Iguales padre e hijo, los lecheros, comentan ante los medios de comunicación que se quedaran a limpiar su nombre y se dicen calumniados. Fidel y Javier son uno mismo. Igual de cínicos, mentirosos, rastreros. Y la pesadilla aún no termina. Se empeñan en empañar, el muy complicado ambiente estatal. Y estos panistas que no acaban de despegar y la violencia azotando como nunca aniquilando niños, ancianos, jóvenes y adultos de la población, sin distingo alguno. Quién querrá venir a un lugar donde el crimen organizado, es tan Poderoso que secuestra a los mismos elementos de la Marina. Para Ripley.