* Sólo reportó 524 personas no localizadas * Son 3 mil 600 * Winckler oculta las cifras del yunismo * Dante le hace fuchi al Peje * No respalda al dueño de Morena * El Cisne delata a Gina y Tarek * Edel impone jueces a modo * Eva acudirá a Corte Interamericana * Odebrecht y Tony Macías
MUSSIO CARDENAS ARELLANO
Publicada en mussiocardenas.com
22 de agosto de 2017
Torcido y mañoso, Fisculín procuraba justicia a su modo, con el engaño y la mentira, desdeñando a los desaparecidos, ocultando cifras y prolongando el dolor de los que no paran de rascar en la tierra y buscar en las morgues.
Fisculín —Luis Ángel Bravo Contreras, el fiscal del duartismo— siempre mintió. Se guardaba datos y expedientes, la evidencia de que a Veracruz lo azotaba un huracán de violencia y la práctica sin control del levantón, el secuestro, la desaparición de miles por los que hoy todos levantan la voz.
Ser figurín de aspecto pulcro, pestañas con curva, traje impecable, el hablar sonoro, el éxito constante, la ley y siempre la ley, suena a fraude. Y lo fue.
Nunca fue brillante y en sus días de litigante ganó fama de marrullero, sin escrúpulos para infamar.
Encarcelar mujeres para obtener una confesión, no da moral.
Pactar con jueces para librar de la cárcel a rufianes de peligro, malosos de lo peor, no revela ética.
Toda una vergüenza litigar así, apelando a lo indecente. Caer en sus manos era ir al infierno, enfrentando a Luis Ángel Bravo y a jueces parciales, vendidos.
Fue Fisculín el procurador de Javier Duarte y luego su fiscal, el que acomodaba las piezas para engañar al Sistema Nacional de Seguridad Pública, ocultando las cifras reales del levantón que llevó a Veracruz a un estado de barbarie, la muerte acechando y marcando la suerte de miles —sí, miles— que nunca habrán de aparecer.
Su engaño, hoy, está a la vista. Lo evidencian los Colectivos que no cesan en su labor por encontrar a los que no volvieron a ver, las madres y los hermanos, los padres y las hijas, el amigo y aquel que se suma a la lucha por hallar la verdad.
Qué vil fue este engendro. Luis Ángel Bravo despreciaba el reclamo, el derecho de los familiares y de Veracruz en general a saber quiénes y cuántos son los que hoy suelen ser llamados desaparecidos o no localizados.
Lo desnudan los colectivos, Solecito o por la Paz, las madres de Orizaba, las de Coatzacoalcos, esta masa de valientes que ruega por hallar a los suyos y que no cesa en remover la tierra, seguir sus instintos, atender las pistas, las filtraciones de información para hallar los indicios, lo que sea para dar con sus desaparecidos.
Se fue Fisculín cuando el yunismo apretó. Lo echó de la Fiscalía General que Javier Duarte le reservó por nueve años, renunciando al cargo sin patalear ni reclamar su derecho. Hay versiones de prensa que atribuyen su salida a una negociación, a un pacto de impunidad.
Hábil para mentir, Luis Ángel Bravo no pudo mantener su embuste en torno a los desaparecidos de Veracruz.
Se fue diciendo que eran 524 y así lo registró el Sistema Nacional de Seguridad Pública. Hoy se sabe que son 3 mil 600.
Ante su juego sucio, no cesan en su presión los colectivos de familiares de desaparecidos, emite la Comisión Nacional de Derechos Humanos una recomendación y el caso cimbra las estructuras del duartismo, dejando a flote la trama de los alcances siniestros del crimen organizado, las familias mutiladas, el dolor que nace de la angustia, el temor al desenlace fatal.
Parcialmente cumplida, la recomendación CNDH/1/2016/204/Q/VG de la Comisión Nacional de Derechos Humanos orilló al fiscal actual, Jorge Winckler Ortiz a revelar la cifra de desaparecidos de 2005 a 2016, los gobiernos de Fidel Herrera Beltrán y Javier Duarte de Ochoa.
Un caso, el de los cinco jóvenes de Playa Vicente que al retornar de un viaje al puerto de Veracruz, fueron levantados en Tierra Blanca por una patrulla de la Policía Estatal, entregados al crimen organizado y desaparecidos —sólo se logró identificar un cuerpo—, provocó la pesquisa judicial que esclareció que Fisculín había mentido.
Winckler lo relevó en la Fiscalía. En enero de 2017 soltó la primera cifra: 2 mil 400 denuncias por desaparición. Pero el 17 de agosto se aceptó oficialmente que se trata de 3 mil 600 casos.
Creció la cifra en mil 200 casos y en un principio fueron atribuidos al período del actual gobierno de Miguel Ángel Yunes.
Aclaró la Fiscalía que las 3 mil 600 denuncias correspondían a los gobiernos de Fidel Herrera y Javier Duarte, únicamente.
“Al término de dicha revisión exhaustiva, se detectó que en realidad, son 3,600 personas denunciadas como desaparecidas, que constituye el número real de casos denunciados ante la Fiscalía General del Estado en el periodo 2006-2016”.
