No es realmente relevante que la UPAV, se haya quedado sin rectora, ya que fue desde el inicio una imposición. Sin el perfil para el puesto y sin ser veracruzana, pasó sin pena ni gloria. Lo que se exige es una auditoría general a esa institución, donde se presume un despilfarro exhorbitante. Trasciende que de ahí han salido millones de pesos, hasta para algunas campañas. Edificios, residencias, jugosos convenios periodísticos, bienes e inmuebles distintos. Y aseguran que hasta cien millones de pesos, para una de las alcaldías más importantes del estado. Es dinero público y deben responder.