Las consecuencias

¿Quién pierde, quién gana con la adhesión del empresario Ricardo Ahued al movimiento que impulsa a Andrés Manuel López Obrador para que llegue a la presidencia de la república?

Lógicamente, pierde el PRI, partido que lo postuló como candidato a alcalde de Xalapa y a diputado local y federal por el distrito con cabecera en la capital del Estado.

Si bien no era un priista de hueso colorado, por su buena actuación lo mismo como presidente municipal que como legislador se volvió uno de los activos más valiosos que tenía el partido tricolor.

En la pasada Legislatura, la LXIII, de mayoría priista, fue el único que alzó la voz y se opuso a las barbaridades hechas iniciativas que promovió Javier Duarte para darle en la torre (iba a decir en la madre, pero a lo mejor a muchos lectores no les gusta el término) a Veracruz.

En un sistema político priista-panista caracterizado por la corrupción, la falta de transparencia, la componenda entre partidos, el abuso del poder y el desvío de recursos públicos para favorecer un proyecto político de partido o personal, refulgió por su honestidad y su congruencia personal.

Su capital político se acrecentó por su sentido de solidaridad con los más necesitados y por trabajar a favor de las causas sociales en lugar de volverse cómplice de la mafia del poder para enriquecerse con recursos públicos o dedicarse a aprovechar y disfrutar los privilegios del poder.

Ironías de la vida, es un empresario verdaderamente exitoso y próspero, se ha hecho rico vendiendo en sus tiendas y almacenes productos para el hogar a precios muy bajos, accesibles para familias de clase media baja y en la pobreza, que no pueden comprar en plazas comerciales a meses sin intereses. Como quiera que sea, desde ahí muestra ya un sentido de solidaridad con los más necesitados porque es una opción accesible para los que menos tienen.

Como diputado donaba su salario a causas sociales

Pero su actitud no es de ahora. El 27 de marzo de 2014 publiqué en “Prosa aprisa” que once días antes de esa fecha, había declarado como diputado local: “Como legisladores no llegamos al Congreso de Veracruz para vivir del dinero que percibimos. Nuestra gran satisfacción de apoyar a nuestra gente no se puede comparar con el gasto que podamos hacer”.

Apunté entonces que lo decía con la autoridad moral que le daba el hecho de que era el único diputado local y federal veracruzano que donaba íntegramente su salario para apoyar causas sociales, lo que nunca presumió ni anduvo publicitando.

“Ahued apoya a ciudadanos con necesidades sentidas, a estudiantes de escasos recursos con útiles escolares, paga viajes educativos y la compra de medicamentos para personas en pobreza, además de que atiende necesidades de personas de la tercera edad e impulsa a jóvenes para que puedan continuar sus estudios”, dije entonces.

También se recuerda que cuando se aprobó aquel polémico paquete fiscal para el año 2010, sólo él de los diputados federales priistas veracruzanos votó en contra de que se aprobara el incremento del IVA del 15 al 16 por ciento. El resto de sus compañeros, encabezados en ese entonces por Javier Duarte de Ochoa, quienes en sus campañas habían dicho que se opondrían, faltaron a su palabra y compromiso con los veracruzanos y votaron a favor.

Ahued no participaba en política ni militaba en ningún partido hasta que en 2005 un grupo de ciudadanos amigos lo convenció de que contendiera para alcalde de Xalapa, cansados de las trapacerías de los políticos tradicionales, ganando por 70 mil votos, cifra sin precedente y no defraudó. Dio prioridad a los ciudadanos, no robó, no abusó del cargo, tuvo abierta la puerta siempre para todos sus representados e hizo obra pública.

Por eso en “Prosa aprisa” de aquel marzo de 2014 publiqué: “Ricardo Ahued Bardahuil honra al PRI y le lava la cara tan sucia, percudida que tiene ese partido por la mala, pésima calidad de sus militantes llegados al poder”. Los tricolores lo acaban de perder.