Fisculín mintió.
Su mayor crítica, su víctima, Maryjose Gamboa Torales, diputada por el PAN, refiere que a decir del fiscal especializados en Atención por Denuncias de Personas Desaparecidas, Luis Eduardo Coronel Gamboa, Luis Ángel Bravo “omitió casos y ni siquiera dejó documentación”.
A más de 3 mil víctimas no las buscaban porque no las dieron por desaparecidas. Así de infame.
Winckler, por su parte, se remite al Registro Público de Personas Desaparecidas (REPUPEDES). Se revisaron las bases de datos “detectando que existían al menos 2 mil 400 personas desaparecidas registradas”.
Y revela que la omisión de Fisculín fue dolosa.
“A pesar de contar con los registros en sus bases de datos —apunta—, mil 876 casos nunca fueron reportados al Centro Nacional de Planeación, Análisis e Información para el Combate a la Delincuencia (CENAPI)”.
Se realizó una revisión de los expedientes en todas las áreas de la Fiscalía a lo largo de toda la entidad.
“Al término de dicha revisión exhaustiva, se detectaron que en realidad que son 3 mil 600 personas denunciadas como desaparecidas, que por lo tanto, constituyen el número real de casos denunciados ante la Fiscalía General del Estado en el periodo 2006-2016.
“3 mil 74 personas (desaparecidas) que no eran reconocidas por el Gobierno anterior, a pesar de contar con denuncias”.
¿Y las denuncias por desaparecidos durante los nueve meses del gobierno yunista?
Winckler no las suelta.
Lo increpan los colectivos. Lo enfrenta, una vez más, Lucy Díaz de Henao, coordinadora y vocera de Colectivo Solecito:
“En dos ocasiones se han solicitado las cifras de desapariciones en este Gobierno de Yunes Linares y en dos ocasiones se negaron a darlas”.
Para los colectivos en el período yunista hay registro de mil desapariciones más, fuera de control la violencia, la operación de los cárteles, la impunidad de los malosos pese a los golpes que le ha propinado el gobierno de Miguel Ángel Yunes, acosado por la exigencia social de terminar la inseguridad.
Winckler es repelente a los colectivos. No los atiende y cuando lo hace, revienta. Lo confrontan, le exigen y se cierra.
Presume logros, la identificación de unas cuantas víctimas, mientras en las fosas clandestinas yacen restos y más restos humanos. Sólo en Colinas de Santa Fe, junto al área portuaria de Veracruz, los colectivos hallaron 260 cráneos y 13 mil restos óseos.
Ahí, Luis Ángel Bravo fue omiso y mal intencionado. Se negaba a permitir la acción legal, escarbar en la tierra. Y ahí, rebasándolo, tomando el control del lugar, los colectivos hallaron los restos que el fiscal del duartismo se negaba a buscar.
Hoy está al desnudo. Ocultó cifras. Le mintió al Sistema Nacional de Seguridad. Tergiversó información oficial. Faltó a la verdad.
Mínimo debe ser enjuiciado. Hay incumplimiento del deber legal. Hay complicidad con las mentes criminales que cercenan a sus víctimas, que los desaparecen de la faz de la tierra.
Mínimo Yunes y su fiscal deben actuar.
Archivo muerto
Cerrojazo de Dante Delgado al Peje. No va con el líder de Morena a la elección presidencial. Ni con AMLO “ni con nadie”. Y aduce el dueño de Movimiento Ciudadano que con lo que tiene su partido, el 7 por ciento de la intención de voto, puede convocar a otras fuerzas políticas y contender por la presidencia de México. Y, por supuesto, por el Congreso federal, desde donde se acota al jefe del Ejecutivo, donde se realiza el contrapeso al poder. Desdeña Dante al Peje, su aliado hasta que a López Obrador se le ocurrió llamar parejo que fuera de Morena, todos son paleros del PRI y parte de la mafia en el poder. Lo refuta el ex gobernador de Veracruz: “La arena política siempre ha tenido sus asegunes y creo que el hecho de que él (López Obrador) abandere las causas de tantos años, a veces hace que tome acciones discursivas. Lo que no hemos aceptado y no nos parece correcto es que frente a su confrontación política quiera meter a Movimiento Ciudadano, porque nosotros nunca hemos utilizado una sola palabra de descalificación hacia Andrés. Entre otras razones, porque fue nuestro candidato”. Movimiento Ciudadano, dice Dante, va por una candidatura ciudadana y de no lograrse, con candidato propio. Pero del Peje deja claro: “Hay que borrar a los que siempre traen las encuestas. Las encuestas miden a los mismos, preguntan a los mismos y orientan todo a los mismos”. O sea que para los pejefans, este arroz, el de MC-Morena ya se jodió. Y la candidatura al gobierno de Veracruz, que venía construyendo Marcelo Ebrard desde Estados Unidos, no será para Dante Delgado sino para Cuitláhuac García o Rocío Nahle, que sin la ayuda de Javier Duarte, como ocurrió en la elección de 2016, ni soñando van a ganar. Ahí la liga: http://www.eluniversal.com.mx/
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