Astrolabio Político
La pista Solalinde, captura de Duarte
Por: Luis Ramírez Baqueiro
“Es fácil ser bueno; lo difícil es ser justo.” – Víctor Hugo.
Debieron pasar 185 días para que el gobierno mexicano se anotará un nuevo golpe, la detención de Javier Duarte de Ochoa, prófugo de la justicia desde el 15 de octubre de 2016.
Aun cuando el gobierno de Enrique Peña Nieto pretende gestarse un acierto en la operación realizada por la Policía Civil de Guatemala, con la ayuda de la Interpol y la colaboración estrecha de la Procuraduría General de la República (PGR), es evidente que todo se construyó e incluso apunta a que se negoció con el ahora detenido para ser evidentemente aprovechado por el gobierno con fines electorales.
Quizá por ello, el rostro despreocupado y hasta el aspecto robusto del evasor de la ley no exhiben preocupación alguna.
Aun cuando se sabe que a la hora de su detención se encontraba acompañado de su esposa Karime Macías Tubilla, a esta no se le presenta, ni como detenida, mucho menos como investigada, aun cuando cientos de datos aportados por las autoridades del Gobierno de Veracruz, hablan de su evidente participación y complicidad en el saqueo descomunal del que se le acusa.
El Gobierno Federal a través de la PGR han señalado que aun cuando se ofreció una cuantiosa recompensa para dar con su paradero, en el caso de la detención de Duarte de Ochoa, no se entregará pues, no se ofrecieron indicios o datos para su captura, pues la misma fue resultado del trabajo de inteligencia del estado mexicano y del vecino país.
Con esta afirmación se confirma, que en todo momento el gobierno mexicano supo dónde estaba Javier Duarte, pues fue de todos conocido, el dato ofrecido por el mismo Alejandro Solainde el 31 de octubre de 2016, al señalar que Duarte se escondía en un en un rancho llamado San Francisco de Villa Corzo, en Chiapas, a lo que la autoridad mexicana minimizó y después mal ejecuto una supuesta operación de búsqueda, permitiendo que el prófugo escapara.
Desde su desaparición física, el 15 de octubre de 2016, las autoridades mexicanas tuvieron indicios y datos sobre hacia donde se habría dirigido Duarte de Ochoa y su esposa Karime Macías.
Con la detención el 18 de noviembre de 2016 de Mario Medina Garzón en el Aeropuerto Internacional de Tapachula, en Chiapas, al portar dos pasaportes falsos que serían utilizados por el exgobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa y su esposa, se dio un indicio más de la pista Solalinde.
El 26 de diciembre de 2016, el gobierno mexicano tuvo que reconocer que habrían sido detectadas al menos dos llamadas recibidas por la familia de Duarte de Ochoa, mismas que se habrían efectuado en noviembre específicamente desde la colonia El Maestro, ubicada al oriente de Ciudad de Guatemala, y la última hecha los primeros 20 días de diciembre, desde el hotel de lujo Real Intercontinental de San José de Costa Rica.
El 19 de marzo de 2011, comenzó a fraguarse la ruta de escape de Javier Duarte. Ese día el entonces presidente de Guatemala, Álvaro Colom Caballeros visitaba la región de Papantla como parte del desarrollo de la Cumbre Tajín, ahí cuestionado por este reportero, el mismo Javier Duarte advertía “en esta ocasión viene como un amigo el señor presidente de Guatemala, viene como una aliado de los veracruzanos y vamos a estar muy cerca tratando asuntos de relación comercial entre Veracruz y el país vecino Guatemala”.
Según se sabe por información ofrecida por este domingo en conferencia de prensa en la Embajada Mexicana en Guatemala por parte del subprocurador Jurídico y de Asuntos Internacionales de la PGR, Alberto Elías Beltrán, así como por el director en Jefe de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), Omar Hamid García Harfuch Duarte de Ochoa habría ingresado a Guatemala desde Noviembre de 2016, en donde se habría instalado con la ayuda de empresarios de aquel país en la zona Residencial de Alto Valle, y en la municipalidad de La Antigua; de igual modo, se habría desplazado por el país a través de líneas aéreas privadas que le desplazaron sin mayores complicaciones.
A todo esto habrá de señalar que ya desde la pista Solalinde, las muestras y evidencias de su presencia entre Chiapas y Guatemala eran constantes.
El pasado 29 de marzo el columnista Roberto Valerde García público en su columna Usted Dirá bajo el titulo Javier Duarte ¿en Chiapas?, datos que terminaban de confirmar la pista Solalinde como cierta.
Valerde García afirmaba: “Ayer martes el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong estuvo en el municipio de Suchiate, Chiapas, en los límites fronterizos con Guatemala, lo acompañaron altos mandos del Ejército, de la Policía Federal y también estuvo el gobernador Manuel Velasco Coello.”
“Estuvieron todos en un módulo de atención ciudadana donde elementos de la Policía Federal interactúan con niños y jóvenes y de manera didáctica abordan temas de seguridad.”
“El tema viene a relucir porque la semana pasada justamente en Chiapas y allá por Suchiate, en la tienda de conveniencia de una gasolinería fue visto el ex gobernador prófugo de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, muy campante y quitado de la pena.”
“¿Quiénes lo vieron?, un grupo de Veracruzanos que andaban de viaje por aquellos rumbos y que a su regreso al parar, alrededor de las 18:00 horas en una estación de servicio para pasar al baño, ¡¡ohh sorpresa!! Javier Duarte iba llegando manejando una camioneta Toyota, Land Cruisser de color gris acero, de modelo muy reciente y con placas del estado de Chiapas, aunque los jarochos no salían del asombro que no pudieron ni siquiera tomarle una fotografía y para cuando lo intentaron, Duarte de Ochoa que se percató de las placas de Veracruz de inmediato se retiró del lugar junto con tres acompañantes, dos hombres y una mujer.”
“Mi fuente comenta que aunque ya era de tarde y empezaba a oscurecer, el ex mandatario usaba un sombrero tipo cazador tratando de ocultar su identidad ante la comunidad, sin embargo su voz es inconfundible y no usaba lentes. Vestía un pantalón caqui, camisa blanca de lino, zapatos casuales y se destaca que la camioneta que manejaba, aunque último modelo, pero estaba toda enlodada como si hubiesen salido de algún rancho a través de un camino de terracería y lodoso.”
Y aun ahora aun cuando se dispute el gobierno federal y el estatal el origen de la detención, es evidente que el entramado tiene todo el sesgo para ser empleado como un fuerte instrumento de inducción electoral, ante la pésima campaña desarrollada en el Estado de México por el PRI, y de pasó, terminar de sepultar las intenciones de Andrés Manuel López Obrador en su afán por llegar a Los Pinos, cuando Duarte revele todos los trastupijes y recursos que otorgó a Morena para su crecimiento en Veracruz.
Lo que esperamos es que ahora las autoridades mexicanas demuestren que realmente pretenden ejecutar la justicia deteniendo lo antes posible a sus cómplices que son muchos, y si no pregúntenle a Fidel Herrera Beltrán, quien se sabe salió del país casi a la misma hora que fue detenido Duarte en Guatemala.
¿Será que el miedo no anda en burro?
Al tiempo.
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