Astrolabio Político
Los ducados Yunistas del Reino
Por: Luis Ramírez Baqueiro
“El liderazgo es una oportunidad de servir; no de lucirse.” – J. Donald Walters.
Dice el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española que “ducado” se entiende como “título o dignidad de duque”; también como “territorio o lugar sobre el que recaía el título de duque o en el que ejercía jurisdicción un duque”; o representa el “estado gobernado por un duque” y aún más, representa también según refiere el tumba burros, “moneda de oro que se usó en España hasta fines del siglo XVI, de valor variable”, de ser así en todas sus acepciones exhibe una muestra de poder y control.
Veracruz enfrenta una suerte de reinado, en donde su gobernador Miguel Ángel Yunes Linares actúa y mandata bajo un aparente comportamiento de rey, -con la potestad que le otorga el sistema democrático en nuestro país-, expresando que al momento el reino atraviesa un conflicto serio, pues el paso de anteriores reinados lo dejó en la banca rota, quizá por ello, en ese proceso de mantener tranquilos a los súbditos, todos los veracruzanos, observamos como los integrantes de la corte, buscan llevar agua a su molino, representados, en esta suerte de lores y caballeros, que no sentados a la mesa redonda, sino en una curul, se regatean el apoyo a su monarca.
Pero ensimismados en el escenario de que el reino es presa de muchos grupos de forajidos que asaltan, matan y delinquen provocando un caos en todos los pueblos del reino, que aunado al conflicto que representa tener el arca vacía hace del ejercicio de gobernar una especie de desgracia o maldición.
Como en toda historia, de esas que enfrentó la Europa del medievo, las alianzas y traiciones propiciarán el devenir con fortuna del reino, o la desgracia que se consume con la caída del monarca.
Para ello, el rey, opera, pacta, acuerda, analiza si ir o no a la guerra, o sentarse a lograr un acuerdo con los condes, marqueses, vizcondes, duques, barones, que en una guerra jugada con las armas que dan el voto, habrán de sumarse a la mesa.
Ahora bien, 2017 es por mucho el año de consolidación del futuro reino, pues se disputaran 212 territorios o comarcas, habrán de ser diputadas vía ayuntamientos, y en ello, se habrá de concentrar el rey de estas tierras, con la salvedad, de que enfrente, se topará con los operadores del Imperio que representa el presidente Enrique Peña Nieto, quienes habrá de buscar arrebatar a como de lugar, el territorio a la Casa Yunes.
Y es que el más reciente diferendo entre el embajador del Imperio, representado por el delegado de la Secretaría de Gobernación, Ángel Isaac Ochoa y el gobernador Yunes Linares por la realización de encuentros o reuniones, a las que a calificadas de oportunistas, representa el primer round de sombra entre estos dos miembros de la nueva realeza mexicana.
La constante preocupación que enfrenta el rey de estas tierras se da en función de que le puedan descomponer el escenario, pues llegado el momento la abdicación por el duque de Boca del Río, Miguel Ángel Yunes Márquez se complicaría sobre manera.
Para ello, el gobernante veracruzano habrá de probar una estrategia que permita medir su fuerza, pero sobre todo el impacto de una intensión ya concebida en este juego de suceder a su vástago del poder que le confiere el trono de Palacio de Gobierno, y en ella, habrá de intervenir el hermano del duque de Boca del Río.
La pretensión de enviar al senador Fernando Yunes Márquez como candidato a la alcaldía de Veracruz, solo confirma que el juego del traspaso del poder, bien podría confirmar que en la entidad el uso de la monarquía bien podría estar de nueva cuenta en uso, pues es solo una forma de mutar el poder entre familia, cerrándole la puerta a los de afuera.
Aun cuando Fernando Yunes ha mostrado que por méritos propios está donde está, al llegar al Senado con más de un millón 200 mil votos, o ser el legislador local más votado del país, llama fuertemente la atención el hecho de que la transmutación del poder al interior de Acción Nacional, comience a ser una forma de regir el devenir democrático del partido.
Esperemos que todo se convierta en una suerte coincidencia democrática y no en el manejo de los ducados Yunistas del Reino.
Sextante
La llegada de Ana Cristina Ledezma López al secretariado Técnico del Consejo Estatal de Seguridad Pública se ve a la distancia como una decisión acertada, aun cuando algunos adviertan que la nueva titular carece de experiencia en el medio. Lo cierto es que la ex legisladora tras su paso por el Congreso Local demostró buenos tamaños y una extraordinaria capacidad de interlocución, lo que la convirtió en una de las tribunas más aguerridas y combativas de la pasada Sexagésima Tercera Legislatura. Le deseamos suerte a la oriunda de Soledad de Doblado en su nuevo encargo.
Al tiempo.
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