Si Veracruz es, probablemente, la fosa más grande del mundo esperaremos que el gobierno federal, se preocupe en serio. No es solo el desprestigio internacional sino el campo minado, en que viven sus pobladores casi 8 millones de veracruzanos. Ya no podemos cargar más males. El gobernador más corrupto del universo, según Guinness, y ahora esto. Desde la rata de Miguel Alemán, el estado vive en el oscurantismo.