 

Él y Pepe Yunes no son presupuestívoros

Era sabido su respaldo a su excompañero diputado federal y ahora senador José Francisco “Pepe” Yunes Zorrilla en su aspiración de ser gobernador, lo que por el momento ha quedado en la indefinición hasta que no tome una decisión sobre si aceptará ser candidato a algo por Morena. Hay un punto de coincidencia entre ellos: no son presupuestívoros, pues se recuerda que en su primera aspiración al Senado, Pepe dejó su curul en el Congreso local y cuando no lo favoreció el voto ya no regresó para seguir cobrando como diputado local, dejando que su suplente terminara el periodo legal.

¿Se le puede atribuir a la actual dirigencia estatal del PRI la pérdida de tan valioso elemento? Es indudable que no lo cuidaron. El pasado fin de semana hablé con algunos personajes identificados con el empresario y les dije que seguramente estaban en un dilema: seguir en el PRI o irse con Ricardo. “Acuérdate que nosotros siempre hemos estado con él” fue la respuesta que no necesita más interpretaciones.

Ayer el dirigente estatal de Morena, Manuel Huerta, dejó abierta la posibilidad de que su partido, a la alza en Veracruz, lo pueda postular como su candidato a gobernador. Si así fuera y los diputados federales Rocío Nahle y Cuitláhuac García fueran los candidatos al Senado, entonces no sólo el PRI sino también el PAN podrían sufrir las consecuencias.

En 2018 va a salir a votar el hartazgo y el desencanto, el hartazgo contra la corrupción y la impunidad del PRI tolerada por el presidente Enrique Peña Nieto, el desencanto con el gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares, y Ahued, identificado con las causas ciudadanas, podría aglutinar en torno suyo, a favor, todo el descontento popular de los veracruzanos, a lo que se le sumaría la aceptación que tiene entre el grueso de la población López Obrador.

En el Gobierno del Estado deben haberse encendido ya los focos rojos, pues Veracruz es un Estado clave en el escenario electoral nacional por su número de votantes, y la posibilidad de que Ricardo Ahued participara como candidato de Morena podría ayudar al triunfo de Andrés Manuel, cuyo pleito con el gobernador Yunes es público, agravado por los denuestos que ha hecho el hijo del gobernante, del mismo nombre, contra el tabasqueño.

Por lo pronto, mete ruido

Pero pensar que el movimiento que hará el domingo el empresario xalapeño será determinante para creer que ya está definido quién será el próximo gobernador, creo que sería apresurado y hasta aventurado asegurarlo.

Lo que sí es que tanto en el PRI como en el PAN seguramente han tomado nota al saber que al menos para la campaña a la presidencia el exalcalde y exdiputado, que tiene un buen capital político, impulsará como su candidato a AMLO.

También creo que desde ya se prepararán para enfrentarlo como candidato a gobernador o a senador ante la eventualidad de que el tabasqueño lo convenza de que abandere a su partido en 2018 en Veracruz, con el ingrediente de que como en todo partido político, si Ahued llegara a afiliarse a Morena y aceptara una candidatura despertaría celos y descontento entre los militantes de Morena que se sintieran desplazados por quienes llegaran con el equipo del empresario. Porque adentro hay broncas, que ya comentaré.

Vamos, al menos por ahora, Ahued ha metido ruido de cara al proceso electoral de 2018.

Esta semana no sesionará el Congreso local

Por motivos que se ignoran, esta semana no habrá sesiones en el Congreso local. No se sabe si la medida tiene que ver con el cambio de estafeta que se debe dar para que Morena asuma la Junta de Coordinación Política en lugar del PAN. Interesante, porque los señores cobran una millonada como para que no se pongan a trabajar o al menos para que hagan como que hacen.

El Arzobispo encabezará acto concelebración

El Arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios, presidirá la concelebración eucarística con motivo del aniversario 25 como sacerdote del presbítero José Juan Sánchez Jácome este martes a las 12 del día en la Casa de la Iglesia de Xalapa.

 

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