Astrolabio Político
Recorte de Estado
Por: Luis Ramírez Baqueiro
“El progreso consiste en el cambio.” – Miguel de Unamuno.
La crisis financiera que atraviesa el Gobierno de Veracruz, es y debe ser analizada desde dos perspectivas.
Una, la intensión preconcebida para atentar contra el recurso de los veracruzanos, en una suerte de piratería del siglo XVII, en donde el botín fue el objetivo de quienes ocuparon la responsabilidad de conducirlo.
Otra, la falta total de capacidad para gestar desde el estado una función primordial de todo gobierno, que es la de administrar simplemente el recurso y asegurarle un buen puerto –traducido evidentemente-, en la realización de obras, pago a proveedores, pago de nóminas, etc.
Ante ello, mucho nos hemos cuestionado la necesidad evidente de buscar por parte de la actual administración, otros mecanismos, que permitan hacer frente al evidente déficit que actualmente enfrenta el gobierno estatal, pues la tan señalada reestructuración de la deuda, nos sigue dejando dudas, respecto a su efectividad.
Aun cuando como bien señala el líder de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en Veracruz, Manuel Huerta Ladrón de Guevara, la actual administración ha de una u otra manera comprometido o contratado 11 mil millones de pesos más de pasivo, sin que al momento, la responsable de la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan), Clementina Guerrero, de una explicación detallada de cuál es el monto real actual del gasto, pues se siguen manejando cifras empleadas por el ritmo de la pasada administración, el cual sin temor a equivocarnos ya no es el mismo que trae la actual administración Yunista.
Ahora bien, la propuesta presentada en la mesa por el presidente de la Comisión de Hacienda del Estado, Sergio Rodríguez Cortes, responde primero a una necesidad, y segundo a una realidad imperante.
Afirma el también perredista que debido a que la reestructura de la deuda no genera los ahorros necesarios, se tiene que hacer una propuesta a la reducción del gasto en dependencias de gobierno y podrían desaparecer algunos Organismos Públicos Descentralizados (OPD).
Actualmente el gobierno del estado subsana la operación de 56 OPD’s; es así como Rodríguez Cortes coloca una propuesta más agresiva –como el mismo la califica- para poder contener verdaderamente el gasto en la administración pública estatal.
Los escenarios que actualmente enfrenta Veracruz, se han tenido que traducir, en tener que autorizar por ejemplo el uso del Fondo de Infraestructura Social Municipal del 2017 en obras sin realizar del 2016, y aun cuando la esfera de gasto corresponde a los municipios, la causa de esa medida si atiende al robo discriminado que empleo Javier Duarte y sus secuaces para violentar el orden financiero estatal.
Ahora bien, tan bien es prioritario que la responsable de Finanzas del Estado, brinde a detalle un parte de la verdadera situación financiera, pues hasta la pasada administración el déficit presupuestal era de 21 mil millones de pesos; aunque ahora las medidas de contención del gasto son más severas, sumado al recorte de personal que dejó fuera a un considerable número de trabajadores, así como la suspensión de pago de compensaciones y todo tipo de dispendio excesivo.
Según refiere Rodríguez Cortes “dentro de las propuestas de ajuste se contempla un recorte presupuestal, es decir, cada una de las dependencias o entidades que reciben recursos públicos, tendrían que hacer un esfuerzo para recortar hasta en un 20 por ciento su gasto corriente, esto en es en capítulo 1000 al 5000, que tiene que ver con servicios personales, nóminas, que tiene que ver con bienes muebles e inmuebles, que tiene que ver con transferencias”.
Cabe recordar que el gobernador Miguel Ángel Yunes habrá de presentar una propuesta más agresiva de reajuste presupuestal, -antes del 31 de marzo que es la fecha que se estableció para ello-, si evidentemente pretende aminorar el impacto de la acción preconcebida de minarle el gobierno con el elevado costo de la burocracia, así como, el elevado dispendio que se manejó en todas las áreas, sin importar las inminentes consecuencias.
Es momento de llevar al Gobierno de Veracruz a ese estadio que reclama mantener el funcionamiento de un estado administrador y nada más, sino, el futuro de la entidad estará tristemente condenado al fracaso.
Al tiempo.
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