calificativos que usó para descalificar al gobierno, también señaló, argumentó con datos duros, cuestionó y en ese sentido se hizo eco del sentir de un importante sector de la población al que no le convence el discurso oficial.
Esta vez el senador, a diferencia de ocasiones anteriores cuando su crítica en lo más duro la sustentó en cuestiones personales familiares, recurso a mi juicio reprobable, esta vez, decía, se apartó de esa línea lo que le dio más valor a sus palabras.
Como legislador de la Cámara alta del Congreso de la Unión criticó, cuestionó y denunció como representante popular a la administración pública estatal, cuyo titular fue elegido también por el voto de la mayoría ciudadana, con lo que no hizo más que cumplir con una de sus obligaciones con quienes representa, que no son otros que todos los veracruzanos.
Merecía, pues, una respuesta puntual oficial, o una aclaración en forma detallada.
Pero el gobernador se negó ayer a hacerlo, argumentando que no respondía ofensas ya que está concentrado en su trabajo.
En cambio, aunque en forma indirecta, por fin un secretario de despacho se atrevió a dar la cara, intentó una aclaración y de paso salió en defensa de su jefe.
Fue el Secretario de Finanzas y Planeación, Guillermo Moreno Chazzarini, quien habló de una “confusión en la información” y dio una explicación, su explicación sobre un presunto “apartadito” de más de 8 mil millones de pesos que dijo Yunes Landa que están en un “sauna financiero”, o sea “sudando”, para convertirse no en obras sino en votos el próximo año.
A decir del titular de la Sefiplan, ese dinero proviene de recursos de la Federación pero están “etiquetados” para educación, salud, seguridad pública y desarrollo social, “los cuales tienen una normatividad rigurosa y no están siendo destinados a la ‘licuadora’ o cuenta concentradora”, como ocurrió en la pasada administración (José Topete/alcalorpolitico.com).
Se detuvo en detalles tratando de ser convincente, pero a lo que voy es a resaltar que cuando se quiere se puede, o que cuando se tiene con qué se puede aclarar, rebatir o hasta desmentir de la mejor forma posible alguna información que se cree imprecisa, sin expresar molestias y sin culpar a los reporteros que sólo cumplen con su trabajo al preguntar, menos hacerles reproches o insinuar que preguntan sobre un tema determinado porque hay un interés malsano o porque se quiere algo a cambio, como convenios publicitarios, por ejemplo.
Pero este caso ilustra muy bien, a mi juicio, otro error que ha cometido el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, viejo político, experimentadísimo y por eso un tanto inexplicable en él, de marcar distancia primero y luego enfrentarse y confrontarse con la prensa, con sus representantes en su gran mayoría, salvo excepciones.
He dicho en este espacio que es un político que no improvisa, que da pasos calculados, pero, ser humano al fin y al cabo, también se equivoca y creo que lo que señalo líneas atrás más el despido que sigue haciendo su administración de trabajadores son dos graves errores que le están pesando ya en su imagen, que lo han desgastado y hecho perder ya buena parte del capital político con el que arribó al gobierno.
En el caso de la prensa ni siquiera se puede decir que existe mala relación porque simple y sencillamente no la hay, y por experiencia sé que no todos quieren dinero, convenios, porque hay profesionales que lo que piden es información de primera mano, la versión oficial, para ser más precisos o para dar las dos versiones, la de quien critica o señala y la de quien aclara, precisa o se defiende, que es como se debe informar a los lectores, a la sociedad para que sea ésta la que decida a quién le cree.
Hace unos días, en Coatzacoalcos, el propio gobernador terminó diciendo que tal vez él no sabía informar bien, o cómo decir las cosas, ante los persistentes cuestionamientos de la prensa no obstante sus insistentes declaraciones sobre resultados en materia de seguridad.
Creo que más que saber cómo informar mejor, lo que el gobernante debió haber hecho desde un principio fue haber dejado que fuera su área de Comunicación Social la que informara y respondiera, que hiciera su trabajo, que aclarara, que mantuviera relación con representantes de los medios, los que creyera serios y profesionales, que cabildeara anticipándose a decisiones a tomar para evitar malos entendidos o el menor número de críticas o cuestionamientos, en fin.
No me imagino al director de la Orquesta Sinfónica de Xalapa dirigiendo batuta en mano y al mismo tiempo tratando de tocar la flauta, el trombón, la viola, el corno, o cualquier otro instrumento. Para eso hay cada ejecutante.
El mandatario estatal se asumió desde un principio su propio vocero y vocero del gobierno y da la cara por todo y para todo y ya su desgaste es evidente, le pega en su imagen cuando, como lo acaba de hacer Moreno Chazzarini, debieron haber sido, debieran ser los secretarios de despacho los que afronten los cuestionamientos de sus áreas, los que salgan a enfrentar a la prensa.
Aunque en algunos casos quien sabe si eso funcionaría bien pues ya se vio como reacciona el Secretario de Seguridad Pública con la prensa cuando lo cuestionan sobre la imparable inseguridad que baña de sangre al Estado. Pero debieran intentar el mejor entendimiento con los periodistas porque, eso creo, seguir manteniendo una actitud de confrontación no les dejará nada bueno.
Como aspirante y luego como candidato y más tarde como gobernador electo, Yunes Linares estaba en inmejorable posición de criticar al gobernador en funciones porque le subía sus bonos, pero resulta que ahora él es el gobernador y quien tiene que responder. Ya no hay a quien echarle la culpa. Él es el responsable.
Vienen tiempos electorales y sus enemigos políticos lo van a someter a metralla mediática. Ya vieron que es él quien da la cara y no su titular de Comunicación Social. O sea, pronto no sólo serán los periodistas críticos sino también los dirigentes de los partidos o los candidatos de oposición quienes lo hagan blanco de sus obuses.
Pero no se ven signos de que vaya a cambiar de actitud y hasta ahora, con la excepción del titular de Finanzas, ningún Secretario asume públicamente la responsabilidad de su área.
Tan se han dado cuenta sus adversarios políticos que por ahí hay un talón de Aquiles que ahora hasta Morena quiere congraciarse con la prensa cuando la diputada federal Rocío Nahle ha declarado que va a gestionar recursos para que se pague a quienes se les quedó a deber y Héctor Yunes Landa ha decidido crear un fideicomiso para obtener fondos a fin de apoyar a periodistas con gastos médicos y funerarios para sus familiares ante la difícil situación económica que enfrentan.
Si Morena y el PRI se congracian con la prensa, esa a la que ha confrontado el gobierno panista, obtendrán ventaja mediática para sacar adelante a sus candidatos y sus proyectos electorales en 2018.
Algo anda mal, por no decir que muy mal en el gobierno del estado en su forma de comunicar cuando un día la prensa informa que el gobernador dijo que despedirían a más trabajadores, luego un médico lo confirma al denunciar que lo cesaron sin más así como a muchos otros compañeros suyos, más tarde el propio gobernante sale a decir que nunca habló de despidos aunque nadie lo aclaró oportunamente, y de remate el Secretario de Finanzas declara que sí, que sí habrá más ceses por un nuevo ajuste al gasto corriente. ¿Por fin? ¿El síndrome de la Chimoltrufia?
El viernes, el cambio en la Jucopo
Se atrincheró pero finalmente el diputado panista Sergio Hernández, hasta ahora presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Congreso local, dobló las manos. El viernes Morena asumirá el control de la Jucopo.